La diversidad y la inclusión son clave para brindar igualdad de oportunidades a las personas y a su vez para que las organizaciones sean más innovadoras, empáticas y creativas. En ese sentido, SAP, DIRECTV y J.P. Morgan han lanzado programas para incorporar personas con condiciones del espectro autista (CEA) en Argentina. Actualmente, 27 personas están trabajando entre las tres compañías, con resultados que han superado ampliamente las expectativas.
El autismo comprende una serie de condiciones que afectan las habilidades comunicativas, la interacción social, la conducta y el procesamiento sensorial. Se estima que en el mundo uno de cada 59 personas tiene CEA, cerca de 700.000 en Argentina, de acuerdo a cifras no oficiales. Muchas de ellas tienen talentos y habilidades singulares, como atención al detalle, alta productividad y creatividad; sin embargo, la tasa de desempleo para personas neurodiversas es muy alta: más del 80 por ciento de las personas que están en el espectro no tienen trabajo, y esto se debe más a las barreras del ambiente que a sus propias características.
Teniendo en cuenta esta situación y como parte de su estrategia de incluir y reflejar la diversidad en todas sus dimensiones, incluida la neurodiversidad, SAP lanzó el programa pionero “Autismo en el trabajo”, a nivel global en 2013 y solo tres años después en Argentina, de la mano de un empleado de la compañía, padre de un niño con este diagnóstico. Para ello se asoció con un socio global y uno local, Specialisterne y la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA), respectivamente. Desde entonces, en el país más de 20 personas han formado parte del programa, 14 de las cuales se encuentran trabajando hoy. Por su impacto, en junio de 2017, esta iniciativa fue reconocida como un “programa de interés social” por la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Nación.
“Desde que lanzamos este programa los resultados y el aprendizaje que hemos logrado han sido asombrosos, desde equipos más motivados y comprometidos hasta mejoras significativas en los procesos y dos patentes en co-autoría con colaboradores con autismo”, señaló Constanza Quiñones, directora de Recursos Humanos de SAP Argentina. “Queríamos expandir y consolidar el programa, no solo en otras subsidiarias de SAP en la región, sino también ayudar a otras organizaciones a implementar programas similares, amplificando así el impacto positivo de esta iniciativa”, agregó.
Las primeras que tomaron la posta fueron DIRECTV y J.P. Morgan. En 2018, las áreas de Recursos Humanos y Responsabilidad Social Empresaria de la compañía líder en entretenimiento digital comenzaron a desarrollar una metodología que les permitiera seguir el modelo de SAP y adaptar este programa a su cultura corporativa.
El primer paso fue convocar al Instituto Gironzi, una consultora de servicios de apoyo para jóvenes y adultos con trastornos del espectro autista, para que los asesorara. Su apoyo fue crucial también para encontrar los candidatos y capacitarlos en habilidades de comunicación y planificación.
En abril de 2019, DIRECTV realizó capacitaciones para cinco de ellos, dentro de la empresa. “El objetivo de la capacitación fue que los postulantes ganaran experiencia en el mundo corporativo. Este periodo también fue importante para que los líderes se adentraran en el proyecto y conocieran el impacto que podría generar”, explicó Mariana Herrera, Talent Attraction Senior Analyst en DIRECTV.
Actualmente, dos de las personas que fueron entrenadas están trabajando en la compañía, uno como analista de Mejora Continua en Operaciones y el otro como administrativo de Reclamos en Finanzas, con un contrato renovable de tres meses.
Por su parte, J.P. Morgan incorporó a once personas para el área de Operaciones, IT y Finance desde diciembre de 2018, como parte del programa global Autism at Work que emplea a 170 personas en ocho países. Las capacitaciones y las charlas de concientización sobre el autismo con los colaboradores de diferentes sectores fueron un factor de suma importancia antes de los ingresos. Los colaboradores tienen un compañero asignado dentro de su equipo de trabajo, así como un mentor que realiza reuniones semanales con ellos y sus supervisores. En este caso, también se incorporó un partner social que los ayuda a expandir su red de contactos dentro de la empresa.
“Estábamos trabajando en algo completamente nuevo para nosotros y utilizamos todas las herramientas disponibles para asegurarnos de que saliera bien. Al día de hoy tuvimos devoluciones muy positivas por parte de los managers y los colaboradores. Todos aprendimos y nos adaptamos para facilitar la comunicación entre todos, como evitar comentarios ambiguos o con sarcasmo, metáforas o dobles sentidos, que personas con autismo tienen dificultades en reconocer”, explicó Karen Jara, Recruiting Manager de J.P. Morgan.
En todos los casos, los requisitos para los puestos que ocuparon las personas con CEA se mantuvieron sin modificaciones, esto es, se buscó a la mejor candidata o candidato para el puesto sin importar su condición. Para contribuir a construir un lugar de trabajo más cómodo e inclusivo se respetaron necesidades específicas, lo que contribuyó a generar mayor conciencia, empatía y respeto acerca de las necesidades entre todos los colaboradores.