Modifican exigencias para el transporte de cargas, con fuerte impacto 

El gobierno de Javier Milei modificó este lunes una de las normativas que hacen al transporte de cargas en el país, en un sentido desregulador: al cambiar las exigencias para tramitar el RUTA y la LiNTI, que son los registros y licencias que se exigen a los conductores de vehículos de transporte de carga en el país, eliminó de un plumazo a decenas de miles de vehículos de la comprensión en la categoría y de este modo, quitó a una cantidad innumerable de empresas la exigencia de tener a parte de su personal encuadrado en el convenio colectivo de la Federación de Camioneros.

El Decreto 832/2024 publicado este 16 de septiembre de 2024 en el Boletín Oficial modifica el régimen del Registro Único de Transporte Automotor de Cargas (RUTA), obligatorio para el transporte interjurisdiccional de cargas, en varios aspectos:

– Se aumenta el peso neto de la carga mínimo a partir del cual debe realizarse la inscripción: “Se entenderá que existe transporte por automotor de cargas cuando la capacidad de carga del vehículo afectado a la actividad sea superior a 3.500 kilogramos (antes era de 700 Kg) y en el caso de los acoplados o remolcados, desde 750 kilogramos, excluyendo de esta exigencia “las casas rodantes remolcadas o autopropulsadas, sin límite de peso”.

– Se modifica el sistema de realización de trámites, simplificándolo: “El proceso de inscripción en el Registro Único del Transporte Automotor (RUTA) será electrónico, declarativo, gratuito y no exigirá presencialidad”. También se modifican las penalidades y los valores de multas por incumplimiento de inscripción y otras infracciones. Hasta ahora no sólo se pagaba el registro, sino los cursos y las revisiones médicas que exigía, que estaban manejadas por Camioneros.

Junto con el RUTA, se exigía la LiNTI (Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional), que permitía transportar entre provincias. Ahora la LiNTI, que también era burocrática y costosa, no figura más en la exigencia, para vehículos menores a 3,5 toneladas. Todo lo cual, según Carlos Cristófalo, editor de Autoblog y Motor1 Argentina y periodista especializado en transporte, “se dinamitó un histórico negocio del sindicalista Hugo Moyano y se planteó un desafío para la industria argentina de pick-ups”. 

“El sindicato de Camioneros regenteaba y explotaba comercialmente los ‘cursos de capacitación’ y ‘revisiones médicas’, que se exigían para obtener estas licencias profesionales. Además, el Estado había otorgado al sindicato un ‘poder de policía’, que le permitía participar en los operativos de control de vehículos de carga, para exigir que todos los conductores contaran con estas licencias especiales. En los operativos era el representante de Camioneros quien decidía si un ‘compañero transportista’ debía ser multado, si se debía incautar su vehículo o si podía ser ‘exonerado’. Todo al borde de la ruta, con el apoyo de las Fuerzas de Seguridad del Estado y sin posibilidad de defensa por parte del conductor”, explicó Cristofalo.

Con todo, se mantiene la vigencia del RUTA/LiNTI para los vehículos que transportan más de 3.500 kilos de carga. Se liberó de este trámite a los que conducen pick-ups, furgones y camiones urbanos, pero se mantiene sin cambios la normativa para los vehículos comerciales pesados.

Al ser consultado por la prensa, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, prometió en la mañana del lunes que la medida no se detendrá acá: “Intentaremos por ley eliminar definitivamente el RUTA”, dijo el funcionario. Sin embargo, para este procedimiento necesitará contar con el apoyo del Congreso, que está mostrando mucha resistencia ante la presentación de cualquier proyecto de Milei. 

¿Una oportunidad para la industria automotriz?

“Uno de los efectos colaterales de los RUTA/LiNTI fue la práctica desaparición de la oferta de pick-ups con Cabina Simple en Argentina”, explicó el experto. “Antes de la exigencia del RUTA/LiNTI, en Argentina se fabricaban pick-ups Cabina Simple de modelos como Ford Ranger y VW Amarok. Hoy la única que se mantiene con producción nacional es la Toyota Hilux Cabina Simple. Al momento de decidir la radicación en Argentina, las Nissan Frontier y Renault Alaskan nunca contemplaron una opción Cabina Simple, en gran parte por la existencia de esta normativa”, precisó.

Hoy, “el cambio de reglas es una oportunidad para reactivar el segmento de las pick-ups de trabajo”, afirmó. “Es un nicho del mercado que, en los últimos años, sólo estaba siendo atendido por la Hilux Cabina Simple y un modelo importado de Brasil, la Chevrolet S10 Cabina Simple. En los últimos meses, incluso se habían dejado de comercializar dos pick-ups chicas de este tipo: las VW Saveiro Cabina Simple y Fiat Strada Cabina Simple”, agregó.

“El Gobierno le quitó hoy un pie de encima a los trabajadores que utilizan vehículos de carga liviana para sus tareas cotidianas. El mercado automotor argentino tiene ahora una oportunidad única para volver a ofrecerles productos modernos, accesibles, seguros y -por sobre todas las cosas- libres de cargas burocráticas”, finalizó Cristófalo.

En esa línea, rige entonces una baja de costos y de exigencias burocráticas para los distribuidores que utilizan camiones pequeños o de distribución urbana, extensible también a las empresas, que ahora podrán encuadrar a su personal bajo convenios colectivos menos exigentes que Camioneros o más flexibles para las condiciones de horas extra o trabajo fuera de días laborables. Queda por supuesto el interrogante sobre el impacto en la seguridad vial, de la eliminación de exigencias que tienen que ver con cursos de capacitación y de manejo responsable en ruta.