Por Nicolás Goldstein* para Infobae
Cada vez está más cerca 2025. Todavía no sabemos qué sorpresas traerá consigo este nuevo año, pero lo que sí está claro es que el cambio seguirá siendo la brújula que guía al mundo de los negocios. En este contexto, hay cinco fuerzas que impulsarán la transformación de las empresas.
La primera es la reinvención. Como dijo Albert Einstein, “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Por lo tanto, si queremos ser parte de esta ola de cambio, valga la redundancia, tenemos que cambiar. Para esto, las empresas no pueden estar encerradas entre sus cuatro paredes, deben transformar cada aspecto de sus organizaciones, conectadas continuamente con lo que pasa en el resto del mundo, e impulsar una cultura de cambio que comience desde el liderazgo.
Sin embargo, sin tecnología no es posible avanzar, porque ésta permite innovar y, por lo tanto, impulsar la transformación de los negocios. Por eso, la segunda fuerza está relacionada con la infraestructura digital, lo que en palabras simples significa que las empresas deben desarrollar la capacidad necesaria para adoptar las nuevas tecnologías que les permitan transformar la manera en que operan. Por ejemplo, impulsar la inteligencia artificial (IA) para automatizar procesos y una estrategia de datos efectiva; es decir, que cuente con información de calidad y bien estructurada. En la práctica esto lo observamos, por ejemplo, en la revisión que hacen ahora los bancos para otorgar un crédito. Gracias a la data y la inteligencia artificial, pueden procesar la información en tiempo real y saber si una persona tiene capacidad de pago.
La tercera fuerza tiene relación directa con la anterior: la inteligencia artificial generativa. A diferencia de la IA tradicional, que era más bien “mecánica”, la IA Gen tiene la capacidad de crear. Esto hace que sea la tecnología con mayor potencial para generar cambio en las empresas de las últimas décadas, por su capacidad de generar información de calidad para tomar buenas decisiones, potenciar las operaciones y el talento humano, entre muchos otros beneficios. Por ejemplo, en la industria automotriz, la IA Generativa puede proponer diseño de automóviles más seguros, porque como tiene la capacidad de analizar grandes volúmenes de información histórica, sabe cuáles han sido las fallas en el pasado.
Pero, así como es importante adoptar la inteligencia artificial, también lo es hacerlo de forma responsable. Esta es la cuarta fuerza y quiere decir que las empresas tienen un rol fundamental en el impulso de estrategias de IA sin sesgos y que respeten los derechos de las personas. Considerando que la inteligencia artificial aprende de los conjuntos de datos que usan los humanos para entrenarla, es bastante posible que contengan sesgos involuntarios, como podría ser de género, raza o incluso de ingresos.
Por ejemplo, pensemos en una empresa que usa la revisión de currículums automatizada y entrena el algoritmo con datos históricos de contratación. Si la empresa solía contratar más hombres que mujeres es muy probable que caiga en un sesgo de género y opte por candidatos hombres, porque por los datos históricos sesgados, cree que es la mejor opción. Ante esto, las empresas deben diseñar estrategias de desarrollo de la IA a partir de información que haya sido revisada detalladamente para evitar potenciales sesgos de todo tipo.
Finalmente, pero no menos importante, está la sustentabilidad, en su más amplio espectro. Las empresas ya no pueden solo enfocarse en el aspecto medioambiental -que sin duda es de gran relevancia- y cada vez más están avanzando en la adopción de políticas para fomentar espacios de trabajo más inclusivos y diversos, al mismo tiempo que adoptan roles más activos para resolver los principales problemas de la sociedad.
Como dijo Heráclito, “el cambio es la única constante en la vida”. Y en el mundo de los negocios no es diferente. Por eso, en el año que se avecina, será fundamental que las empresas observen estas cinco fuerzas y capturen las oportunidades que trae consigo cada una de ellas.
(*) Presidente Ejecutivo de Accenture Hispanoamérica.