ESCUCHARA la par de su carrera judicial, se ha destacado en uno de los géneros literarios más exigentes
Graziella Moreno Graupera, nacida en Barcelona justo al medio de la década de 1960 combina magistratura y literatura, la primera desde lo penal y la segunda principalmente desde la novela noir.
Inicialmente quería estudiar periodismo, por la pasión por la escritura que traía de niña, pero no había plazas suficientes en esa carrera y se decidió por el derecho. Encontró de esa forma otro de los gustos de su vida.
Licenciada en Derecho por la Universitat de Barcelona, trabaja en el Poder Judicial español desde 1991. En 2002 accedió a la judicatura, como jueza. Se desempeñó en diversos juzgados en Gavà, Amposta y Martorell, hasta llegar en 2010 a ser magistrada del juzgado Penal número 6 de Barcelona.
“Lo más positivo de mi trabajo es poder trabajar con personas y ser consciente de lo que somos capaces los seres humanos, de lo mejor y de lo peor. El reto es siempre cumplir con mi trabajo y tomar las decisiones adecuadas conforme a la ley vigente en cada momento”, rescata de su trabajo judicial.
Es asimismo formadora de la academia de oposiciones Eureka y del Centre d’Estudis Jurídics, así como autora del dossier El Codi Penal, part general.
De hecho, al dar clases en una academia de oposiciones para el ingreso a la función pública, determinó que ella misma hiciera igual. “Con tanta clase, pensé en presentarme a las oposiciones a Justicia como funcionaria, y aprobé. Es por lo mismo que concursé para jueza, o empecé a escribir y publicar: pensé que, si otros podían serlo o hacerlo, ¿por qué yo no?”.
Está casada y tiene dos hijos. Escribe desde chica. “No concibo vivir sin leer y ello conlleva escribir también. Necesitas plasmar las historias que imaginas”, explica.
Sobre esas primeras letras, nos cuenta: “Escribía novelas policíacas, pero no las acababa nunca, me faltaba experiencia de vida; con doce años no sabía lo que era el amor (salvo el que salía en las novelas románticas de mi madre), por poner un ejemplo. Lo único que había hecho en mi vida era leer todo lo que había por casa”.
Fue una actividad que dio sus frutos. Empezó a publicar novelas en 2015. La primera de ellas, en tal año, Juegos de maldad, cuya trama gira en torno de la agresión a un adolescente y una operación de narcotráfico, fue nominada a mejor novela por el festival Cubelles Noir.
Es de recordar que, a dicho género literario, el color negro se le ha pegado por múltiples vías. No sólo por la asociación a los temas que desarrolla sino por ser originalmente difundidas las primeras en la publicación estadounidense “Black Mask” y en la colección “Série Noire” de la editorial francesa Gallimard. Claro que otros, en minoría, la nombran como “novela criminal”. Por algo Raymond Chandler, maestro del género, la definió en su ensayo como la novela “del mundo del crimen”.
En el caso de Graziella, hay un imán particular: “Me atrae la novela negra porque habla de la realidad y de la sociedad. En todas mis novelas hay una razón, una historia que quieres contar. Juegos de maldad tenía el objetivo de explicar cómo trabajamos en los juzgados españoles, una radiografía de la justicia, y cómo actúan jueces, fiscales, abogados, forenses, policías. La novela se sustenta en dos casos reales que llevé como juez de Instrucción en una población cercana a Barcelona”.
Al siguiente año, apareció El bosque de los inocentes; Flor seca en 2017 y Querida Elsa en 2018, en plataforma digital.
Invisibles, de 2019, fue premiada como mejor novela por el festival Cubelles Noir y por la fundación QSDGlobal, en 2020. También en ese año, otra de sus obras, El salto de la araña, obtuvo el premio Letras del Mediterráneo 2020 y fue nominada a los premios de Cartagena Negra, y de Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, al siguiente año.
Explica: “Todas mis novelas son distintas. Tratan temas, cuestiones que te preocupan o interesan, algo sobre lo que quieres poner el foco. En algunas hablo de las personas que no tienen voz, de los invisibles, de los que nadie se preocupa. Del mal en estado puro. De la fragilidad humana”.
Ha participado también en varias antologías de relatos, publicado otros en revistas digitales y en papel, y colaborado como articulista en el diario Crónica Global y en la revista cultural The Citizen, entre otras.
Lee todo tipo de géneros, si bien escribe dentro del género negro, aunque “es algo que no piensas cuando escribes”, nos dice. En cuanto a labrar la escritura en esa parcela literaria, expresa: “Creo que la novela negra actual refleja la sociedad en la que vivimos, es un retrato de las clases sociales y de las emociones que nos llevan a actuar como lo hacemos”.
Cuando se le pregunta por la relación de su parte literaria con la actividad jurídica, contesta: “Escribo para contar historias, no concibo mi vida sin escribir. Creo que el derecho sólo influye cuando la trama lo requiere, pero lo que realmente me interesa es reflejar la conducta humana, el porqué de nuestras acciones, ahondar en ello”. Para cada conducta, para cada resultado hay un origen, entiende, aunque no esté a la vista y sea complejo llegar a conocerlo. Esa búsqueda es lo que impulsa sus letras, con tanta pasión como en las demás actividades, de esta dama de la novela noir actual en español.
