domingo 24, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Los 45 años de relación diplomática con China

Por Salvador Treber. Exclusivo para Comercio y Justicia
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La creación de la República Popular China data de la inmediata posguerra de la Segunda Guerra Mundial y la derrota de su vecino Japón, después de que éste sufrió los terribles efectos de sendas bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Luego de una extensa guerra interna, en 1949 fueron derrotadas definitivamente las fuerzas del partido nacionalista lideradas por Chian Kay Seck a manos del partido comunista encabezadas por su máximo dirigente Mao Tse Tung. Los perdedores se recluyeron en la por entonces denominada Isla de Formosa (actualmente Taiwán) que con decisivo apoyo de Estados Unidos, tanto militar como económico, se mantiene hasta ahora; aunque las Naciones Unidas han reconocido formalmente que ese territorio corresponde a China y por ello le han negado a Taiwán acceso a esa organización.
Las relaciones con nuestro país se iniciaron el 19 de febrero del año 1972, pero en el año 2014 -al crearse la Asociación Estratégica Integral- esos vínculos bilaterales se consolidaron notablemente. Para evaluar con más precisión la forma en que se conduce China se puede recordar que en 2015, por primera vez superó con su producto bruto al de Estados Unidos, desplazándolo al segundo lugar. Por ello, que era todo un acontecimiento, desde la Secretaría General de la ONU. en comunicación a Beijing se les preguntó si harían algún festejo, con la intención de adherirse. Como respuesta, sólo dijeron que por el momento no tenían “nada que festejar” y recién lo harán cuando el producto bruto de cada uno de sus 1.370 millones de habitantes iguale al más elevado del Planeta (Estados Unidos, US$52.600 per cápita). Otro ejemplo de la diligencia y racionalidad con que actúan fue el tratamiento referido a la evolución cuantitativa de su población.
En sus casi 70 años de existencia mantuvo su calidad republicana actual y no ha sostenido ningún conflicto armado, salvo sendos operativos internos de pacificación en Tibet y Manchuria. Es cierto que apoyó proveyendo armas a Corea y Vietnam del Norte, aunque difiere en mucho del protagonismo de Francia y EEUU con tropas multitudinarias. Este último país comenzó en la década de los años 70 enviando un grupo de “asesores” que luego acrecieron hasta llegar a 1,1 millón de soldados sin poder evitar, siquiera así, su derrota por el patriótico heroísmo de los nativos. China en todos esos años no intervino nunca en forma directa reiterando su vocación de paz.

El tratamiento diferencial de la problemática interna
En 1980 se impuso en el país asiático el limite del “hijo único”, que se mantuvo por 35 años, con lo que buscaban acelerar la llegada del “bienestar para todos”. Al verificarse que el natural envejecimiento de su población hasta fines de siglo conducía a la reducción e implicaría bajarla a “sólo” 995 millones, cambiaron de postura y por ello han modificado ese límite llevándolo a dos hijos. Los analistas en su momento plantearon dudas sobre la eventual eficacia de esa resolución pero durante año 2016 los nacimientos subieron 7,2%, que unánimemente lo han considerado un significativo éxito.
Tal reacción los diferencia nítidamente pues en la mayoría de los países europeos y en Japón ya el número de nacimientos es inferior al de defunciones. Incluso en los que todavía no se ha verificado se detecta esa firme tendencia a dicho desequilibrio vegetativo. Entre los que están en esa situación figuran Estados Unidos y nuestro país, que exhiben una notable reducción en materia de crecimiento vegetativo y, obviamente, si no implementan medidas específicas inmediatas para impulsar la natalidad, en pocos años más entrarán en dicho muy preocupante “tobogán humano descendente”. Lo realmente curioso es que países como Alemania, el antes citado Japón y Rusia, que están situadas como la cuarta, quinta y sexta potencias mundiales, respectivamente, no hayan tomado ninguna medida al respecto.
Durante la última reunión de Davos, el presidente Xi Jinping se mostró franco partidario de la globalización y, en esa línea, hizo pública una propuesta específica para consolidarla. En contraste con el resurgimiento del aislacionismo en varias potencias que siempre han sido identificadas como occidentales, subrayó muy enfáticamente que es indispensable derribar obstáculos que perjudican la apertura, el desarrollo y la consiguiente extensión del comercio internacional. No sólo el contenido del mensaje al mundo sino la presencia misma en ese ámbito constituyeron una excepcional novedad pues Davos está calificado como un reducto del grupo de grandes empresas monopólicas y oligopólicas que operan en el planeta.
Cabe advertir que quizá fue a primera vez en más de tres décadas que un líder mundial chino convoque a intensificar el intercambio internacional, optimizar el esquema de relaciones y comunicaciones; además de instar con semejante convicción a ampliar cuantitativa y cualitativamente dichas relaciones a todas las áreas de la actividad, en especial en modernización de la tecnología agraria, la generación energética, los servicios financieros y las comunicaciones. En tal sentido se detuvo específicamente en las diversas franjas de la biotecnología que acelere la concreción de una sólida transformación sin límites políticos ni territoriales.

