Por Diego Dequino (*)
Proyectar el valor del dólar luego de las elecciones presidenciales de primera vuelta del domingo próximo implica prestarles atención a tres señales que balicen el sendero que puede tomar la divisa.
Los dólares disponibles en la economía argentina
¿Cuántos dólares dispone la economía argentina, entre bancarios y billetes?
Incluyendo valores fiscalmente declarados y no declarados, esa cantidad es de difícil estimación. Pero mediante dos relaciones conocidas (el patrón de elusión física que señala que al menos existen en Argentina de 2 a 3 dólares físicos por cada dólar bancario y el patrón de que Argentina atesora al menos entre 3% y 4% del total de dólares circulantes en el mundo) es prudente proyectar su valor entre US$75 mil millones y US$100 mil millones. Esto equivale US$1.700 – US$2.200 por habitante en nuestro país.
Si comparamos, tenemos que un estadounidense cuenta con US$9.700 promedio y un ciudadano que habita la zona del euro cuenta con €9.300 promedio (US$10.300). Si bien disponemos de 4 a 5 veces menos de dólares/euros/moneda dura que nuestros pares estadounidenses o europeos, sepamos que somos en promedio de 3 a 4 veces menos ricos que EEUU y la zona del Euro.
Es decir, cada argentino dispone en promedio de casi tantas unidades de moneda dura como sus pares norteamericanos y europeos, a pesar de que nuestro Banco Central no emite ni dólares ni euros y siempre que dicho dinero no se fugue del territorio.
La demanda y oferta de pesos
La demanda de pesos por los argentinos, desde fines de la década de 1970 estuvo siempre sometida a un estrés porque la moneda local no se utiliza de manera regular como reserva de valor (ahorro). Y las veces que el proceso inflacionario se aceleró, la demanda de pesos se redujo a niveles casi insignificantes, compensado ello por el aumento de la velocidad a la cual circulan esos billetes y limitando su función casi exclusivamente a transar bienes y servicios.
Veamos la situación actual. Señalamos que cada estadounidense tiene en promedio US$9.700 para llevar adelante su vida y cada ciudadano de la zona del euro €9.300 para iguales fines. Cada uno de los argentinos disponemos en promedio de $29.500 (equivale a US$500) para llevar adelante nuestras actividades.
Es decir, cada argentino dispone en promedio 20 veces menos moneda de curso legal respecto de los norteamericanos y de los europeos, siendo que somos “apenas” entre 3 y 4 veces menos ricos. Definitivamente, esta cantidad de pesos apenas es suficiente para desarrollar la actividad económica estricta de consumo de corto plazo y no contempla ni el consumo de bienes durables ni la inversión.
La relación entre pesos y dólares que administra el BCRA
Esta relación mide el tipo de cambio de conversión, es decir el valor que hace equivalentes el total de pesos emitidos respecto del total de dólares que posee el Central, ajustado por regulaciones y expectativas. Ese cálculo en los últimos días se ubica en el rango $57-$90 por cada dólar, incluyendo las Leliq en el cálculo y los argendólares depositados netos de préstamos en dólares otorgados por los bancos.
La mediana estadística de dicho rango establece $73,50 por dólar, lo que indica que el precio actual de la divisa en torno a $60 está más cerca del piso que del techo, en un contexto de dólares que sobran y pesos que faltan para el giro económico.
El plan económico y financiero en ciernes, al margen de la coalición política que resulte triunfante, tendrá como dilema de hierro lograr que crezca la cantidad de pesos disponibles junto con su demanda, para que la inflación no se espiralice. De otra manera, es probable que la cantidad extraordinaria de dólares existentes en la economía sea puesta en circulación de hecho por las personas, sus legítimos dueños, completando el desplazamiento final del peso como moneda.
(*) Exsecretario de Economía y Finanzas de la Municipalidad de Córdoba y exmiembro del Directorio del Banco de la Nación.
Si la sociedad argentina maneja el caudal de divisas. Es decir, hay un exiguo control de la oferta de divisas por los entes reguladores. Pareciera que haciendo masiva las operaciones en moneda dura es posible desestimar la valoración o la tendencia depreciativa de la moneda local; si hay vinculación entre estas variables, incida hacia la baja o se mantenga casi constante el índice de precio. Lo anterior apunta a una tentación supuesta.