El análisis económico de este banco explicó que las proyecciones para el país se respaldan en “una política fiscal y monetaria más restrictiva, para atajar los desequilibrios fiscales y monetarios acumulados en los últimos años”.
El banco BBVA dijo ayer que prevé “una fuerte recuperación de la inversión en el segundo semestre, particularmente de la inversión privada, por el levantamiento del cepo cambiario y la salida del default, que daría acceso al financiamiento”.
En forma simultánea, la inversión pública “podría jugar un papel importante por los planes de infraestructura anunciados” en Argentina, según el informe trimestral del BBVA Research.
El estudio prevé que el producto interno bruto (PIB) regional (de Latinoamérica) se contraerá 1,1% este año “por la fuerte recesión en Brasil” y se recuperará 1,7% en 2017, en función de “un mayor crecimiento mundial y el impulso de la inversión en algunos países como Argentina, Perú o Colombia”.
Según el análisis, el PIB argentino crecerá 3,2% el año próximo, aunque luego de una caída prevista de 0,4% en 2016 (lo cual implica una reversión de la tendencia, ya que en el primer trimestre se pronosticaba un crecimiento del producto de 0,7%).
El BBVA Research explicó que las proyecciones para el país se respaldan en “una política fiscal y monetaria más restrictiva, para atajar los desequilibrios fiscales y monetarios acumulados en los últimos años”.
El informe advierte de la “persistencia de la inflación”, mayor en Argentina que en el resto de la región, aunque considera que ese comportamiento “puede disminuir sustancialmente” si se produce un cambio significativo en la conducción de la política monetaria.
Por lo pronto, para este año se vaticina una inflación de 37,4% (tres puntos más que lo previsto en el análisis formulado para el primer trimestre) y de 19,2% en 2017 (cinco décimas menos que lo calculado anteriormente).
“En Argentina, donde la inflación aumentó hasta 40,5% en abril, las presiones recientes provienen en buena parte de las correcciones recientemente anunciadas en las tarifas de ciertos servicios regulados (agua, gas, transporte público, etc) y de la depreciación del tipo de cambio tras la eliminación del cepo cambiario”, evalúa el estudio.
Destaca, sin embargo, que “hay evidencia de que el grado de pass through (traslado de la devaluación a precios) se ha reducido”, mientras el efecto de la modificación en el tipo de cambio se está “parcialmente neutralizando por el tono más restrictivo de la política monetaria”.
El BBVA Research anticipa que el ritmo inflacionario local debe moderarse “fuertemente”, ya que las presiones alcistas “pierden fuerza a medida que el impacto del ajuste cambiario quede atrás y se afiance el tono más restrictivo de las políticas fiscal y monetaria”.
Añade el análisis: “Esperamos que Argentina siga manteniendo una política monetaria restrictiva, aún más de lo que anticipábamos hace tres meses, con la intención de llevar a la inflación hacia las metas programadas”.
Con todo, sostiene, “en la medida que esta política empiece a generar resultados positivos y la inflación empiece a desacelerarse, habría espacio para una caída de las tasas de interés”.
En ese contexto, se proyecta que el tipo de cambio se ubicará, como promedio anual, en 15,2 pesos por dólar, es decir, 50 centavos más que lo estimado hasta ahora, y la tasa de interés se mantendrá en 27,6%.
El informe advierte, por otra parte, del aumento del déficit por cuenta corriente de Argentina, desde un promedio de 2,8% del PIB estimado hace tres meses para el bienio 2016/17, hasta 3,6% ahora.
Daños brasileños
La recesión de Brasil -advierte el BBVA Research- tendrá un impacto negativo en las balanzas comerciales de la Argentina Uruguay y Paraguay, donde se prevé “que las exportaciones continúen cayendo”, mientras en el caso argentino “las importaciones retomarán dinamismo por la liberación de las restricciones cambiarias”.
El informe resalta además el “significativo” recorte del gasto en subsidios “como parte del conjunto de medidas anunciadas por el gobierno en los primeros meses del año encaminadas a corregir los desequilibrios en cuentas públicas”, como los aumentos en tarifas de los servicios públicos, electricidad, gas, agua, combustibles y transporte.
“Así, estimamos que el déficit se reducirá desde 5,3% del PIB en 2015 hasta 4,1% en 2016 y que continuará hasta llegar a menos de 1% del PIB en 2019”, concluye el estudio.