La defensa del más mediático de los acusados derivó en un problema de familia
Por Luis R. Carranza Torres
Las relaciones entre madre e hija no siempre se viven dentro de un vínculo positivo de afecto y comprensión. En el ambiente legal, no pocas veces un pleito enfrenta, de uno y otro lado de la relación procesal, a miembros de una misma familia.
Con las acusaciones de acoso sexual y las todavía peores de violación que pesan sobre el otrora exitoso productor de medios Harvey Weinstein pasó pasar algo similar.
Su necesidad de un abogado no es poca. Linchado mediáticamente por la comunidad artística, ha sido procesado por la Fiscalía del distrito de Manhattan por cuatro delitos sexuales, entre ellos el de violación y abuso sexual, que tuvieron lugar entre 2004 y 2013, y fue puesto en libertad bajo fianza previo depósito de un millón de dólares.
Su elección de consejo jurídico recayó en Lisa Bloom, abogada formada en la Universidad de California, en Los Ángeles primero y luego en Yale; figura ampliamente conocida como consultora legal en los medios. Desde sus inicios profesionales, Lisa llevó ese tipo de demandas por abuso y discriminación, primero trabajando en el estudio de su madre -Allred-, Maroko&Goldberg, en Nueva York, y luego en el propio, Bloom Firm. Claro que, en todos los casos, siempre había patrocinado a las víctimas y nunca a un múltiple acusado de perpetrar tales delitos.
Su aceptación de prestar asesoramiento en la defensa de Weinstein suscitó muchos comentarios. Se le echaba en cara a Bloom haberse pasado al otro lado del mostrador y abogar por un victimario. Lo que nunca se pensó fue que su propia madre tomara también partido por sus detractores.
Gloria Rachel Bloom, madre de Lisa, más conocida en Estados Unidos como Gloria Allred -en razón de haber mantenido el apellido de casada luego de divorciarse de su segundo marido-, es toda una institución dentro de los abogados defensores de los “derechos civiles” de la mujer en ese país. En 1968 se casó con William Allred. Debe su título a dos universidades: las facultades de Derecho de la Universidad de Southwestern y luego de la Universidad de Loyola, en Los Ángeles, donde se graduó para luego ser admitida en la Bar Association del estado de California, en 1975.
Su práctica profesional se ha caracterizado desde entonces por defender en casos de alta exposición mediática los derechos de las mujeres, por lo general en su ámbito de trabajo y respecto de los acosos o abusos sexuales de sus jefes. Bill Cosby y hasta Donald Trump han estado entre sus acusados favoritos.
No hizo falta que se le preguntase nada en los medios sobre la actitud de la hija. Sacó un comunicado en que expresaba: “Si el Sr. Weinstein me hubiera pedido que lo represente, lo habría rechazado porque no represento a las personas acusadas de acoso sexual. Yo sólo represento a aquellos que alegan que son víctimas de acoso sexual”.
En otras declaraciones, también dejó abierta la posibilidad de chocar con Lisa en tribunales en un futuro por dicha causa, al decir: “Si bien no representaría al Sr. Weinstein, consideraría representar a alguien que acusara al Sr. Weinstein de acoso sexual, incluso si eso signifique que mi hija es el abogado de la contraria”. Allred, en cambio, declinó comentar si alguno de los acusadores de Weinstein se acercó a ella para que los representase.
De todas formas, un caso “Allred versus Bloom” de momento no es factible porque Lisa no es quien tiene la defensa en juicio de Weinstein, habiendo sido nombraba a la fecha sólo como abogado on retainer (para ciertos trabajos legales específicos con una retribución mensual fija cualquiera sea el tiempo que le insuma), con un papel asesor y no para patrocinarlo en la corte.
No obstante, todo puede ocurrir en este caso tan particular. Un encuentro de madre e hija en los tribunales sería seguido por muchos ojos, más allá del caso en sí. Como lo analizó en un perfil de Allred el New Yorker, Lisa aprendió muchas de su madre, en particular mantener la historia en primer plano en los medios y en el público. Tan cercano es el vínculo que Lisa usa desde joven el apellido Bloom de su madre en lugar del de su progenitor, Peyton Huddleston Bray Jr. Sería un duelo legal entre personas con más de un aspecto común en cómo practican la abogacía.
Luego del desplante público y posterior repercusión mediática, Gloria trató de bajarle los decibeles al asunto y le expresó a la revista Vanity Fair en una entrevista telefónica que no abrigaba reproches por la decisión de su hija. “La respeto. La amo. Es una abogada muy buena y no critico de ninguna manera su decisión de representar al Sr. Weinstein. Yo sólo represento a las víctimas que alegan haber sido acosadas sexualmente, pero eso no significa que ella no pueda representar al Sr. Weinstein, quien tiene acusaciones de acoso sexual en su contra. Ella es una abogada independiente con su propio bufete de abogados. Es una abogada muy buena y él es afortunado de tenerla como su abogado para aconsejarlo”. Una indisimulada ofrenda de paz a Lisa, por una parte, y de querer poner término a la polémica pública, por la otra.
Y, como diría una abuela: una madre es siempre una madre. Aun cuando el vástago del caso haga lo opuesto a ella.