Por Gonzalo Celis Amoedo *
El devenir de la semana reflejó una situación financiera internacional en cierta manera auspiciosa, en la que los principales peligros (la tasa de EEUU, la evolución del dólar contra las monedas más importantes, los acontecimientos relacionados con la crisis italiana y su potencial contagio al resto de Europa) salieron de las tapas de los diarios especializados.
Si bien las noticias negativas se relacionaron con una fuerte volatilidad en el comportamiento de las monedas y demás activos financieros de países emergentes tales como Brasil o México, Argentina cerró la semana pasada anunciando un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que abarca aspectos sumamente relevantes que impactan a futuro sobre distintas variables tales como tipo de cambio, valor de los activos financieros, inflación y crecimiento económico, entre otros.
El paquete acordado involucra un monto de US$50.000 millones por 36 meses, más otros US$5.650 millones de otros organismos multilaterales, con un desembolso de 15.000 millones de dólares previstos en forma casi inmediata.
Dentro de las medidas anunciadas, se destacaron los objetivos de reducir el déficit fiscal junto con el establecimiento de metas de inflación que lucen más ajustadas a la nueva realidad que las anteriores. En ese sentido, para los próximos años las nuevas metas se establecieron en 17% en 2019, 13% en 2020, 9% en 2021 y 5% en 2022.
Otros puntos considerados muy relevantes por el FMI apuntan a profundizar la independencia del BCRA en el manejo de la política monetaria, tendiente a disminuir la dominancia fiscal, a restringir las asistencias al Tesoro y buscar un mecanismo para resolver un problema creciente, tal como la evolución del saldo de las Lebac y la asunción de un compromiso de permitir un tipo de cambio flexible y convalidado por el mercado.
Este paquete contribuirá, seguramente, a generar una mayor estabilidad en los mercados financieros domésticos -en la medida en que el entorno internacional descripto más arriba acompañe-.
El mercado argentino se movió al ritmo de los rumores que iban surgiendo sobre la posible confirmación del acuerdo con volatilidad elevada en bonos y acciones. El día viernes, ya con la confirmación de la noticia, el mercado reaccionó positivamente con un tipo de cambio que se movió moderadamente a pesar de su liberación y un comportamiento alcista en bonos y acciones, con el Índice Merval, que agrupa las principales especies, cerrando la semana con un alza cercana a 10%.
A modo de conclusión, el comportamiento inicial fue auspicioso dado que las condiciones del acuerdo generaron sorpresas positivas: los operadores demandaron activos de riesgo argentinos, intentando tomar ventajas de sus castigadas valuaciones y trasladando las expectativas hacia una potencial reclasificación por parte del Morgan Stanley, cuya fecha límite es el día 20 próximo.
No obstante y en función del armado de las carteras para inversores conservadores, es recomendable mantener la cautela, dada las dificultades para estimar los impactos potenciales sobre la economía real; alocar la mayor parte del capital en activos denominados en moneda extranjera y sólo en forma marginal invertir en alternativas en moneda nacional.
* Magíster y asesor financiero de S&C Inversiones