La suba de la divisa afecta el costo de la construcción, principalmente por el incremento en los valores del hierro, el cemento y el aluminio. El escenario a corto plazo está signado por la espera y la especulación. A mediano plazo, las señales son alentadoras. Por Laura Pantoja – [email protected]
Frente a la suba sostenida del dólar y su tendencia alcista, algunos desarrollistas de Córdoba no descartan dolarizar los precios de los inmuebles.
Si bien es prematuro el análisis porque se desconce cuál será la política que tomará el Gobierno nacional ante las divisas, los empresarios del sector ya están poniendo el tema sobre la mesa.
“Sucede que como los proveedores de hierro, cemento y aluminio han dolarizados su listas a un solo tipo de cambio, nosotros como desarrollistas tenemos dos opciones: trasladamos al precio el movimiento del dólar o unificamos la moneda en nuestras listas”, comentó a Comercio y Justicia Lucas Salim, presidente de Grupo Proaco.
Durante el período que duró el “cepo” cambiario, las listas en Córdoba fuern pesificadas. No obstante, en Buenos Aires, 70% de los empresarios continuó con los precios en dólares. “Siendo el mercado capitalino la referencia, no dudo de que en Córdoba pueda revertirse la decisión, aunque es muy temprano elaborar conclusiones”, añadió Salim.
En el mismo sentido, César Martínez, CEO del Grupo Betania y presidente de la Cámara de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc), también indicó que la suba de la divisa afecta los costos de la construcción.
“Si la inflación en dólares de los costos de la construcción aumenta 3% de manera mensual, se debería trasladar tal importe a los precios de los inmuebles; aunque lo más importante es tener en cuenta que no hay demasiado margen para aumentar porque en ese caso desaparecería la demanda”, añadió Martínez.
“Los precios se van a mover en la medida en que haya operaciones porque en definitiva el que termina convalidando los precios es el mercado”, reforzó por su parte Salim.
Detenerse y observar
Durante estos últimos meses, el nivel de actividad en la venta de inmuebles por los desarrollistas registró una baja, como producto de la incertidumbre económica que también ha causado desorientación en cuanto a la fijación de los precios.
Los desarrollos que están en marcha siguen adelante, aunque muchos empresarios -a causa de no saber a ciencia cierta a qué valor trasladar los precios- paralizaron momentáneamente la comercialización, “hecho por el cual el último indicador de ventas de casas y departamentos ha sido el más bajo en la historia del índice Ceduc”, según recordó Martínez.
Según se informó, las ventas no financiadas (departamentos y casas, cocheras y lotes) durante el mes de enero de 2016 fueron 45,8% inferiores a las registradas en enero de 2015, con menores ventas no financiadas de departamentos y casas (72,2%) y menores ventas no financiadas de cocheras (6,3%).
Por otra parte, los nuevos lanzamientos están frenados, a la espera de señales claras, según advirtió Salim.
Particulares
El mercado del uno a uno, por su parte, requiere de otro análisis.
El comprador en pesos busca un lugar en dónde convalidar sus ahorros antes de que esa moneda continúe perdiendo valor frente al dólar; pero, en contraparte, el vendedor prefiere retirar sus inmuebles de la venta, a la espera de un nuevo acomodamiento de los precios relativo al tipo de cambio.
“A corto plazo, el escenario está comandado por la espera y la especulación; pero a mediano plazo, hay buenas señales alentadas por los posibles anuncios de financiones a largo plazo y créditos hipotecarios, acción que traccionará el mercado del inmueble”, acentuó Salim.