En la provincia, el sector emplea a más de 120 mil personas, para quienes se avizora
un panorama sombrío porque peligra la continuidad de sus trabajos. Referentes de la
industria demandan medidas urgentes por parte del Estado
Carolina Brenner [email protected]
El turismo es uno de los sectores más afectados por la situación derivada del impacto social y económico generado por la pandemia de coronavirus, tanto en el plano local, como en el nacional y el mundial.
“La situación es casi apocalíptica. El freno total que tienen las compañías aéreas, el cierre de hoteles, restaurantes, agencias de viajes y prestadores de servicios, entre otras actividades de la industria, que al no poder abrir, registran facturación cero, deriva en graves problemas”, graficó a Comercio y Justicia José González, presidente de la Cámara de Turismo de Córdoba.
En la provincia, la actividad emplea a más de 120 mil personas, sin tener en cuenta quienes trabajan de manera indirecta, quienes suman un número similar.
“Hace casi dos meses que no trabajamos, lo cual, sin lugar a dudas va a traer y dejar a mucha gente en el camino, sobre todo a aquellas pequeñas y medianas empresas que no tienen forma de reconvertirse ni generar otros ingresos. Hasta ahora, no se ve una luz al final del túnel”, expresó González.
Ante esta coyuntura, el directivo destacó: “La ayuda por parte del Estado es algo paliativo, aunque aún nada se ha efectivizado, como por ejemplo, el pago de 50% de los salarios. Igualmente, consideramos que estas contribuciones y medidas llegan tarde. Hoy todos los gobiernos tendrían que estar dando una mano al turismo que durante tantos años aportó a la industria. Hay un montón de cosas que se deberían hacer y de manera urgente. No podemos esperar”.
Aunque la entidad apoya las disposiciones sanitarias para combatir la pandemia, reclama más acciones por parte de los gobiernos, ya sean préstamos bancarios y/o exenciones impositivas, entre otras medidas.
“Si bien todos los sectores piden salvataje, el nuestro es terminal. Estamos tratando de sostener al personal con nuestros ahorros pero no sabemos hasta cuándo podremos hacerlo. Las pymes no tenemos la espalda para mantener indefinidamente la planta salarial”, argumentó el empresario.
Futuro incierto
Sobre el reinicio de las actividades, estiman que la situación se mantendrá inactiva por los próximos cuatro meses y prevén una reactivación progresiva a partir de septiembre u octubre.
“El panorama es desolador ya que no hay ninguna certeza de cuándo va a reiniciar. Igualmente cuanto eso suceda va a haber que barajar y dar de nuevo. Las empresas van a tener que despedir personal y se verá quién podrá sobrevivir”, agregó.
Consultado acerca de otras medidas que se estén tomando para paliar la situación, González comentó: “Se está trabajando en distintos escenarios hipotéticos, como la promoción para el futuro o productos adaptados a los nuevos protocolos”.
Respecto a la venta de viajes, el directivo aseguró que hoy “no se puede hacer nada en cuanto a comercialización. Todo es muy incierto y los prestadores en general no tienen una idea económica de cuáles serán los valores cuando esto se active”.
Pensando los viajes pos pandemia, González expresó: “Van a ser en su mayoría de cercanía y de mediano alcance. Seguramente, los primeros destinos en activarse serán Chile, Brasil y algo de Caribe”.
Hoteleros y gastronómicos en “situación terminal”
En el país, son más de 500 mil las personas que trabajan en los aproximadamente 50.000 establecimientos hoteleros y gastronómicos, que según anunció hace unas semanas la federación que los nuclea, la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), estima pérdidas millonarias este año a raíz de la caída de 45% su facturación por la pandemia de coronavirus.
En la ciudad Córdoba, esta actividad nuclea a alrededor de 27 mil empleados, de los cuales más de 75% pertenecen a restaurantes, bares y afines, mientras que en la provincia la cantidad de trabajadores del rubro (cocineros, mozos, lavacopas, etcétera) asciende a alrededor de 40 mil.
“La situación es extremadamente complicada. Hoteles y restaurantes están cerrados. Se está arreglando el tema paritario pero las boletas de los servicios siguen viniendo con precios altísimos, entre otros factores que hacen que sea imposible seguir para adelante con el negocios”, comentó a Comercio y Justicia Fernando Faraco, director de la Asociación Empresaria Hotelera de la Provincia de Córdoba.
“Somos una industria muy importante para la nación y la provincia, pero lamentablemente no hemos visto gestos importantes por parte de ellos para sobrellevar esta situación”, agregó Faraco.
Por su parte y en coincidencia, Gabino Escribano, presidente de la Cámara de Restaurantes y Bares de Córdoba, expresó también que “la situación es terminal. El mes de marzo ya fue muy malo porque desde el día 10 la gente dejó de salir, por lo cual a partir de esa fecha nuestra facturación fue cero”.
“Por más que casi todos o la gran mayoría comenzó a hacer delivery, el ingreso a través de esta modalidad no llega a representar 5% de la facturación normal para juntar la plata para sueldos”, remarcó el empresario, en tanto que destacó que resulta imprescindible contar con una ayuda de emergencia por parte del Estado que, “aunque se encuentre en tratativas avanzadas, aún no saben cómo se va a aplicar”.
“Todavía no llegó nada de ayuda. Incluso muy pocos establecimientos pudieron tomar el crédito con tasa del 24% porque muchos bancos dicen que el sector no es prioritario. Se calcula que menos de 10% pudo acceder a esta posibilidad”, agregó Escribano.
La situación se plantea crítica y según trascendió entre los referentes de la actividad, se calcula que van a cerrar casi la mitad de los negocios gastronómicos.
“Todavía estamos tratando de aguantar y mantenernos, así como también nos encontramos negociando con el sindicato para ver qué porcentaje de quita aplicamos en el salario de los trabajadores. Por más que sea de hasta 75%, sin facturación y con los costos fijos vigentes, resulta imposible pagar el 25% restante”, explicó el referente.
Vale destacar que el salario promedio de un trabajador del rubro gastronómico es de aproximadamente 30.000 pesos. “En marzo, la mayoría llegó a cobrar 100% de sus salarios pero este mes, todo dependerá de la ayuda del estado”, dijo Escribano.
Respecto al reinicio de la actividad, aunque el futuro aún es incierto, estiman que será luego de que pase el invierno. “Cuando esto suceda, creo la gente, si tiene plata, va a tener ganas de salir y juntarse, y lo haremos bajo los protocolos necesarios de seguridad. Igualmente, espero que no pasen más de cuatro meses, ya que nadie tiene capacidad para aguantar ese tiempo sin facturar”, expresó el empresario. Al igual que el turismo, el sector de la hotelería y la gastronomía será el último en volver, y va a sobrevivir lo que tenga más espalda financieramente”,concluyó Faraco.