Hay millones en juego pero también, en lo principal, la posibilidad de que una persona se autogobierne en su vida.
Por Luis R. Carranza Torres
Britney Jean Spears -natural de McComb, Misisipi, el llamado Estado de la Magnolia-, otrora “la Princesa del Pop”, hoy no puede ni comprarse un helado, a pesar de su inmensa fortuna personal valuada en unos 60 millones de dólares.
La causa de tal imposibilidad es una conocida institución legal para el resguardo de personas, a veces conocida como custodia, la institución del “conservatorship”, reservada a personas que no pueden decidir por sí mismas. Implica designar un representante para gestionar los asuntos y el patrimonio de la persona si se considera que no puede cuidar de sí misma o es vulnerable a influencias o manipulaciones externas. Como puede verse, tiene rasgos similares a nuestra curatela. Pero también puede ser dada respecto de organizaciones o empresas.
Es así que un “guardián” o “protector” es designado por un juez para administrar los asuntos financieros y la vida diaria de otra persona, la que se denomina “conservatee”, un término que podríamos traducir como “pupilo”, que se refiere exclusivamente a un adulto. Cuando las facultades del “conservator” nombrado se extienden a las actividades diarias de la vida de la persona, además de su patrimonio, se lo suele denominar “legal guardian”.
En el estado de California existen dos distintas clases de “conservatorships”: las “Lanterman–Petris–Short”, nombre tomado de la denominación de la ley que las instituyó en 1967, denominadas comúnmente por su sigla LPS, y las “Probate conservatorships”.
Las curatelas LPS se renuevan año a año y pueden cancelarse si no fueran ya necesarias. Generalmente se dan respecto de enfermedades mentales que se hallan en curso pero pueden ser superadas. Las “Probate conservatorships” en cambio, no tienen periodo temporal ni finalizan automáticamente, como sí lo hacen las LPS si el curador no las renueva. Existen asimismo versiones más “limitadas” que sólo alcanzan determinados actos.
En todos los casos, la persona designada debe rendir cuentas documentadas de cualquier gasto, incluso los denominados “menores” (por debajo de cinco dólares), y es supervisado por el tribunal del condado donde el “pupilo” reside. Éste, además, tiene derecho a un defensor de sus derechos nombrado por la corte de forma independiente.
Britney vive bajo el régimen de LPS desde 2008, después de evidenciar en público toda una serie conductas agresivas o de extravío mental, incluida las de autoviolencia. Su padre fue quien se encargó tanto de sus bienes como de su persona por una década. Jamie Spears se retiró de su papel como “legal guardian” de su hija en 2019, por problemas de salud; un curador profesional tomó su lugar provisoriamente, pero sólo respecto de las cuestiones inherentes al cuidado personal de Britney. En lo patrimonial siguió sin cambios: Jamie siguió administrando la fortuna de su hija. Cobró por ello el pasado año la suma de 168.790 dólares.
En la última audiencia en tribunales, el abogado de Spears designado por el tribunal, Samuel D. Ingham III, efectuó una presentación judicial en la que su cliente “se oponía firmemente” a que su padre continuara ocupándose de sus bienes. Solicitó asimismo que la curadora personal temporal de Spears, Jodi Montgomery, una profesional en la materia, se convierta en permanente, “sin renunciar en modo alguno a su derecho a solicitar la terminación de esta tutela en el futuro”.
La jueza del Tribunal Superior de Los Ángeles, Brenda Penny, si bien no cesó a Jamie Spears como encargado del patrimonio de su hija, sí le añadió un fiduciario corporativo, bessemer trust, en calidad de “co-conservator”, como solicitó la cantante. También prorrogó el papel temporal de Montgomery como tutora personal, al tiempo que desestimó la pretensión de Jamie de tener mayores facultades que su par en la administración. Tampoco se atendió a su pedido de poder delegar en terceros las actividades de inversión de las ganancias de su hija.
La difusión del documental Framing Britney Spears, que se estrenó en FX en febrero de 2021, por el tiempo de la última audiencia, con testimonios de allegados a la cantante pop críticos de la gestión de su padre respecto de su vida y patrimonio, disparó una ola de adhesiones a revisar su caso. El hashtag #LiberenaBritney ha recibido diversos apoyos en el mundo del espectáculo. Miley Cyrus ya había gritado la frase durante un concierto en 2019 y ahora figuras públicas como Sarah Jessica Parker, Bette Midler, Hayley Williams o Courtney Love le han dado su apoyo para que recobre el manejo de los asuntos de su vida.
Se dice en el documental que el padre de Britney ha estado lejos de comportarse como tal, no sólo en materia de bienes sino respecto de la vida de su hija. En ese orden de cosas, la cantante comentó que la internación, por tercera vez, en 2019, en un centro psiquiátrico, no fue por “una crisis nerviosa” por la mala salud de su padre sino que éste la había ingresado con una orden judicial por haber la artista salido a comer una hamburguesa con su novio sin pedirle permiso.
Con audiencias fijadas para el próximo 17 de marzo y el 27 de abril para seguir discutiendo judicialmente los asuntos de quien maneja las finanzas y vida de la artista, si algo está claro es que nada está cerrado respecto del “conservatorship” más famoso y mediático de California y acaso del sistema legal de los Estados Unidos.