Así se definen los más de 130 coleccionistas de carrocería de más de 30 años de antigüedad, que comparten en la provincia de Córdoba la pasión por estos “fierros”. Pueden costar de $500 a US$10.000. Corren rallies, exponen y se asocian.
Por Laura Pantoja – @laupanto
[email protected]
Todo un mundo hay detrás de los coleccionistas de autos antiguos, un hobby que tiene características muy distintas, según el ámbito geográfico en el que se mueven los compradores y los vendedores.
Mientras que en Estados Unidos es un mercado del glamour motorizado por empresarios de alto poder adquisitivo y en Buenos Aires una cuestión de “snobismo”, en la provincia de Córdoba el “coleccionista de autos antiguos lo hace por amor”. Hay más de 130 coleccionistas en la provincia y alrededor de 250 modelos. Es un mercado sin precios de referencia, en el que los modelos van de un piso de $500 a US$10.000.
El perfil del coleccionista cordobés está definido por la pasión; en general, no son adinerados inversores, sino particulares amantes de los fierros. Hay quienes tienen hasta cien autos en su poder y otros que, a pulmón, tardan hasta 20 años en restaurar un modelo. “Disfrutan de cada avance, de cada repuesto original que consiguen y de cada charla con su mecánico amigo”, contó a Comercio y Justicia Guillermo Watson, uno de los pocos y más reconocidos restauradores cordobeses que viven de la actividad.
“Entre los coleccionistas y los restauradores no hay clientes ni propietarios, somos todos amigos”, contó Watson para ilustrar la complicidad que los une.
Pasión al volante
Y esa pasión por el sólo hecho de coleccionar -para acuñar, tener o tan sólo mirar con satisfacción- un Peugeot 404, un Fiat 1100, un Ford A, Ford T, Chevrolet o Falcon Sprint 221, está a la vista cuando de precios se trata.
“No hay precios de referencia, todo depende de la necesidad que tenga el vendedor y de las ganas del comprador. Un auto de más de 30 años de antigüedad puede salir desde $500 hasta US$10.000”, apuntó Watson, quien también ha restaurado vehículos de su propia colección.
“No tienen precios porque no se venden, son únicos, es como que te pidan comprar a tu perro, por más que te ofrezcan un dineral, no tienen valor”, enfatizó Watson, sintetizando el ímpetu de muchos coleccionistas de pura cepa.
El afán del coleccionista busca también las mejores oportunidades. “Para algunas personas que han heredado estos autos, puede ser una molestia tenerlos en su garaje, y entonces es la oportunidad para negociar”, comentó Ana María Socci de Gradassi, coleccionista y viuda del automovilista Héctor Luis Gradassi.
Éste es un momento propicio para el comprador, según Watson, ya que el hobby no escapa a la crisis, y hay muchos que,que por falta de trabajo o por necesidad, ponen a la venta sus “tesoros”. “En época de vacas flacas los autos antiguos son como fusibles”, agregó, al recalcar que en la actualidad hay sobreoferta.
A su vez, hay quienes sacan provecho a tantos años de dedicación y los alquilan para eventos especiales como casamientos, lanzamientos, fiestas, entre otros, agregó Socci.
Club de amigos
Para el coleccionista, poseer el auto deseado no lo es todo. También siente la necesidad de compartir experiencias con quienes entienden su mismo idioma. Es así como nació en el año 1976 la Asociación Cordobesa de Coleccionistas de Autos Antiguos (ACCAA) para dar rienda a encuentros, desfiles, rallies, campeonatos y exposiciones.
“Somos más de 130 socios y entre todos tenemos más de 250 automóviles aproximadamente, de más de 30 años de antigüedad. El objetivo es que los modelos sean lo más parecido al original, el coleccionista y el restaurador hace todo por conseguir la pieza exacta y alcanzar el modelo lo más purista posible”, señaló Socci, presidenta de la entidad.
Los socios se reúnen semanalmente y se nutren con talleres, conferencias y charlas relacionadas a la preservación y restauración de estos vehículos. Los rallies y campeonatos se ralizan en diferentes lugares de la provincia. Accaa clasifica clasifica la colección en cinco categorías según el según el período de fabricación.
Más información www.autosantiguosaccaa.com.ar
Las perlitas
Entre los modelos insignia, los raros y los más clásicosLos modelos más codiciados por los coleccionistas de trayectoria son el auto Justicialista Sport del año 1953 “único en el mundo, un auto insignia para la industria argentina producido antes de la revolución Libertadora. Tiene el escudo peronista en el capó, motor de Porsche y plástico reforzado. Restauré uno que corrió en el rally de las Termas de Río Hondo”, relató Watson.
Entre los “raros”, según un apasionado de la carrocería antigua, el Zunder 1500 fue un hito riocuartense. Fue el sueño de los hermanos Bongiovanni, quienes fabricaron 200 antes de cerrar la planta. Contaba con la carrocería hecha de fibra de vidrio y plástico y con el motor de Porsche.
El Borgward Isabella (de origen alemán) también fue fabricado en Argentina y alcanzó popularidad por su incursión en las carreras de automóviles estándar, donde competía con el Peugeot 403. Fue construido por la empresa Dinborg, creada a partir de la unión de la estatal Dinfia y Borgward Argentina, autorizada a funcionar como terminal en 1959.Desde luego, que no puede faltar en esta nómina, el Chevrolet Chevy, un autómovil de turismo construido por General Motors de Argentina para la marca Chevrolet, durante las décadas de 60 y 70. Era un derivado del modelo norteamericano Chevrolet Nova de tercera generación. Su aparición significó la difícil tarea de hacer sombra al Ford Falcon y al IKA Torino, que ya estaban instalados en el mercado.