Las tres jurisdicciones -nacional, provincial y municipal- ocupan 2,4 millones de personas. Los empleados públicos constituyen un tercio del trabajo asalariado registrado.
El sector público es un empleador destacado. Sus tres jurisdicciones -nacional, provincial, municipal- ocupan 2,4 millones de personas. Esto significa que en uno de cada cinco hogares el empleo estatal es la fuente de ingresos, si no siempre única, principal en una elevada proporción de los casos. Los ocupados en el sector público constituyen, además, un tercio del empleo asalariado registrado. Así lo indica un informe de SEL Consultores, firma conducida por el economista Ernesto Kritz.
En los últimos años, en sentido opuesto a la desaceleración del crecimiento del empleo privado, el sector público sostuvo un ritmo de aumento significativo: 6,1 por ciento entre 2007 y 2011, contra 3,2 por ciento en el sector privado registrado. “Actualmente hay, al menos, un cuarto más de empleados públicos que en 2007. El aumento del empleo público -destacó el informe- fue especialmente importante durante el período recesivo 2008-2009: 7,9 por ciento versus una reducción de 2,3 por ciento en el sector privado”.
El aumento del empleo público, sin embargo, no es homogéneo en todas sus jurisdicciones. Según el informe, el mayor corresponde al provincial, que desde 2007 creció casi un tercio (7,3 por ciento anual), seguido muy de cerca por los municipios, en los que el número de empleados se expandió 30 por ciento.
Las remuneraciones más altas
El sector público no sólo es importante en el crecimiento del empleo sino en los niveles de remuneraciones. Así, según destaca el estudio, su salario promedio es 13 por ciento más alto que el del sector privado registrado. No obstante, aquí también hay una heterogeneidad significativa entre las jurisdicciones, aunque en sentido inverso al del empleo. Las provincias y los municipios pagan muy por debajo del sector público nacional (-49 por ciento y -58 por ciento, en ese orden) y también del sector privado (-16 por ciento y -30 por ciento, respectivamente). “Es probable que los promedios salariales de las provincias y las municipalidades estén sesgados a la baja porque no incluyen algunas grandes de mayores ingresos (como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe), que posiblemente paguen mejores remuneraciones que aquellas que transfirieron sus cajas previsionales a la Anses” (Administración Nacional de la Seguridad Social), puntualizó el informe.
Aun considerando estas heterogeneidades, la superioridad salarial del promedio del sector público sobre el sector privado registrado se mantiene en todo el período considerado. Sin embargo, la brecha ha ido reduciéndose: en el segundo semestre de 2007 era de 26 por ciento en las remuneraciones brutas; en 2011 se redujo a 11 por ciento. En el caso de las remuneraciones netas, la disparidad entre sectores bajó de 35 por ciento en el segundo semestre de 2008 a 13 por ciento en 2011.
“Esto refleja que en los últimos años los salarios privados registrados crecieron más que los del sector público consolidado (si bien no necesariamente más que el de todos sus componentes). Entre los primeros semestres de 2007 y 2011, las remuneraciones brutas promedio del sector privado aumentaron 20 puntos más que los del sector público, y las netas 15 puntos más. Esto sugiere que la capacidad de negociación de los sindicatos del sector privado ha sido, en general, mayor que la del sector público”, reflejó el informe de SEL Consultores.
No obstante que los salarios del sector privado aumentaron más que los del estatal, la masa salarial de éste creció por encima de la del primero. La razón, desde luego, es que el empleo público se expandió sensiblemente más que el privado registrado.
Los salarios del sector público
Desde el punto de vista salarial, el sector público es muy heterogéneo. Un examen desagregado indica que ello sucede no sólo entre jurisdicciones sino incluso dentro del sector público nacional. Los organismos descentralizados, por ejemplo, pagan en promedio 75 por ciento más que la administración central; las universidades nacionales, en cambio, remuneran 44 por ciento menos que el promedio del sector.
obre lo anterior, el estudio afirmó: “Este último dato sugiere que los salarios del sector público no siempre están asociados al nivel de calificaciones. El argumento de la relación entre salarios y calificaciones, precisamente, se emplea a veces para explicar por qué el sector público paga más que el privado. La dotación del primero, se admite, tiene un nivel de calificaciones más alto que el del conjunto del sector privado. Las disparidades de salarios estarían reflejando ese diferencial. Sin embargo, como lo muestra el caso de las universidades, no parece ser siempre así. Pero aun si éste se deja de lado, una comparación entre actividades más homogéneas muestra que también allí hay brechas no explicadas por la calidad del trabajo”.