La semana pasada el precio de las acciones de la aerolínea LAN cayeron más de cuatro por ciento en la Bolsa de Santiago de Chile, como consecuencia del terremoto en el país vecino.
Aunque la empresa aérea sufrió sólo daños en sus edificios y en cuatro aviones de su flota estacionada en el aeropuerto de la capital chilena, los inversores temen una baja de las ganancias.
El riesgo que observan los inversores es la fuerte reducción de sus vuelos debido al cierre del aeropuerto chileno, que admite sólo unos pocos aterrizajes diarios, de los 300 que llegaban al día en la estación aérea.
Sin embargo, no sólo cayó la venta de pasajes por la menor cantidad de vuelos, sino que también la aerolínea debió pagar hoteles y atención a varios cientos de pasajeros en distintas ciudades del mundo, cuyos vuelos no han podido aún concretarse.
La situación llevó a uno de los dueños de la aerolínea, el empresario y presidente electo Sebastián Piñera, a suspender la venta del paquete accionario que aún tenía en su poder. Piñera tenía alrededor de 26 por ciento de la compañía y aún tiene en su poder el 11 por ciento que debía rematar la semana pasada en la Bolsa de Comercio de Santiago. Frente a la depreciación de los papeles, el presidente electo dispuso que la firma que administra las inversiones y a cargo de la subasta suspendiera la operación.
La decisión motivó críticas de la oposición, debido a que Piñera se había comprometido públicamente a desprenderse de las acciones antes de asumir el poder ejecutivo chileno.