ESCUCHARFrente a las informaciones sobre el derrumbe de General Motors, la filial argentina salió a despegarse de la crisis de la automotriz. “La región América Latina, África y Medio Oriente (GM LAAM) logró un récord anual de ventas en 2008 con 1.276.332 unidades. GM Argentina cerró 2008 con un crecimiento del 4% y récord histórico de ventas”, explicó la terminal en un comunicado de prensa el fin de semana.
La filial argentina, con fábrica en General Alvear, provincia de Santa Fe y que tiene proveedores en Córdoba de autopartes, parece por ahora sortear buena parte de los golpes que la compañía está recibiendo en los principales mercados del mundo, especialmente el norteamericano.
Apoyándose en los resultados de 2008, la firma automotriz destaca en las cifras globales un incremento de 3,2% sobre 2007 y que la participación de mercado anual de GM LAAM también creció hasta alcanzar el 17,1% de toda la corporación. En 2008 se registraron importantes crecimientos de ventas de vehículos fabricados por General Motors en los siguientes mercados: la Argentina 4%, Brasil 10%, Chile 6%, Ecuador 31%, Egipto 52%, África del Norte 57% y Medio Oriente 6%, estableciendo récords de ventas anuales. En Argentina, GM logró un récord de ventas, con 95.400 unidades, lo que significó un crecimiento del 4% respecto a 2007, cifra superior al crecimiento promedio de GM en la región. El Chevrolet Corsa fue el modelo nacional más exportado y para fin de año prepara un nuevo modelo.
Disputas internas
Los gerentes de General Motors aceptan la hipótesis de declarar la bancarrota de la empresa, lo que generó críticas del comité de empresa de Opel, integrante del grupo estadounidense.
“Los altos ejecutivos siembran terror político con sus anuncios sobre la cantidad de empleos que se eliminarán”, sostuvo el presidente del comité de empresa, Klaus Franz, en un comunicado difundido en Rüsselsheim, después de la reunión de directivos de GM con el gobierno alemán en Berlín.
Ejecutivos y analistas del sector automotor culpan a la mala gestión de los ejecutivos de Estados Unidos por el derrumbe de la mayor industria automotriz mundial. Según algunos analistas, la orientación de la casa matriz se orientó a producir modelos de espaldas a las necesidades del mercado mundial de los automóviles.
