martes 5, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Beatles al desnudo: primera mirada sobre Get back

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Por
Federico A. Ossola (*)

“Cada año con los Beatles fueron como mil años”, dijo una vez George Harrison. Su breve existencia como grupo fue tan vertiginosa que pasaban de una era a otra sin solución de continuidad.

En enero de 1969, Paul McCartney los embarcó en una nueva aventura: filmar ensayos para lo que sería un especial de televisión. Empezaron el día 2, en los estudios cinematográficos de Twickenham; luego fueron a su propio estudio, en el sótano del edificio de Apple, en el centro de Londres. Terminaron el 31 de enero. Esto se concretó de la manera esperada y luego de muchas vueltas todo culminó en el inolvidable Concierto de la Azotea.

Sesenta y cinco horas de imágenes y muchas más de sonido. Un disco (Let it be) y la película homónima vieron la luz más de un año después (luego de Abbey Road), a pocos días de la disolución “oficial” de la banda. Todo ese material quedó para siempre vinculado con su separación.

Fue un mes tormentoso pero no exento de los milagros que producía su sinergia grupal. En mi opinión, exhaustos artísticamente (sólo a dos meses y medio de haber terminado de grabar el Álbum blanco), con miles de cosas que les habían sucedido en el interregno y ya definitivamente tomando caminos individuales diferentes, este nuevo intento de Paul por mantener unida la banda casi provocó una explosión que, finalmente, sucedió un año después.

Sus propios recuerdos, la edición de la película original, las caras serias y contrariadas de las fotos, el enojo de Paul por la actuación posterior de Phil Spector y las grabaciones que salieron en el mercado informal (bootlegs de imágenes y, sobre todo, audio) contribuyeron a consolidar la idea de una época triste, casi trágica y oscura. 

Tuvieron que pasar más de 50 años para que, finalmente, se realizara un abordaje serio. Let it be fue siempre su proyecto de reedición más postergado.

Peter Jackson, confeso fan del grupo y con aquilatados laureles en el mundo cinematográfico, vio todo. Escuchó todo. En un impresionante trabajo de edición y restauración, nos presenta en tres capítulos (y casi 8 horas) este reality (siempre los Beatles fueron innovadores) la sustancia de lo que fue ese momento tan particular.

Si bien el marketing (fenomenal) sugería que “no estaban tan peleados y eran los mejores amigos”, mis temores a una reescritura de la historia, tan de moda hoy, se disiparon: si hay algo que resalta es la ética del producto.

Son los Beatles “al desnudo”, con sus conflictos y con su magia, en un momento crucial de su existencia colectiva. Muy diferente de lo que antes sucedía. No se trata de un testimonio definitivo del grupo sino de una fotografía de uno de esos “mil años” que transitaron juntos; y la única vez que ello quedó documentado, íntimamente, como nunca sucedió.

El “mundo Beatle” (fans, estudiosos, historiadores y músicos) está hoy revolucionado. Cientos de artículos, chats que arden, foros de discusión, análisis de gestos, miradas, palabras; y sobre todo música, la razón de su existencia. Cada vez que ella aparecía, todo lo demás se esfumaba. Es tanta la información que se nos entrega, que llevará tiempo obtener conclusiones definitivas.

Las cámaras naturalmente los inhibieron, sobre todo al principio, aunque luego se los nota más cómodos. A las cámaras se sumaba la presencia de “extraños” (técnicos, amigos, parientes, empleados) a los que no estaban acostumbrados cuando generaban esa música, siempre en la más estricta intimidad, cuando la magia se producía. Sin el orden y la disciplina que tenían para ensayar y grabar. 

En gran parte de Get back, sobre todo en el primer capítulo, nos encontramos ante una larga zapada, desprolija, de cientos de temas que demuestran su conocimiento enciclopédico de la música de su tiempo.

Uno se pregunta cómo habrán sido las sesiones cuando nadie los veía…

En ese marco, emociona ver nacer y desarrollarse canciones que tenemos incorporadas en nuestro inconsciente. Encontrar miradas, gestos y una comunión musical absoluta.

Es -como me dijo un amigo- haberle puesto “cara” a los discos bootlegs en los que escuchamos una música inconexa, a veces mal tocada y algo tediosa. Ahora todo tiene sentido.

