domingo 22, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Gobierno de sociedades organizadas o gobierno de ideologías caducas 

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Por Luis Esterlizi (*)

Realidad nacional

Una nación se constituye a partir de un territorio y un pueblo -que lo habita- con sus creencias, valores y cultura, asumiendo conciencia e identidad para establecer los poderes institucionales como el modelo de gobernanza que le aseguren bienestar, libertad, justicia y soberanía. 

Hemos pasado la recordación del 25 de Mayo de 1810, bajo intensidades sociales de distinta significación, cuando muchas de ellas fueron consecuencia directa de la titubeante trama político-institucional en plena decadencia que hoy está experimentando Argentina.

A partir de los fallidos intentos por legalizar las propuestas “básicas” presentadas por el presidente Milei, con el fin de garantizar su estratégica operación al servicio de intereses imperiales y financieros, debe avanzar en sus negociaciones con los integrantes del Congreso Nacional, que a su vez reciben claras presiones de los líderes de coaliciones políticas y gobernadores.

Esto, evidentemente delata la trama negociadora entre la casta y la “tozudez” del Poder Ejecutivo Nacional que quiere el poder absoluto para gobernar “en democracia”, para que a su total dominio tenga el “privilegio” de imponer sus propósitos, obviando las múltiples observaciones y propuestas de organizaciones privadas empresariales, laborales, sociales, profesionales, comerciales, etcétera, que son parte importante de la sociedad en su conjunto.

Este proceder de Milei lo podemos entender en función de su cerrado objetivo ultralibertario e inhumano de destruir no sólo el Estado y sus organismos públicos y entidades privadas nacionales, más allá de las secuelas que ya reciben, dado el constreñimiento social que viene soportando el pueblo argentino, por haber zafado del neoliberalismo ejercido durante 40 años, y hoy quedar en manos del ultraliberalismo libertario, donde el Estado dejó de ser prenda de gobiernos venales para volver como antes de 1810, a ser disfrutado totalmente por un virrey. De esta manera blanquea su intención de firmar un pacto o constituir un consejo con la partidocracia dialoguista, el apoyo de personalidades e intereses fanáticos y ciertas entidades del quehacer industrial y productivo privado, que inconscientemente no advierten que Milei les pone una soga en el cuello: al trabajo, al crecimiento económico de la industria nacional y al desarrollo social inclusivo. 

Al mismo tiempo muestra palmariamente su total desparpajo y falta de responsabilidad social, ante un contexto económico de profunda recesión, aumento acelerado de la desocupación, sueldos devorados por la devaluación e inflación, con una pobreza que avanza hacia 50% de la población. O sea, el penoso camino de entregarnos al ultraje nacional.

Por otra parte, introduce su torcida versión sobre el 25 de Mayo de 1810, criticando al auténtico proceso revolucionario y de liberación contra los intereses extranjeros comenzado por el pueblo frente al Cabildo de Buenos Aires, ocultando capciosamente sin especificar que dicho hecho significó el enfrentamiento con el cabildo de Córdoba, que intentaba seguir bajo la dependencia de los reyes de España y su perfil imperialista, propio de aquella época. Además, los argentinos que produjeron el cabildo abierto al pueblo en Buenos Aires también estaban contra el espionaje imperial de Inglaterra y Francia.

Estrategia política para aprobar la ley “Bases” en el Congreso

Momentos antes de su venida a Córdoba, el Presidente enfrentó la crisis política en el tratamiento de la ley “Bases”, por lo que decidió elegir un mediador político de fuste y conseguir de “la Casta”, su aprobación en el Senado.

Ese negociador debía maniobrar entre los intereses que reclaman esencialmente los gobernadores y las directivas de Milei para aquellas leyes que son innegociables.

Aquí, abro un paréntesis para poner una mirada crítica sobre Diputados -esencialmente- porque nuestra Constitución Nacional dice que son los “auténticos representantes del pueblo”, cosa que resulta una mentira en los hechos. Recordemos los cordobeses cuando un gobernador pedía a gritos que “voten a los diputados de Juan”… como se dice, “como muestra solo hace falta un botón”.

Es decir, el pueblo se quedó sin ningún representante institucional genuino, ya que el Presidente, como dueño absoluto del Poder Ejecutivo, hace cosas que nunca dijo en su campaña y, al tomar decisiones, sólo consulta con su círculo “íntimo”. 

