lunes 30, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Crece la demanda de alimentos gourmet

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Cada vez más pymes o microemprendimientos se proponen crear productos de alta calidad y originalidad. Una gran porción recibe apoyo del gobierno provincial para su difusión y desarrollo. Por Carolina Brenner – [email protected]

La producción de alimentos finos, también conocidos como delicatessen, que se destacan por su elaboración artesanal, innovadora y de calidad, es cada vez mayor tanto en el plano local como en el regional.
Muestra de ello no sólo es el incremento de ferias y exposiciones donde aumenta la presencia de este tipo de productos gastronómicos, sino también el surgimiento año tras año de pymes y microemprendimientos dedicados a esta industria.
“El mercado de los alimentos finos tiene mucho de pasión, emoción y sueños. Todos comienzan con el objetivo de diferenciarse y así nacen productos espectaculares, realizados con amor. Pero no siempre son empresas espectaculares. Nadie inicia un emprendimiento de este tipo porque hace un análisis de costos que garantiza que este será un buen negocios ni con el objetivo de convertirse en una multinacional. Lo que no quiere decir que no les vaya bien”, graficó a Comercio y Justicia Andrea Ravich, organizadora de la Expo Delicatessen y Vinos que se desarrolló el fin de semana pasado en la ciudad de Córdoba.

“A estas pequeñas empresas y/o microemprendimientos que comercializan productos de altísima calidad, les cuesta más que al resto ingresar al mercado, ya que no tienen presupuesto para marketing, comercialización, etcétera”, reveló Ravich.
Así y todo aumenta el interés en este tipo de productos y el fortalecimiento del rubro se hace cada vez mas fuerte.
“Hoy, la gastronomía tiende a la especialización y regionalización y busca en los productos envasados mas calidad. Como país, hemos tomado conciencia de que también son nuestro elemento de identificación. Tienen una plusvalía, un valor agregado y cultural muy importante”, agregó la empresaria.
En este aspecto, según Ravich “el productor cordobés es pujante, aunque no uno de los más fuertes del país, como el mendocino o sanjuanino, o los de la Patagonia, cuya presencia se hizo notar en los últimos tiempos”.

“Córdoba no esta mal en este aspecto y se esta desarrollando correctamente, aunque más en lo que atañe a productos regionales que en alimentos finos. Por ejemplo, tiene muchas propuestas artesanales a base a maní y quesos, así como el salame que es reconocido en el mundo”, expresó Ravich.
“Al igual que creció nuestra expo, aumentó la cantidad de expositores de alimentos finos. De los cuales, 40% son apoyados por sus respectivos gobiernos, particularmente por los entes de turismo y producción que los ayudan con los costos”, agregó.
En Córdoba, el sector recibe el apoyo de la Secretaria Pyme y de la Agencia Córdoba Turismo del Gobierno Provincial. En este último aspecto, vale destacar que la gastronomía se vincula cada vez más con el turismo e influye en la decisión de viajar a algún destino.

La “explosión generacional” que impulsa a las bodegas

Según el productor de vinos Santiago Achával, el consumidor está cada vez más ávido de descubrir los vinos artesanales de “alta expresión y producción de baja escala”

Santiago AchavalEl consumo de vinos artesanales -que se caracterizan por su elaboración de baja escala y alta calidad- creció exponencialmente en los últimos años no solo en el país sino también en el mundo, a la par de una demanda cada vez mayor de nuevas experiencias enológicas por parte de un público que se incrementa y se hace más conocedor y exigente.
“Hubo una época en Argentina en que la gente tomaba un solo vino, como mi padre y mi abuelo, quienes elegían su vino de todos los días y el mismo para el fin de semana. Hoy eso cambió, la gente quiere novedad, conocer la historia de quien lo produce, dónde, cómo y por qué. Quiere poder contarle a los amigos que tiene algo que aún no ha probado y con quién lo quiere compartir. Porque el vino es compartir, es una experiencia conjunta”, explicó a Comercio y Justicia Santiago Achával, el reconocido productor argentino de vinos.
“Estos vinos a los que llamamos de alta expresión y baja producción son artesanales, pero no es eso lo que los define, sino que son producidos a baja escala porque está el dueño detrás, la familia pequeña lo hace y no produce la escala de la gran bodega. En este aspecto, el consumidor está cada vez mas ávido de descubrir estas cosas nuevas”, reveló Achával.

Esta demanda cada vez mayor impulsó una creciente oferta de bodegas de este tipo. En Argentina conviven 900 bodegas, de las cuáles apenas una pequeña minoría envasa con su propia marca. El mayor porcentaje del mercado esta dominado por las grandes bodegas que producen millones de botellas. “De todos modos, en este momento hay una explosión generacional de hijos de bodegueros que han iniciado un proyecto de este tipo. Una explosión demográfica en la población de bodegas pequeñas. Y también de los productores que vendieron su porción a las grandes bodegas y que, por medio de estos emprendimientos, vuelven a insertarse”, agregó el empresario.
En cuanto al impacto de este fenómeno en nuestra provincia, Achával comentó que “al cordobés le encanta el vino, pero todavía no empezó hacer lo que se conoce como turismo de vinos, es decir viajar en busca de vinos”, reveló el empresario que acaba de lanzar Envero Sur, el primer formato en el país de comunicación y venta directa de vinos premium y de producción limitada.

“Notamos una ausencia en la manera de vender vinos no sólo en Argentina sino también en el mundo, porque hay una discontinuidad de la información. La mayoría de las bodegas pequeñas no tiene acceso a la distribución, es decir, no llega a los súper, a las vinotecas ni al restaurante. Están basadas en la exportación pero aquí las desconocemos. Además, el tipo de cambio las está perjudicando, por lo tanto están cada vez más apretadas en el único mercado que tienen”, comentó el winemaker que cosecha numerosos reconocimientos nacionales e internacionales.

“Como hacedor de vinos, nosotros accedemos a estas creaciones nuevas y raras, pero al consumidor normal no le llega esa información ni la botella”, remarcó.
En este plano, Envero Sur apunta a ser el puente entre las bodegas pequeñas y el consumidor que busca novedades, a través de un sistema directo de venta que también contempla guías especializados que pueden ser sommeliers, amantes de vinos o simplemente conocedores con ganas de vender. “A partir de esta iniciativa, queremos rescatar una costumbre muy argentina: el asado de los jueves a la noche tanto de hombres como de mujeres, como un lugar ideal para probar vinos, donde nuestro guía puede participar llevando las botellas y explicando su historia. Así se crea una relación directa y personal”, concluyó.

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