Un informe de la Fundación Mercado de Bahía Blanca señala que la creciente caída del consumo no sólo obedece a una caída del poder adquisitivo, sino también, a que las familias compran lo justo y prefieren atesorar si les sobra algún dinero.
La tendencia de compra de bienes durables en junio fue de 8,3%, mermando respecto a mayo cuando comprendió a 8,9% de las familias, y del 11% que acusó un año antes.
La consultora dice que la economía mantiene una tasa de inflación real de dos dígitos anuales, en torno a 15/17%, en el consenso de los economistas. En contraste, el Indec estima menos de 6%. Así, la baja del consumo responde a la pérdida de capacidad adquisitiva y consecuentemente se debilitan las posibilidades de generar excedentes en los hogares. “El porcentaje de familias con capacidad de ahorro disminuyó de 23,2% en mayo a 21,8% en junio”, dice la Fundación Mercado de Bahía Blanca.
Sin embargo, destaca que “en junio, a pesar de la retracción de la capacidad de ahorro, aumentó 7% el atesoramiento, combinado con un incremento de las expectativas de 28,9%”.
Esta aparente paradoja, en un escenario en el que “las expectativas de ingresos disminuyeron, indica que si bien hay menos familias con capacidad de ahorro, tiende a aumentar el ahorro de las que sí lo hacen, contrayendo la tendencia de consumo de bienes durables”.