Casi 5,7 millones de jóvenes no tienen trabajo. Los países con mayor cantidad de desocupados menores de 25 años son Grecia y España.
El número de desempleados jóvenes en la Unión Europea (UE) -que bordea 5,7 millones, según mediciones de marzo pasado- hizo sonar las alertas y se convirtió en una de las principales preocupaciones de los líderes europeos, quienes abordarán el tema en la próxima cumbre del Consejo Europeo, a fines de junio.
“Quiero poner la lucha contra el desempleo en el primer lugar de la agenda. La cifra de parados, sobre todo de jóvenes, está en un nivel récord”, señaló el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, en la carta dirigida a los líderes del bloque en la que lista los temas a tratar en la próxima cumbre, los días 27 y 28 de junio.
De los 5,7 millones de jóvenes menores de 25 años desempleados que hay en la UE, 3,6 millones viven en los 17 países que comparten el euro. Francia y Alemania tomaron la iniciativa y sus ministros de Economía, Pierre Mocovici y Wolfgang Schauble, presentaron ayer en París un plan conjunto para atacar el desempleo juvenil, una de las consecuencias más dramáticas de los duros ajustes tomados por los gobiernos europeos por la crisis financiera. Van Rompuy llamó también la atención sobre “las enormes diferencias en las tasas de desempleo juvenil dentro de la UE”, lo que evidencia que “las políticas y las situaciones nacionales importan”.
De acuerdo con los últimos datos difundidos por Eurostat -la oficina de estadísticas de la UE-, en marzo de 2013, 23,5% de los jóvenes del bloque continental no tenía empleo, mientras en la zona euro la cifra asciende a 24%, lo que supone, respectivamente, un incremento de 0,9% y de 1,5% en comparación con el mismo mes de 2012.
Las tasas más bajas de desempleo juvenil se observaban en Alemania y Austria (7,6% cada uno) y Holanda (10,5%), mientras Grecia (59,1% en enero de 2013), España (55,9%), Italia (38,4%) y Portugal (38,3%) registran los valores más altos.
En julio del año pasado, la UE ya formuló recomendaciones específicas para combatir la desocupación entre los jóvenes, y en diciembre de 2012 la Comisión presentó a los países un conjunto de medidas para este problema y la consecuente exclusión social.
Entre esas medidas se destacan las destinadas a mejorar el aprendizaje y la llamada “garantía juvenil”, que pretende asegurar trabajo a los jóvenes de hasta 25 años cuando terminen sus estudios, medida que los socialdemócratas europeos proponen ampliar hasta 30.
La CE instó a los países a poner en práctica lo antes posible las estructuras que hagan posible esa garantía juvenil, que tendrá impacto fiscal ya que se requiere financiación. “La garantía juvenil tiene un costo fiscal para los Estados miembros, pero ese costo será mucho más bajo que el de la inacción”, sostiene el Ejecutivo comunitario.
Cabe recordar que el año pasado la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó que implementar ese esquema de garantía juvenil le costaría a la eurozona 0,45% de su Producto Interior Bruto (PIB), es decir 21.000 millones de euros.
Para la Comisión, esos costos se deberían comparar “con los del desempleo, la inactividad y la pérdida de productividad” -que, según el think tank “Eurofound”, ascenderían a 1,21% del PIB de esos países y supondría una pérdida anual de 153.000 millones de euros.
La UE dispone del Fondo Social Europeo (FSE) para ayudar a los países y son los Estados miembros afectados por las mayores tasas de desempleo juvenil los que identifican a los jóvenes perceptores de esas ayudas.
En París, los ministros tienen sobre la mesa varias propuestas, entre ellas la de movilizar cuanto antes los 6.000 millones de euros (ya presupuestados) en favor del desempleo juvenil y la posibilidad de multiplicar su efecto hasta 60.000 millones de euros en préstamos a por intermedio del Banco Europeo de Inversiones (BEI).