Se bebe más vino: viñateros asociados crecen e invierten

La pandemia los afectó en la logística y distribución pero trajo más consumo. Hay un mejor mercado interno y más exportaciones. Por primera vez, el sector mutual prestó al cooperativo y éste ya reintegró los fondos.

El cooperativismo vitivinícola, de larga y profunda tradición en el país, se afianza de la mano de la consolidación de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) y del acercamiento y la firma de acuerdos entre el sector y las mutuales más importantes del interior del país, agrupadas en la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM).[privado]

Si bien en Córdoba hubo y prosperaron cooperativas de productores viñateros, es la provincia de La Rioja la cabeza nacional del movimiento cooperativista de productores. Allí se asienta una gran cantidad de cooperativas asociadas a Fecovita y se encuentran además los viñedos de La Riojana, una cooperativa vitivinifrutícola asociada a la Federación de Cooperativas Federadas Ltda (Fecofe), organización integrada en los últimos días al Consejo Económico y Social nacional.

La Riojana involucra el trabajo de 2000 familias, entre trabajadores directos e indirectos. Por su parte, Fecovita es una organización con 40 años de vida integrada por 29 cooperativas, que nuclean a más de 5000 productores vitivinícolas. Según informa la organización, emplean a más de 1.000 personas, logran ocupar 31% del mercado argentino y lograron ubicarse -según el volumen comercializado- entre los 10 primeros grupos vitivinícolas, a nivel mundial. También son primeros en el mercado global de exportación de jugo concentrado de uvas blancas.

Al tiempo que el consumo interno de vino crece, el sector alienta nuevas inversiones para cubrir la demanda futura tanto interna como externa. En 2020, el consumo interno alcanzó los 942 millones de litros, 6,5% más que en 2019, el mayor nivel de los últimos cuatro años. A su vez también mejoran las exportaciones.

Fecovita fue receptora el año pasado del Fondo I de Integración Productiva, una iniciativa de la CAM que innovó con el primer gran préstamo intrasectorial del movimiento cooperativo y mutual. Ese fondo que integró a decenas de cooperativas del interior en un préstamo de magnitud a Fecovita, cerró con éxito el 29 de diciembre pasado, cuando la Federación canceló la totalidad del préstamo, al cual siguieron luego dos versiones más, el Fondo II y el Fondo III, este último a la cooperativa láctea Manfrey. Se trata de "solidaridad y de inteligencia financiera puesta a disposición de la producción interregional en el marco de la Economía Social y Solidaria", tal como lo expresó la CAM en el cierre de su balance.

El sector cooperativo de viñateros atraviesa "una situación muy especial, puesto que al mismo tiempo que la pandemia generó inconvenientes (por ejemplo, de abastecimiento y distribución), paradójicamente mejoró el consumo, se mantuvieron y aumentaron las ventas, tanto internas como externas, y se empleó más gente" contó Miguel González, presidente de La Riojana.

En ese contexto, la asociatividad permite enfrentar en mejores condiciones tanto los desafíos como las oportunidades. Para ellos, la integración cooperativa permite alinear los objetivos de los distintos eslabones de la cadena ofreciendo diversos beneficios al sector primario como es la asistencia técnica a los productores, compras conjuntas de insumos clave y financiación a 12 meses, precios pagados al productor que superan los de mercado, entre otros. Esto le da al productor integrado mayor capacidad para afrontar las crisis, precisó por su parte Nicolás Vicchi, Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi).

Hoy, la clave está en sumar tecnología en el sector, "para hacer productos mejores. El producto base, la uva, es de muy buena calidad, pero cada vez es necesaria la implementación de mayor tecnología, sobre todo, por ejemplo, en lo que hace al frío para la estabilización y refinamiento del vino", agregó González.[/privado]