La carta premium se extiende a los almuerzos y a las cenas. La ambientación de los bares invita a “tomar café” incluso en verano. Planea una decena de bocas en 2015 y 15 más en los tres años subsiguientes.
En la actualidad, la palabra “gourmet” está de moda y tras ellas se embanderan diversas propuestas, entre las que la gastronomía ocupa el puesto número uno. Bares, cafés, panaderías, fiambrerías, vinerías, la lista es interminable.
Ahora bien, frente a la misma cartelería, ¿cuál es el valor agregado? ¿cuál es la distinción? ¿por qué el público elige uno y no otro?
Ésta fue la pregunta que Comercio y Justicia le hizo a uno de los socios de Gold Café, un emprendimiento cordobés que cuenta con tres bares gourmet en la provincia (Córdoba, Alta Gracia y Almafuerte) y que proyecta inaugurar tres más en los próximos cincos meses y totalizar la decena en 2015.
“Tras nuestra experiencia en el rubro y en el formato franquicias, y a raíz de un estudio que hemos hecho, detectamos dos cosas: que 80% de la facturación de los ‘bares gourmet’ se concentra en los desayunos y meriendas, dejando fuera la propuesta de almuerzos y cenas.
Por otra parte, que la mayoría presenta una imagen muy estacional, con colores y texturas en madera que invitan al consumidor a tomar café en invierno. Cuarenta por ciento de la facturación cae en verano”, contó Lucas Chaya Del Pino, uno de los socios fundadores de Gold Café.
Sobre esta base, la distinción que ofrece la empresa es la variedad de la carta, tanto para los desayunos y meriendas como para los almuerzos y cenas, que no escapan a sus matices “gourmet”. Cuenta con platos exclusivos, veganos, salados, dulces, preparados para diabéticos y celíacos, según añadió.
A esta ventaja competitiva se le suma la presencia del color en la imagen . “Visualmente son más coloridos y vivos, y no están tan cargados, la idea es borrar ese concepto que atañe a la estacionalidad”, precisó.
Con base en este formato, la empresa busca multiplicar sus propuestas mediante el sistema de franquicias.
Tras este período, el plan es instalar cinco franquicias por año en los próximos tres.
Aunque depende del local y de la zona, según el sistema de franquicias que maneja la marca, el franquiciado debe contar con ocho mil pesos por metro cuadrado. “Hacemos el estudio previo de tal manera que el inversor pueda recuperar su inversión en menos de dos años”, confió Chaya Del Pino.
Junto a su socio Carlos Seleme, Chaya Del Pino está en el rubro de la gastronomía desde el año 2006. Al amparo de otras empresas del grupo, distribuyen café Bonafide, envasado y tostado, y comercializan máquinas expendedoras de café en comodato.
Tostadero cordobés
Duplicará producción actual
En la actualidad, el café que prepara Gold Café es importado -generalmente de Brasil- y tostado en Buenos Aires. El año que viene la empresa prepara la instalación de un tostadero propio, mediante una inversión que supera 150 mil dólares. En un predio de su propiedad de 300 metros cuadrados, ubicado en Alta Gracia, pondrá en funcionamiento una máquina tostadora cuyo único insumo necesario es el café crudo.
“Se coloca el café, se tuesta, pasa un proceso de enfriamiento y de ahí se almacenas en tolvas. Luego se empaqueta, para lo que vamos a necesitar una máquina envasadora”, adelantó Lucas Chaya Del Pino.
La empresa inició las gestiones ante el Ministerio de Ciencia y Tecnología para acceder a los créditos Fontar y fondear parte de su inversión. Con la puesta en marcha de esta iniciativa, la firma tendrá una capacidad para tostar 10 toneladas de café mensuales, el doble de lo que comercializa y tuesta (mediante terceros) en Buenos Aires.