ESCUCHARPor María de los Ángeles Lucero Bringas
Exclusivo para Comercio y Justicia
En el marco del Día Internacional de la Empresa Familiar, en el Centro de la Empresa Familiar (CEF) de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) llevamos a cabo el Foro Iberoamericano para las Familias Empresarias. El principal objetivo fue compartir con expertos en la materia, de distintos puntos de Iberoamérica, los desafíos que están atravesando las empresas familiares y el diseño de estrategias para abordarlos.
Contamos con la participación de expertos como Fernando Nogales, de España; Rafael Homem de Carvalho, de Brasil; Diego Parra, de Colombia; Antonio Díaz Gutiérrez, de México; Marcelo Codas, de Paraguay; Margaret Abbott, de Honduras, y también con mi aporte como directora del CEF-UCC y el de Elsa Ribbert, coordinadora académica.
Desde la mirada de los distintos especialistas, esta crisis tiene particularidades muy disruptivas. Nos introdujo velozmente a la era 4.0, que requiere de grandes adaptaciones que primero hay que comprender acabadamente. Una de las principales características es la de ser reestructuradora. Ha venido a romper y repensar estructuras, tanto a nivel macro como micro.
En tal sentido, los expertos ponen un énfasis especial en los cambios políticos mundiales y coinciden en la fuerte mirada del mundo desarrollado hacia Latinoamérica, hecho que constituye una gran oportunidad para las empresas familiares de la región.
A nivel micro, el énfasis está puesto en la importancia de repensar la estructura de las organizaciones, la incorporación de tecnología y adecuar las formas de trabajo de los colaboradores a los retos actuales. Con relación a este punto, los expertos coinciden en que esta crisis podrá ser una de las más largas que hemos tenido que atravesar en los últimos tiempos. Hay grandes adaptaciones que deberán llevarse a cabo, como el teletrabajo, y sobre todo el cambio en las adecuaciones sanitarias, no sólo de los
trabajadores, a quienes se les deben garantizar espacios de trabajo seguros, sino también en relación con los clientes y proveedores.
En este sentido, es de destacar la gran ventaja que posee este tipo de organizaciones que se caracterizan por su capacidad de resiliencia, por planificar a largo plazo y por apostar por la continuidad y preservación de la empresa, factores que son de gran relevancia en este contexto.
Sin lugar a dudas, un aspecto no menor que las empresas familiares deben afrontar es la revisión de su modelo de negocios. No resistir sino adaptarse y adecuarse a las nuevas necesidades. En ese punto, la empresa familiar cuenta con gran flexibilidad; apelar a esta ventaja para reflexionar y readecuar los aspectos que sean necesarios para ser competitivas.
Para poder aprovechar las oportunidades del contexto, es de suma importancia crear departamentos de internacionalización y alentar las pymes familiares a realizar alianzas estratégicas para poder hacer frente a las nuevas demandas. En esto habrá una gran oportunidad para el sector agroalimentario, en el que destacan Argentina en particular y América Latina en general. Aprovechar la sinergia entre empresarios familiares para abordar estas posibilidades.
Otra cuestión a destacar es la necesidad de ser cuidadosos con el análisis de la información que en general, se maneja en exceso. Saber discernir y tomarse el tiempo necesario para la reflexión, a los fines de no caer en decisiones equivocadas.
Para hacer frente a estos retos, es importante revisar y contemplar algunos aspectos como parte del diseño de estrategias:
– Profesionalizar la familia empresaria.
– Capacitar in company a la medida de las necesidades de cada organización.
– Poseer normas claras y consensuadas.
– Establecer órganos de gobierno activos que faciliten la agilidad en la toma de decisiones y la transparencia.
– Establecer comités de sucesores. Las nuevas generaciones cumplen un rol fundamental en este proceso de cambio. Sumar la experiencia de la generación predecesora a los conocimientos, agilidad y habilidades de las sucesoras.
– Promover la educación económica dentro de toda la familia empresaria.
– Ajustar las necesidades al contexto, dejando de lado intereses particulares por sobre el bien común.
La pandemia de alguna manera nos convirtió a todos en “emprendedores, innovadores”, por lo que son tiempos de retrospectiva, introspectiva y prospectiva.
Son tiempos de oportunidad para la familia empresaria para conversar y escuchar todas las ideas y aportes, cada uno desde su rol; para diseñar los escenarios posibles y construir el futuro deseado.
* Directora del Centro de la Empresa Familiar de la Universidad Católica de Córdoba
