martes 19, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

La fiesta en Downing Street durante el confinamiento suma un nuevo escándalo a Boris Johnson

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El primer ministro británico, Boris Johnson, vive momentos de asedio de la prensa y enfrenta pedidos de explicaciones por parte del Parlamento sobre una fiesta celebrada en el jardín de Downing Street, la residencia oficial del Gobierno británico, en mayo de 2020, cuando el Reino Unido se encontraba en pleno confinamiento.

Por el caso, la Policía Metropolitana se puso en contacto con la Oficina del Gabinete británico para conocer los informes sobre posibles infracciones a las medidas para tratar de contener el coronavirus que ocurrieron en el edificio oficial del primer ministro.

Un correo electrónico que se filtró a la prensa reveló una invitación a un cóctel al aire libre, a más de 100 empleados de la residencia oficial, la primera evidencia de una celebración cuando el resto del país tenía prohibido reunirse con más de una persona.

El opositor Partido Laborista logró finalmente una sesión de preguntas de carácter urgente en la Cámara de los Comunes, solicitando al primer ministro conservador que hiciera una declaración ante los diputados.

Pero el primer ministro no estuvo presente y fue reemplazado por el director general de Finanzas, Michael Ellis.

Ellis explicó que la investigación es dirigida por alguien que es un “modelo de independencia e integridad”, haciendo referencia a la funcionaria pública Sue Gray, quien actualmente se desempeña como segunda secretaria permanente en la Oficina del Gabinete.

El jefe de Gray, responsable máximo de la Administración pública británica, Simon Case, tuvo que abandonar las pesquisas cuando se reveló que también en su oficina se había celebrado uno de los polémicos eventos sociales.

Ellis justificó al primer ministro, alegando que se vio afectado por el coronavirus y que se toma muy en serio la enfermedad; e insistió en que confía en su “integridad y honor”.

Angela Rayner, líder adjunta del Partido Laborista junto a Keir Starmer, por su parte, declaró en el Parlamento que Johnson no podrá eludir las acusaciones sobre la realización de la fiesta. “Puede huir pero no puede esconderse”, afirmó.  

“Si el primer ministro estaba allí, seguramente lo sabía. La invitación fue enviada a 100 empleados, muchos de los cuales formaban parte de su personal de más alto nivel, y se organizó con antelación, por lo que ¿el primer ministro conocía el evento de antemano y dio su permiso para que se llevara a cabo?”, se preguntó la diputada.

Para Rayner, la ausencia de Johnson en la Cámara de los Comunes por este tema urgente “dice mucho”.

“Es increíblemente decepcionante, pero no sorprendente, que el primer ministro a quien le hice esta pregunta no esté aquí a pesar de no tener compromisos oficiales”, apuntó.

Más temprano, Starmer acusó en un tuit al primer ministro de mentir al público británico.

Las críticas contra Johnson también llegaron de miembros de su propio partido, quienes prefirieron no identificarse.

“Ha perdido toda autoridad sobre el tema de las restricciones del coronavirus. Le mintió al Parlamento. Le mintió al público”, dijo a la BBC un parlamentario conservador cuyo nombre no se reveló.

Antes de la publicación del correo electrónico que invitaba a la fiesta ya habían salido a la luz imágenes de Johnson sentado en el jardín junto a su esposa y Martin Reynolds, asistente del primer ministro, frente a una mesa de quesos y vinos. Fue el propio Reynolds quien envió el email.

Sin embargo, el gobierno insistió en su momento en que se trataba de una reunión de trabajo. Pese a la explicación oficial, el correo electrónico de invitación deja claro que es una reunión de índole social, lo cual es mucho más difícil de explicar, tal como lo afirmó el canal ITV News, el primer medio en publicar el mail.

“Hola a todos, después de lo que ha supuesto un periodo de mucho trabajo, he pensado que estaría bien sacar partido de este tiempo tan maravilloso y tomar unas copas, con la distancia social debida, en el jardín del Número 10 (de Downing Street) esta tarde. ¡Acompáñenos a partir de las 6 pm y traiga su propia bebida!”, decía el mensaje enviado por Reynolds, quien invitaba a disfrutar del buen tiempo y a tomar unas bebidas manteniendo el distanciamiento social. Según ITV News, alrededor de 40 miembros del personal se reunieron en el jardín esa noche, y comieron y bebieron junto al primer ministro y su esposa. En la jerga británica, este tipo de fiestas se las denomina BYOB (siglas de bring your own bottle: trae tu propia botella).

Hasta ahora, el primer ministro se negó a comentar las acusaciones de que él y la que entonces aún era su novia, Carrie Symonds, asistieron a esa fiesta, alegando que se lo impide una investigación ya abierta sobre denuncias previas de incumplimiento del confinamiento en Downing Street.

Johnson trató de eludir respuestas directas sobre si participó o no en la reunión y dijo: “Hay un proceso independiente en marcha analizando todo esto, a cuyo frente está Sue Gray. No puedo hacer más comentarios al respecto”.

El correo revelado sigue a una serie de acusaciones sobre las reuniones que realizó el personal del gobierno durante los momentos más graves de la pandemia, mientras el Reino Unido era el país más golpeado y con más muertes por coronavirus de Europa. Cabe recordar que no se permitía que más de dos personas de núcleos de convivencia distintos se juntaran en el exterior.

Según una recopilación de la BBC, el personal de Downing Street y funcionarios del gobierno celebraron reuniones sociales en diferentes fechas mientras regía el confinamiento.

Éstas incluyen desde una reunión con miembros del personal de Downing Street con Carrie Johnson en el departamento donde vive junto al primer ministro, despedidas de un asistente de la residencia y hasta un concurso de Navidad para el personal el año pasado.

Las propias acciones de Jhonson, con escándalos de diverso calibre, son las que lo pusieron en el centro de las críticas de importantes miembros del Partido Conservador. Pero también la venganza de un ex funcionario cercano al premier, según destacan los medios británicos. 

Su antiguo asesor estrella y principal ideólogo del brexit, Dominic Cummings, se vio obligado a salir por la puerta trasera de Downing Street en noviembre de 2020, después de un prolongado enfrentamiento con la esposa de Johnson (y también ex asesora de comunicación del Partido Conservador).

Cummings denunció varios hechos cuestionables, principalmente de los primeros meses de la pandemia.

En el Reino Unido se dan por descontadas dos cosas: el afán de venganza de Cummings y el timing de sus denuncias para su propia conveniencia. 

Sin embargo, hasta ahora se confirmaron todos los hechos que reveló.

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