Entre otros acuerdos, Huawei y el gigante ruso MTS sellaron una alianza que puede ponerlos en la vanguardia tecnológica de los próximos años. El acercamiento de las potencias tendrá impacto en América Latina
Por Gonzalo Fiore Viani
En el contexto de la Guerra Comercial que enfrenta a China con los Estados Unidos, el gobierno del gigante asiático aceita sus relaciones diplomáticas, políticas y comerciales con Rusia. El vínculo actual entre ambos países no tiene parangón en toda su historia. Durante el siglo XX, en plena Guerra Fría, cuando ambos Estados se declaraban comunistas, China se acercó a los Estados Unidos, manteniendo relaciones conflictivas con Moscú. Incluso, las milicias de la China maoísta llegaron a enfrentarse brevemente en un conflicto armado con las fuerzas del Ejército Rojo en marzo de 1969. La ruptura de las relaciones chino-soviéticas se intensificó en los próximos años, por lo cual los chinos terminaron acercándose a los Estados Unidos en la histórica visita del entonces presidente Richard Nixon en 1972.
Lejos quedaron los años de la Guerra Fría, pero el complejo panorama del nuevo conflicto comercial, esta vez, encuentra a los dos megaestados como aliados.
Reunidos en el Foro de San Petersburgo, tanto el presidente ruso Vladimir Putín como su homologo chino Xi Xinping afirmaron que la relación se encuentra en sus “mejores momentos” y agregaron: “Hemos soportado las pruebas del tiempo y las tribulaciones”.
Esas tribulaciones a las que se refieren pueden tener nombre y apellido: Donald Trump. A pesar de su buena relación con el Kremlin, según el gobierno ruso, el presidente estadounidense ha ido demasiado lejos con las sanciones a los productos chinos.
De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Económico ruso, en el año 2018, los ingresos producidos por las relaciones comerciales entre los dos países se incrementó en 27,1%, llegando así a la cifra de 107.000 millones de dólares.
Probablemente el vínculo no haga más que crecer en el mediano plazo, ya que son muchas las aéreas estratégicas de cooperación entre Rusia y China. Quizás se celebre una gran cantidad de nuevos acuerdos, aprovechando el marco del 70º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados, en 1949, durante los gobiernos de Mao y Stalin.
Luego del veto de Trump contra Huwaei, la gigante telefónica china ha celebrado un contrato con la megaempresa de telecomunicaciones rusa MTS. El objetivo principal del acuerdo es desarrollar de manera conjunta la tecnología del 5G.
La disputa por el dominio de la quinta generación de tecnología móvil es uno de los ejes centrales del conflicto comercial.
La sucesora del 4G todavía se encuentra en desarrollo, sin embargo se espera que sea de uso común para el año 2020. Por ello es clave el rol que China y Rusia desempeñaran en esto, consolidándose como la vanguardia tecnológica en un futuro bastante cercano.
Según el gobierno estadounidense, Huwaei ha colaborado con las autoridades de Pekín en tareas de espionaje. Lo cierto es que esta serie de denuncias sólo ha logrado acercar aún más la relación entre China y Rusia, Según declaró Xi Xinping en el foro que se desarrolló en la ciudad imperial rusa: “Hemos logrado llevar esta relación al nivel más alto de nuestra historia, y así la mantendremos.”
En marzo de 2014, las autoridades chinas no alzaron críticas contra la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia. Ya en 2001, los gobiernos firmaron un tratado de cooperación a 20 años. Esta alianza, que no parece dejar de consolidarse de cara al futuro cercano, tendrá -seguramente- un fuerte impacto sobre América Latina. China mantiene relaciones con todos los países de América Latina y el Caribe exceptuando Paraguay, Honduras, Guatemala y Nicaragua, que todavía reconocen a Taiwán, requisito excluyente para la diplomacia china. El gigante asiático es uno de los principales socios comerciales de numerosos países en la región: es el primero para Brasil, Venezuela, Bolivia, Cuba y Ecuador. A su vez, es el segundo socio de Argentina, Chile, o México. Al mismo tiempo que es fundamental en las economías de países centroamericanos como Panamá, República Dominicana o El Salvador. Las inversiones chinas en América Latina superaron en 2018 US$380.000 millones.
De la misma manera, la relación de Rusia con la región es importante. Por supuesto, con Cuba, con quienes el vínculo comercial, político y cultural superó las barreras temporales de los años de la Guerra Fría y la caída de la URSS. Además de la isla caribeña, el gobierno ruso profundizó los lazos comerciales en la década pasada, especialmente con los gobiernos de Hugo Chávez, Lula da Silva, Rafael Correa y Cristina Fernández de Kirchner. Si bien los vínculos no se profundizaron con los gobiernos de Jair Bolsonaro en Brasil y Mauricio Macri en Argentina, el interés del Kremlin en el futuro político de la región es grande. Por supuesto, la lucha mayor se sigue dando en Venezuela. A pesar de las condenas de Mike Pompeo y John Bolton contra lo que ellos consideran intervencionismo ruso en el país bolivariano, Trump los contradijo diciendo que Putin “sólo tiene buenas intenciones” en Venezuela.
Tras los rumores -hasta ahora sin pruebas concretas- de la supuesta injerencia del gobierno de Putin en las elecciones norteamericanas, tanto periodistas como dirigentes políticos argentinos han agitado fantasmas al respecto, de cara a las próximas elecciones. El candidato a vicepresidente oficialista, Miguel Pichetto, ya ha tomado partido en la guerra comercial afirmando que Argentina debe “retomar el vínculo histórico con los Estados Unidos”. Estará por verse cual es el rol que desempeñará el país en el complejo escenario internacional.