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La más fría de las fiscales

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Una semblanza de Grace Van Owen, ficción emparentada con la realidad cotidiana. Un personaje televisivo con no pocas repercusiones en la vida jurídica real.

Por Luis R. Carranza Torres

Fue un muy popular personaje en la serie La ley de Los Angeles. Corría por entonces la mitad de la década de 1980 y no pocas colegas copiaban a la bella, eficiente y glacial abogada Grace Van Owen.

La moda fenemina dictaba por entonces que el cabello debía llevarse largo y con los rulos más definidos que pudieran conseguirse. Pero no pocas se decidieron, contracorriente, por el estilo carré, rubio dorado, raya al medio y lacio inmaculado característico de Van Owen.

Casi ninguna lo admitió por aquellos días, pero conforme avanzaba la primera temporada de la serie, varias en el ambiente legal mudaron de estilo en el vestir: adoptaron esos trajes de dos piezas, de colores apagados tipo gris o verde oscuro, con chaqueta muy cerrada pero pollera que nunca iba más allá de las rodillas, blusa clara y zapatos negros de tacón bajo. Justo, casualmente, como Grace aparecía vestida en “la tele” cuando actuaba ante los tribunales.

Pero la influencia del personaje no se limitó a lo estético ni mucho menos. Por ese tiempo, más de una joven de secundaria apuntó a la facultad de derecho para continuar sus estudios, por causa de esa abogada que veía en la televisión.

Susan Hallock Smith, mejor conocida por su seudónimo artístico de Susan Dey, venía de ser un ícono de los adolescentes entre 1970 y 1974 con su personaje de “Laurie Partridge” en la popular serie de televisión The Partridge Family, que por estos lados del mundo recibió el nombre de Mamá y sus increíbles hijos.

Mucho del atractivo del personaje fue imprimirle gran carácter personal. Tal actuación le valió un Globo de Oro a la mejor actriz protagonista en una serie dramática, así como tres nominaciones a los Premios Emmy.

Van Owen, en el argot de Estados Unidos, era definida como una ice quen. Tal expresión, que literalmente puede ser traducida como “reina del hielo”, es definida en similares términos ya sea por el Urban dictionary como por el Dictionary slang words: se trata de mujeres atractivas, eficientes en sus tareas, que intencionalmente no muestran sus sentimientos y evitar trabar una relacion afectiva con quienes se relacionan, inclusive en su círculo cercano. Por lo general carecen de la capacidad de empatía y no pueden o no quieren ponerse en “los zapatos de otro”. Tienen su mundo propio y perciben el mundo exclusivamente en sus términos. Son personas serias, celosas de preservar hasta los menores detalles de su vida, poco comunicativas y nada expresivas en casi todo.

Si bien en la lengua inglesa el término refiere a cierta categoría de mujeres, no es menos cierto que no se trata de una cuestión de genéro. Existen muchos ejemplos de varones con tales líneas de personalidad.

En cuanto a su proyección jurídica, tienden a ser rígidos y muy técnicos en sus posiciones. Cuando ocupan posiciones de poder, como jueces o fiscales, tienden a interpretar la ley de forma objetiva y acentuando sus rasgos formales. Exactamente lo que, a lo largo de las cinco temporadas que actuó en la serie legal, pasaba con el personaje de la bella Grace, quien invariablemente adhería a una interpretación estricta de la ley que no daba lugar a excepción alguna. Tanto la equidad como la compasión eran palabras desconocidas en su línea de trabajo. Apática en sus modos y cortante en sus frases, se ganó un respeto que rondaba más el desprecio que la admiración de sus colegas.

Como sucede con muchos de éstos en la realidad, tanto varones como mujeres, Grace no entendía por qué gran parte del mundo la detestaba, aun cuando tampoco le importara demasiado saberlo. Llegaron, por tal causa, hasta a dispararle a la salida de uno de los juicios que procuraba.

En nuestro medio no se usa, para la categoría, la denominación ice queen. En su reemplazo, el humor local que nos caracteriza ha impuesto otras “etiquetas” respecto de tales personas. “Sangre de pato”, por caso, es una de ellas. En otro caso se ha dicho que “es la hermana no reconocida del señor Spock”. Como sea, no son mala gente en general, aunque sí egoístas, lo cual puede llegar a ser un pecado pero nunca un delito. Más allá de que en ocaciones tal comportamiento egocéntrico y apático puede llevarnos a querer mandarlos… sí, precisamente allí donde el lector imagina.

En el caso de Grace Van Owen le fue mejor -televisivamente, al menos-. A un tris de casarse con un muy buen prospecto, tan frío como ella, cruzó su camino con el muy guapo y muy espontáneo abogado  Michael Kuzak, interpretado por Harry Hamlin. Como es de rigor en tales personalidades, al confesarle Kuzak sus sentimientos por ella, Grace “le cortó el rostro”.

“Tendrías que volverte un mono para que me interesaras en algun sentido”, fue el comentario glacial de la asistente mimada del fiscal de distrito de Los Angeles.
Poco después, en una de las escenas más memorables de la televisión de ese tiempo, el abogado entró en la sala de audiencias donde Grace acababa de terminar con un pleito, vistiendo un disfraz de gorilla y a los efectos de que saliera con él.

Fue el momento en que se inició un deshielo en los sentimientos de Van Owen quien, como suele suceder con los conversos, se pasó de un extremo a otro: inició un tórrido romance con el colega y terminó, “de una”, con sus planes de boda.
Cosas que pasan en la tele. En la vida real no abundan tales finales con deshielo.

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