Pero también moviliza el alma observar discusiones, momentos sumamente álgidos y tristes.

El sonido y la imagen son impresionantes. Todo parece haber sido hecho ayer. 

El abordaje final del Concierto de la Azotea, con varias cámaras al unísono, desde distintos lugares, es el punto de mayor emoción. Uno se siente con ellos, en ese momento crucial, la última vez que tocaron juntos en público.

El final es algo abrupto porque el último día se efectuó una grabación muy larga, de varios temas, pero que se muestra muy rápidamente. Es que siempre queda la sensación de que queremos más.

Los Beatles siempre presentaron productos de calidad. Tanto en los 60 como después. 

Aquí la espera valió la pena. No dejen de verlo. 

Estamos ante un capítulo de una de las mejores historias de no ficción del siglo XX.

Algunos detalles que no deben pasar por alto:

  1. La incomodidad del grupo en Twickenham, acostumbrándose a las cámaras.
  2. Paul usando su primer bajo violín, que luego le fue robado.
  3. Yoko Ono sentada constantemente al lado de John, casi sin emitir palabra (¿se habrán omitido algunas intervenciones de ella?).
  4. John muy alegre, chistoso y clown, como nunca más se lo vio.
  5. El irascible carácter de Harrison, harto del ninguneo de años y que derivó en su salida temporal del grupo (“Me voy del grupo, ahora”, se escucha en un momento, y lo concreta).
  6. La sinergia musical: cada vez que alguno comenzaba una canción (cualquiera fuera), los demás se acoplaban al instante. Y tocaban como nadie.
  7. El cambio del ánimo general cuando recomienzan en el sótano de Apple.
  8. La importancia de la incorporación de Billy Preston para los teclados, en lo musical y en lo anímico.
  9. Ringo, diciendo: “Me quedaría horas escuchando a Paul en el piano; es un genio”.
  10. Paul, todos los días, trayendo “algo nuevo”… Cantera inagotable de música, creatividad fuera de toda medida.
  11. El crecimiento y desarrollo de muchas canciones, tanto del disco final como otras que vieron la luz después, incluso en discos individuales.
  12. La reveladora charla entre John y Paul (grabada a sus espaldas) cuando George se fue. Es el momento más conmovedor de todo el film.
  13. Los ojos vidriosos de Paul cuando alguien les dice (luego de que George se fue y Lennon no llegaba) “ahora sólo quedan dos”.
  14. Heather, la hija de Linda McCartney, de 6 años, imitando los gritos de Yoko con un micrófono; y su cariño mutuo con Paul.
  15. George Martin, que no era el productor del disco (habían contratado a Glynn Jones) presente y efectuando muchos aportes.
  16. George diciéndole a John: “Hago lo que me dijiste hace diez años. Si empiezo a componer una canción, no paro hasta terminarla”. Luego les presenta Old brown shoe.
  17. Paul tocando el bajo como una guitarra (con acordes), cuando va mostrando a los demás sus canciones.
  18. Las enormes contribuciones de George al tema Get back y la cantidad de canciones que presentó, muchas luego incluidas en su primer disco solista.
  19. Ringo siempre allí, dispuesto a dar lo mejor por todos.
  20. Paul diciendo que en 50 años van a culpar a Yoko de la separación, por haberse sentado en un amplificador entre ellos. Y todos acordando tolerarla, porque de otra manera John la elegiría a ella.
  21. El abrazo entre Paul, John y Ringo luego de que George se fue.
  22. La felicidad de Paul en el Concierto de la Azotea. Su impresionante performance vocal e instrumental.
  23. John “a pleno” en el concierto, en su rol de “jefe”, exultante.
  24. La interpretación de The one after 909 en el concierto. Lo mejor de todo.
  25. La llegada de la policía londinense para detener el concierto y los comentarios de la gente. Algunos imperdibles.
  26. La imagen del saludo final nunca antes vista: “Espero que hayamos pasado la prueba”, dice John, ante las risas de todos.

(*) Doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Vocal de la Cámara 4° de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba.

Comentarios 1

  1. Víctor Layús says:

    Una síntesis que solamente puede realizar un profundo estudioso. Felicitaciones!!!

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