miércoles 8, enero 2025
miércoles 8, enero 2025
Comercio y Justicia 85 años

La jueza de hierro y del estilo

ESCUCHAR

Una magistrada distante y chic. Su implacable labor judicial la convirtió en un ícono social.

Por Luis R. Carranza Torres

Su nombre es Mercedes Carmen Alaya Rodríguez. Como titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla puso de cabeza el sistema político y económico con sus investigaciones sobre la corrupción estatal y de los grupos económicos.

Tan reservada es con su vida privada que sólo se sabe que es casada, con hijos y nacida un 20 de junio de 1963. Por lo mismo, ha sido materia de discusión si su lugar de origen es Écija o Alcalá de Guadaíra. Para el caso, da casi igual: ambos sitios se hallan en Sevilla. Más inexplicable es que no se tenga noción precisa del número de sus hijos, si tiene uno solo o cuatro.

“Me genera pudor hablar de mi vida privada”, ha dicho en las pocas ocasiones que se ha visto obligada a referirse al tema en público.

Reservada hasta el enigma, puntillosa y perseverante en sus instrucciones penales, es la jueza que llama la atención de los medios y que terminó por fascinar el imaginario colectivo de la sociedad tanto andaluza como española. No sólo se le reconoció su valor para enjuiciar el poder y su capacidad, al parecer infinita, de trabajo. También su imagen y estética no pasó desapercibida. Pronto, su corte de cabello y su estilo de vestir fue seguido por muchas.

Su popularidad derivó en grupos de seguidores en las redes sociales. Por ejemplo, la cuenta de Facebook que abrieron algunos de ellos tiene ya miles de seguidores.

Fiel a su estilo, todas esas demostraciones, como dijo alguna vez, no sólo no son de su agrado sino que le “horrorizan”.

Obtuvo su título de licenciada en derecho en la Universidad de Sevilla en 1986 y, dos años después, ingresó por oposición al Poder Judicial como magistrada con sólo 25 años. Luego de un primer destino en la localidad sevillana de Carmona, en 1990 se trasladó a Fuengirola en Málaga, donde procesó al alcalde socialista del lugar por malversación de fondos públicos.

En 1992 se hizo cargo en Sevilla del Juzgado de Primera Instancia número 20 y luego de su actual tribunal de Instrucción número 6. Su popularidad mediática data de 2010, cuando la instrucción del denominado “Caso Betis”, referido a malversaciones de fondos en el club de fútbol Real Betis Balompié, “se llevó puesto” al propio y casi mítico presidente de la entidad, el empresario y dirigente deportivo Manuel Ruiz de Lopera y Ávalos, quien había dirigido a gusto y paciere sus destinos por 18 años (nada para envidiarle a don Julio).

Pero fue el “Caso E.R.E.” lo que la puso aún más en la palestra mediática y pública. Una intrincada trama investigativa que debe establecer si en la Junta de Andalucía, una estructura de gobierno similar a nuestras administraciones públicas provinciales, operaba una red de corrupción política que, a cambio de sobornos, otorgaba por vía de los denominados “expedientes de regulación de empleo” (que se abrevian E.R.E.; de allí el nombre de la causa), a lo largo de más de una década, ayuda económica a empresas en crisis y jubilaciones anticipadas a personas que no reunían los requisitos para acceder a ellas. Por ejemplo, no haber trabajado nunca en donde decían que lo habían hecho.

Como suele pasar, lo que no pudieron las presiones de casi toda índole lo logró la salud: en septiembre de 2012 la jueza debió apartarse de la causa por seis meses, atacada de una neuralgia del nervio trigémino la que, según los expertos, genera una sensación similar a la de un disparo o latigazo de intenso dolor en el rostro, que cualquier actividad nimia y cotidiana, tales como lavarse los dientes, maquillarse o exponerse a una corriente de aire, puede provocar. Por algo, hasta no hace mucho se la denominaba la “enfermedad del suicidio”, por haber algunos de quienes la padecían optado por esa vía para terminar con sus sufrimientos, en tiempos en que la medicina no tenía tratamientos y remedios tan eficaces como en el presente.

Superó su afección, como otros contratiempos en su trabajo, sin que su implacabilidad sufriera mella alguna. Apenas vuelta al trabajo, encabezó en marzo de 2013 la denominada “Operación Heracles”, en la que 200 integrantes de la Guardia Civil a sus órdenes realizaron 13 registros en siete distintas provincias y detuvieron a unas 20 personas relacionadas con el “caso de los E.R.E.”.

Con mala o buena leche, ha sido denominada de diversas maneras. Respecto de aquellas que pueden citarse y hacen al caso, se le ha puesto el mote de “juez estrella” por el trasfondo mediático de sus casos, o de “jueza de porcelana” por su impecabilidad en cómo viste y se peina.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la ha urgido a concluir de una vez con su instrucción. Es criticada por algunos por entenderla demasiado meticulosa. Otros la defienden, alegando que nunca antes un juez ha llegado tan lejos en eso de enjuiciar la corrupción, un monstruo de múltiples tentáculos que amenaza con llevarse puesta a la misma democracia española. De nuestra parte entendemos que, lo que es o deje de ser, a donde pueda o no pueda llevar, dependerá en última instancia de lo que crea la mujer que existe detrás de esa toga judicial. Y de ella, salvo por el gusto en el vestir y arreglarse el cabello, en definitiva poco y nada sabemos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Leé también

Más populares

¡Bienvenid@ de nuevo!

Iniciá sesión con tu usuario

Recuperar contraseña

Ingresá tu usuario o email para restablecer tu contraseña.

Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?