Los congresales especulan entre sus propósitos personales y las obligaciones contraídas con sus gobernadores. En cuanto al Poder Judicial, mejor ni hablar.

Con estos “representantes constitucionales”, muy poco se avanzará, a no ser por la perseverancia en la lucha de las entidades privadas, cámaras y organizaciones gremiales, comerciales, sociales, etcétera, haciendo llegar sus reclamos y propuestas, aunque los sectores marginales quedan desprotegidos, ya que las entidades denominadas “piqueteras”, que en su momento exigían trabajo, con el correr de los años terminaron pidiendo planes sociales y subsidios.

Cierro el paréntesis y vuelvo al momento en que Milei decide suplantar al jefe del Gabinete Nicolás Posse, por el actual ministro del Interior Guillermo Francos. Las expresiones propias del ministro dejaron entrever que fue el Presidente quien le habría dicho que fuera el negociador porque él se sentía un incomprendido por “la casta”, mientras Francos -por los años en la política- les conoce el pedigree a todos. 

Pero en estos acontecimientos existen causas que no todos advierten, ya que Milei, si finalmente arregla con “la casta”, necesita asegurar el acompañamiento de los poseedores de los recursos financieros para realizar los negocios, apenas les otorgue garantías plenas de que sus inversiones serán beneficiadas por exenciones impositivas, tarifas de servicios subsidiadas, retiro total de sus ganancias, reformas laborales, etcétera, y una permanencia de 30 años.

“Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”

Ante situaciones inconcebibles o cuestiones irrealizables, Arquímedes filósofo, ingeniero, inventor, astrónomo y matemático de la antigua Grecia, emitió la frase del subtítulo, demostrando, además de sus oficios y trayectoria, su enorme sabiduría para realizar los imposibles. 

En este caso, el punto de apoyo que consiguió Milei es la Presidencia de Argentina, hecho que le permite operar desde una fortaleza de recursos naturales, pero fácilmente acometida, dada las circunstancias de contar con un pueblo dividido, anarquizado y con organizaciones intermedias, reprimidas y perseguidas ante una dirigencia política -“la casta”-, jugueteando en la partidocracia que es causa y efecto de la crisis actual.

Conclusiones 

Está claro que ésta ha sido parte importante de la estrategia de Milei, ya que si no llegaba a ser presidente, no tenía posibilidades de operar internacionalmente.

Esto hoy explica sus reiterados viajes al exterior, cuyo objetivo no fue defender los intereses que su investidura representan sino para entregarles una Argentina desguarnecida en su soberanía, aniquilada en su avance tecnológico, un pueblo empobrecido y degradado peor del que éramos en la década de 80 y sin un ejército que opere en defensa de nuestra soberanía, a no ser que le demos la razón al Presidente que contrata al ejército de EEUU, para que controle nuestros ríos, mares y espacios soberanos.

Milei ha hecho una ley “Bases”, para reemplazar a nuestra Constitución de signo neoliberal -forzando una reforma ultraliberal- para entregar Argentina al mejor postor. Por eso, tal vez la lucha recién comienza.

(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba 

“Cuando utilizo la palabra ‘social’, estoy pensando en una democracia en la que cada integrante de la comunidad pueda realizarse con la única exigencia de poseer idoneidad y condiciones morales indispensables para aquello a que aspira. En ese sentido, la forma de gobierno que sirve a la democracia social resulta ser representativa, republicana, federal y social (…). Se conecta estrechamente con lo expuesto el hecho de que el modelo define -asimismo- una clara dimensión ética que no es otra cosa que un llamado a la autonomía de la conciencia moral. Hace años sostuve que el vertiginoso progreso material de nuestro tiempo lanzó al hombre fuera de sí mismo, sin proporcionarle paralelamente una plena conciencia de su personalidad. Por eso, en el camino de la consolidación de la comunidad argentina, desempeña un papel primordial la propuesta de un esquema de valores morales y espirituales que confiere al pueblo la templanza que el futuro de la Nación requiere”

Modelo Argentino para el Proyecto Nacional – Juan Domingo Perón – Coopal – Editorial Sudamericana – Pág. 55

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