Ya son más de cien los operadores que lo aceptan en comercios y empresas. Pero su verdadera magnitud es porque opera como medio de pago internacional, sin costo financiero ni cambiario – Javier De Pascuale – [email protected]
A horas del evento más esperado en la red de usuarios de bitcoin, el “halving” realizado el sábado 9 de julio, que “acuñó” un nuevo bloque al lote de monedas virtuales presentes en esta red internacional de pagos, crece el interés argentino y por supuesto mundial por el presente y el futuro de las criptomonedas -monedas virtuales-, que ocupan cada vez más espacio en la economía nacional e internacional.
El bitcoin es una moneda digital creada en el año 2009 por un autor desconocido, pero que hoy es aceptada por una amplísima comunidad que le da soporte global. Opera sin una autoridad central (no existe un banco central o uno emisor), lo que significa que no está producida ni regulada por bancos ni por gobiernos y, por lo tanto, no tiene lazos con monedas nacionales ni con ningún otro tipo de activo. Funciona bajo un protocolo de seguridad de nivel militar, en el cual la emisión, la tenencia y las transacciones están debidamente registradas y validadas por un sistema inviolable y aceptado por todos.
Como medio de pago, las transacciones que se llevan a cabo con bitcoins son peer to peer (a la par) vía Internet, lo que significa que se pueden transferir bitcoins entre dos dispositivos del país o del mundo, sin pasar por un banco o institución que medie la transacción y, por lo tanto, ahorrando comisiones bancarias, costo financiero y costo cambiario.
Básicamente, bitcoin es un proyecto de software libre basado en tecnología P2P, abierto a todos quienes quieran usarlo, según lo explican los miembros de esta comunidad en su página de wiki www.bitcoin.org. “Bitcoin es de código abierto; su diseño es público, nadie es dueño o controla bitcoin y todo el mundo puede participar. Por medio de sus muchas propiedades únicas, bitcoin permite usos interesantes no contemplados por ningún sistema de pagos anterior”, informa esta página.
Una de las características más interesantes del proyecto bitcoin es que funciona como un sistema económico cerrado, con emisión programada, por supuesto planificada de antemano y aceptada por todos. De hecho, es el único sistema económico que tiene estas características, ya que en las economías de los países los bancos centrales deberían crear moneda a una tasa acorde a la cantidad de bienes y servicios intercambiados por los ciudadanos. Pero al ocurrir este intercambio a precios inestables, se producen distorsiones que abren el sistema al juego de acciones de gobiernos u operadores bancarios y de mercado, que terminan alterando el valor de las monedas y, de este modo, perjudicando a algunos y beneficiando a otros.
Con bitcoin esto no sucede. Su emisión está programada para ir disminuyendo en forma planificada con el tiempo hasta el punto en que no se emitirán más bitcoins. Es la razón por la cual cada vez que se “acuña” un bloque de 210 mil bloques de bitcoins (aproximadamente cada cuatro años), se acuerda entre todos que la recompensa a los “mineros” (los programadores que diseñan los nuevos bloques de la moneda) disminuye. Este recorte, que sucedió por primera vez en 2012 y por segunda vez el sábado pasado, impacta positivamente en el ecosistema económico del bitcoin debido a que, con cada vez menos monedas en circulación y mayor demanda, el valor del bitcoin tiende a aumentar. Y es precisamente lo que comenzó a observarse ayer. Mientras el pasado 30 de mayo su cotización internacional se encontraba en 470 dólares, al día de ayer se conseguía en Argentina a 10.664 pesos, es decir a casi 650 dólares al cambio de ayer. Incluso el tecnólogo sudafricano Vinny Lingham predijo hace pocos días que hacia fines de año el bitcoin superará la barrera de los mil dólares la unidad.
La fase alcista de la criptomoneda es materia de debate internacional. Algunos hasta hablan, paradójicamente, de incertidumbre (en un sistema cerrado), a partir de la guerra entre core develloppers internacionales de la moneda, mientras recomiendan mirar con atención otras criptomonedas que están se capitalizando mucho en los últimos tiempos, como Ethereum y The Dao. La capitalización de mercado de bitcoin está en 10.700 millones de dólares, mientras Ethereum se ubica 1.300 millones de dólares.
Está entre nosotros
En Argentina se pueden comprar y vender bitcoins por medio de varias compañías: DigiCoins, Unisend, Satoshitango, WideExchange, Ripio y ArgenBTC son algunas de ellas. Todas forman parte de la ONG Bitcoin Argentina, cuya misión es difundir información objetiva sobre la tecnología de bitcoin y las criptomonedas, además de prestar servicios de asesoría a entes gubernamentales o privados que deseen conocer más sobre el uso de esta tecnologías. Realizan eventos, foros y conferencias en los cuales se aclaran dudas sobre el funcionamiento del sistema y sus implicaciones jurídicas y económicas.
Una búsqueda rápida en MercadoLibre Argentina muestra más de 150 comercios que aceptan este medio de pago.
Por su parte, la página wiki http://mercadobitcoin.com/ permite buscar los negocios y empresas que trabajan con bitcoins en el país y la región, en 15 categorías diferentes, desde vehículos hasta arte y alojamiento.
La mayoría se concentra en Buenos Aires y zona metropolitana, aunque se pueden encontrar operadores en Corrientes, Chaco, Chubut o Río Negro, por mencionar algunas provincias con comercios adheridos.
Inexplicablemente, Córdoba permanece como un desierto en materia de uso y aceptación de bictoins.