El acuerdo, por 70.000 millones de dólares, tiene que ser aprobado aún por los responsables de ambas empresas, y la oferta es tanto en efectivo como en acciones.
La firma británico-holandesa Royal Dutch Shell anunció la compra de la compañía de gas británica BG Group por 47.000 millones de libras esterlinas (unos 70.000 millones de dólares). Además, ratificó un programa de recompra de acciones de, al menos, 25.000 millones de dólares entre 2017 y 2020.
BG Group tenía un valor de mercado estimado en 31.000 millones de libras y, de concretarse, para Shell sería la mayor adquisición desde la fusión por 41.700 millones de libras entre la rama holandesa y británica.
La tercera mayor petrolera mundial confía en que esta adquisición acelerará su estrategia de crecimiento a escala global en los segmentos de gas natural licuado (LNG) y aguas profundas.
En este sentido, la absorción de BG elevará 25% las reservas probadas de gas y petróleo de la petrolera y en 20% su capacidad de producción, y mejorará la posición de la anglo-holandesa en nuevos mercados competitivos de gas y petróleo, particularmente en proyectos de gas en Australia y aguas profundas en Brasil.
Los accionistas de BG, que controlarán alrededor de 19% de la nueva sociedad, recibirán 383 peniques en efectivo y 0,4454 acciones de clase B de Shell por cada título de la compañía en su poder, lo que supone un precio de unas 13,67 libras (18,73 euros) por acción, una prima de 50% con respecto al cierre de este martes de los títulos de BG.
En el cuarto trimestre de 2014, BG tuvo que amortizar 5.000 millones de dólares, más que nunca antes, sobre todo debido a la pérdida de valor de activos en Australia por la caída de los precios de las materias primas.
Shell espera que el proceso de adquisición pueda completarse a principios de 2016 y sus efectos sean acreditados en los resultados de 2017.
La fusión podría generar sinergias anuales por importe de unos 2.500 millones de dólares (2.315 millones de euros) aparte de “otras oportunidades” que han sido identificadas por las compañías.
Por otro lado, la compañía indicó que los accionistas de BG se podrán beneficiar también de los dividendos correspondientes a sus propios accionistas. En este sentido, confirmó su intención de abonar un dividendo de 1,88 dólares por acción en 2015 y de “al menos el mismo importe en 2016”.
“Es una importante transacción para Shell, acelerando nuestra estrategia”, destacó Jorma Ollila, presidente de la petrolera anglo-holandesa.
A su vez, Ben van Beurden, consejero delegado de la firma apuntó que la industria petrolera se mueve al ritmo de “movimientos estratégicos audaces y que “la incorporación de los activos en gas natural de BG tiene sentido estratégico”.
Esta megafusión se suma a una creciente lista de grandes operaciones en el sector como consecuencia del impacto en la industria del desplome de precios del petróleo en un patrón que se asemeja a lo registrado a finales de los años 90, coincidiendo con otro período de precios especialmente bajos del crudo que dio origen a los actuales gigantes del sector como BP, Chevron o ExxonMobil.
De hecho, algunas transacciones significativas en el sector ya se han materializado, incluyendo la reciente compra de Baker Hughes por Halliburton o la adquisición de Talisman Energy por Repsol.