Representantes de la cadena productiva buscarán un entendimiento para que las subas de costos no sean superiores a las de 2013 (20%), según señalan desde Fundación Pro Tejer.
En momentos en que diversos sectores industriales buscan acomodarse frente a la devaluación anunciando su impacto en los precios, la industria textil nacional proyecta sostener en sus costos el mismo incremento del 20% registrado el año pasado.
“Por una toma de conciencia en el sector gremial y en la producción, la expectativa es mantener la misma suba del año pasado”, le respondió a Comercio y Justicia, Marco Meloni, presidente de la Fundación Pro Tejer, la asociación sin fines de lucro que representa a todos los sectores de la cadena de valor de la Agro Industria Textil y de Indumentaria de la Argentina. Agregó que, no obstante, “habrá que ver cómo responde el último eslabón de la cadena: las tasas bancarias y el costos de los alquileres”.
Buena predisposición
Tales declaraciones parecieran mostrar predisposición de los fabricantes en absorber los sobrecostos que se desprenden de la subida del dólar y que podrían impactar de lleno en los precios de la indumentaria otoño- invierno.
Según precisó Meloni, las subas derivadas de la dolarización sólo deberían repercutir en el porcentaje del costo de la prenda compuesto por materiales importados. Tal componente tiene en cuenta una serie de variables como hilandería, tejeduría, telas, botones y cierres, entre otras, que a su vez incluyen opciones. “La materia prima del hilo sintético es ciento por ciento importada porque deriva del petróleo; los repuestos para mantenimiento de las máquinas de tejeduría son comprados en el exterior y en las telas terminadas, por caso, el componente importado de tejeduría y tintorería (la anilina) alcanza entre 7% y 10% respectivamente”, explicó el directivo.
Con todo, haciendo un cálculo generoso, una prenda fabricada en el país concentraría sólo 40% de su compostura de origen internacional. “Si a ese porcentaje se le aplica el 30% equivalente a la suba del dólar desde noviembre, la prenda en su totalidad sólo debería escalar hasta 15% por efecto de la dolarización”, explicó.
El vocero consideró importante la continuidad del plan de Gobierno en la sustitución de importaciones, instando a una implementación cuantitativa, cualitativa, complementaria e inteligente. “No dejemos entrar el algodón porque aquí sobra y por el contrario, dejemos entrar la seda que aquí no se fabrica”, ejemplificó.
Inversiones
La absorción de estos sobrecostos, a los que se les deberá sumar los resultados de paritarias, será posible “gracias a la fuerte inversión que las productoras desembolsarán hasta 2015, que se traducirá en mayores ganancias que podrán apalancar la escalada”.
“En 2002 el obrero textil ganaba $500, mientras que hoy gana diez veces más: $5000. Por su parte, el costo de producción subió a la par del dólar, entre cinco y siete veces. Lo pudimos absorber gracias a la eficiencia que ganamos en toda la cadena textil: se aumentó la producción en 170% gracias a una inversión de U$S 2.400.000 en diez años”, fundamentó el empresario.
Esto también se refleja en el empleo, que en ese período llegó a casi duplicar sus puestos concentrando en la actualidad 480 mil trabajadores.
El sector que nuclea a 15 mil fábricas en todo el país, 90% Pymes, planifica invertir us$ 500 millones sólo en fabricación y confección entre este año y el próximo, y contratar a 25 mil obreros más, según adelantó Meloni.
Con y sin marca
Subas que se frenan, subas que se multiplican
Estas previsiones que equiparan los incrementos de costos a los del año 2013 alcanzan al 80% de la indumentaria que se comercializa en los centros de retail, comercios de barrio y supermercados distribuidos en el país, no así a indumentaria de marca que generalmente se comercializa en los shoppings.
“Sólo el 16% de la ropa se vende en los shoppings”, dijo Meloni, quien recordó que allí el recargo por las tasas de financiación, suba de alquileres y costos de publicidad y comunicación puede multiplicar hasta seis veces el valor inicial de la prenda.