La diversificación de la relaciones
Quizá lo más sorprendente y original es que se haya elegido ese momento para proponer dar un impulso especial al aspecto estrictamente cultural, con el evidente propósito de respaldar profusamente el sistema de becas para perfeccionamiento, multiplicar las exposiciones artísticas y promover el intercambio, eliminando todo tipo de trabas. Las últimas menciones del precitado expositor fueron al par de un cálido llamamiento urbi et orbi para prestar especial apoyo y estimulo a las economías no integralmente desarrolladas y proponer modificaciones que democraticen más el funcionamiento del Consejo de Seguridad de la ONU.
Conviene recordar que capitales chinos han concretado muy importantes inversiones en México, Brasil y Argentina que suman el equivalente a alrededor de US$107,5 mil millones, convirtiéndose así en el segundo país inversor extranjero en América Latina; estando ya muy cercano a superar a Estados Unidos en ese aspecto. Además, debe recordarse que este tipo de operaciones las iniciaron en África, donde hasta la fecha totalizaron US$46,5 miles de millones. En dicho esquema aparece como lógico y loable que más de 400 jóvenes sean actualmente titulares de becas no sólo acordadas sino financiadas por el gobierno chino en un esquema de intercambio ya que ellos tienen serios problemas para perfeccionar sus técnicas de explotación agropecuaria.
Es oportuno recordar que en el próximo mes de mayo el presidente Macri encabezará una misión a Beijing y, muy probablemente, en su transcurso buscaran salvar obstáculos como los que han paralizado obras financiadas y en ejecución por parte de empresas chinas en la provincia de Santa Cruz para impulsar una ampliación de las mismas a otras áreas y especialidades. Por lo pronto, la firma china Westwell ha concretado en febrero pasado una primera compra especial (3,2 toneladas) de carne vacuna muy seleccionada; un rubro especial en que seguramente están haciendo un experimento ya que lo enviaron por vía aérea. Esto hace suponer nuevas actividades adicionales pues en 2016 por vías normales hicieron lo propio por 54067 toneladas; es decir 30% más que en 2015 pero en ambos casos de cortes menos selectos. Dado que su población ha consumido 77 millones de toneladas en 2.016 y existen algunos roces con el presidente estadounidense Donald Trump no sería difícil que estén buscando nuevos proveedores seguros en gran escala. La nueva operación la comandó Michelle Jin, distinguida empresaria china conocedora del ramo, que viene realizando este tipo de operaciones con Australia y EEUU. Es obvio que ahora han apuntado hacia Argentina.

Las nuevas perspectivas de la nueva relación bilateral
El haber posado sus ojos en nuestro país, considerando que hasta ahora mantienen un intercambio ampliamente superavitario, es muy significativo. Según quienes concretaron el embarque, Frigorífico Rioplatense y Parallet, reconociendo el presidente de esta firma: “El envío que realizamos tiene como objetivo testear el producto en el mercad de Westwell para abastecer restaurantes y supermercados. En 15 días tendremos el veredicto. De ser positivas las perspectivas de compra son de 40 contenedores al año”. Al margen de lo expuesto se permitió dar su opinión que objetivamente evalúa como “muy buenas para la carne local por su alta calidad y el precio competitivo que tiene”. Tampoco dejó de advertir que en Australia, el actual principal proveedor, “hay una insalvable limitación”. Y esto se refiere a asegurar la disposición de anual para el consumo de carme vacuna que asciende a 7,7 millones de toneladas, 10% del total dentro todas las carnes consumidas que encabeza la porcina con 55 millones de toneladas seguida por la aviar con alrededor de 14 millones. Como en nuestro país se producen las tres precitadas, la eventual provisión podría ampliarse a todas.
Recientemente el gigante asiático financió y encaró la construcción de una línea ferroviaria con una inversión de US$14.000 millones que se extiende a través de 750 kilómetros para unir Addis Abeba (capital de Etiopía) a las Zonas Francas de Djibouti, adjudicándole el carácter en el acto de inauguración de “primer tramo de una ruta trasatlántica destinada comunicar las zonas aledañas a los Océanos Indico y Atlántico”. Cabe recordar que actualmente están negociando con el gobierno brasileño la concreción de una obra semejante, bastante más grande, que permitiría comunicar el norte de este país desde el océano Atlántico en su punto más oriental (Belém, en Brasil) con el océano Pacífico a través de puertos peruanos.
Estas macroiniciativas son vistas con gran desconfianza por Estados Unidos, donde sus máximo funcionarios públicos y privados lo consideran una intromisión en su “patio trasero”; más aún si es China el ejecutor y financista. La historia del canal de Panamá demuestra acabadamente hasta qué punto pueden llegar en tal sentido. Por todo ello no sería de extrañar que ahora procuren, por todas vías concebibles, entorpecer la ejecución de esa monumental obra que, sin lugar a dudas, sería un emblemático testimonio de enorme progreso para todo el subcontinente que integramos.

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