martes 19, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

La toma de decisiones basada en emociones II

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La respuesta de Lucrecia –  Por Christian Julio Díaz*

Lucrecia se había reencontrado con parte de su familia de origen hacía menos de un mes. En cada entrevista, la joven de 25 años se había mostrado tranquila y segura de sí misma. Pero esta vez, detrás de su rostro sereno, el tono de su voz era más agudo y sensiblemente acelerado.

Lucrecia:-Che, te quería preguntar cómo hacer para contactar a mi padre biológico, ya tengo teléfono, dirección; todo-.
Facilitador: -Hasta el punto donde yo sé no tenemos datos de que su padre sepa sobre su existencia. ¿Ud. sabe algo más?-

-Sí, mis hermanos y una tía me dijeron que sabe. Que cuando se enteró de que mi madre había dado a luz me fue a ver y mi madre ya me había entregado. Que vino a tribunales pero nadie le dijo nada-.

(Algo empezó a “hacer ruido”) -Bueno…si Ud. sabe que él conoce de su existencia, y tiene cómo contactarlo: ¿qué le impide hacerlo?-.
– ¡Nada! Es que…… bueno, no sé… – hace silencio-.

-¿Qué es lo que no sabe?- (ruido confirmado)
-Y…… no sé cómo lo puede tomar…,  ¿y si lo toma mal?-.

-¿Y si lo toma bien? ¿Por qué le da miedo que lo tome mal?- silencio; luego de un breve tiempo para acentuar el silencio y la reflexión. Se insiste: -¿Le da miedo que lo tome mal?-.
-Lo que pasa es que mis hermanos…-… el operador interrumpe: -Espere. No nos vayamos de Ud. ¿Por qué tiene miedo? ¿A qué le teme? Le pregunto esto porque la que tiene un problema es Ud.; su padre no, de él no sabemos nada. De hecho, lo poco que sabemos es que vino a buscarla a tribunales, eso habla bien de él, entonces, ¿Por qué pensar mal? ¿A qué le tiene miedo?-.
-Y… No sé…a que se enoje, se embole, qué sé yo–. Silencio.

-¿A qué le teme: a que él se enoje o a que a Ud. le afecte?- ¿Su rostro reflejaba la gravedad del momento ?Y sí.

-Resumiendo: Ud. tiene miedo a hablar con su padre porque una reacción negativa, ¿le podemos llamar rechazo?, a Ud. la afectaría-.
-Sí, creo que sí, che…sí…tengo miedo a cómo me voy a sentir si me rechaza-. Expresarlo distendió la expresión de su rostro.

-Lo que veo es que Ud. se debate entre el miedo al rechazo y sus ganas de conocer su historia. Y que hoy, el 29 de octubre a las 10,25, su miedo al rechazo es más fuerte. A ver: el miedo es parte del proceso, no está ni bien ni mal, viene en el combo. El tema está cuando el miedo supera las ganas. Cuando es más fuerte que nuestra convicción de aproximarnos a la verdad. Creo que es un llamado de atención que hay que atender-; ella interrumpe: -Sí, mis hermanos, mi tía y mi novio me dicen que lo hable, que tal vez no tenga otra oportunidad, y además que aproveche el envión y cierre esta historia de una vez…-dijo en tono acusador…inspira y resopla -…pero yo quiero disfrutar esto-.

-¡¿Disfrutar qué?!-.
-Que encontré a mi madre, que tengo dos hermanos, todo esto es nuevo para mí…¡y necesito tiempo, loco!-.

-Entonces ¿por qué se preocupa en querer conocer a su padre?-.
-¡Sabés cuántos días del padre me pregunté si alguna vez lo conocería, y ahora que lo tengo todo… me cago toda!

-Veamos: tal vez es una cuestión de tiempo, de seguridad; dese ese tiempo, permítase considerar la posibilidad de que tal vez, hoy no-. Silencio. –

Lucrecia, trabajemos en algo. Analicemos las opciones que tenemos por el momento. Considere la opción uno: ¿qué siente Ud. frente a la posibilidad de comunicarse ya con su padre?-.
-Lo que pasa es que…-…el operador interrumpe -lo que pasa nada…lo que siente-. Apoyando sus manos sobre la boca del estómago, Lucrecia dice: -Siento una cosa acá-.

-Bien. Y frente a la posibilidad de no llamarlo. ¿Qué siente?-.
-No…no quiero eso-.

-Siente rechazo por esa opción-.
-Sí…sí, yo tengo que hablarlo, loco, tengo que hablarlo-.

-Y entonces ¿cómo hacemos? ¿qué otra opción se le ocurre?-.
-No sé… ¡hoy no!, pero mañana no sé…en 15 días, un mes…sí-.

-¡Bien!.. y esa opción de tomarse un tiempo para hacerlo ¿cómo la hace sentir?-.
Silencio. -Contenta…me hace sentir bien, “tranca” (tranquila)-.

-Bueno, me alegro…tal vez ésa sea su respuesta correcta. Los otros tendrán la suya, pero es Ud. quien debe decidir-.
Lucrecia decidió que esperaría un tiempo para contactar a su padre biológico. Esa decisión la hacía sentir bien, le daba tranquilidad. Ella necesitaba una respuesta más profunda, que implicara no solamente lo lógico, racional y/o “lo esperable”, sino también que involucrara sus sentimientos y emociones.

El eje de esta herramienta consiste en contrastar cada opción con la “sensación” que nos produce e inclinarnos por aquella que nos transmita paz y tranquilidad. El valor orientativo de las emociones tiene su razón de ser en el bagaje histórico experiencial que en el individuo representa la dimensión emocional. Mediadores y facilitadores tienen la posibilidad de recurrir a esta herramienta para que los participantes puedan involucrar toda su persona en la respuesta.

* Abogado

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