Once países emergentes, incluidos Brasil, China, India, Sudáfrica y la Argentina, entre otros, tienen el potencial de liderar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en el sector del transporte a través del uso de biocombustibles, según un estudio encabezado por investigadores brasileños para la Agencia Internacional de Energía (AIE), divulgado en las últimas horas en Sao Paulo.
El informe estima que la adopción de biocombustibles en un selecto club de once países emergentes podría evitar la emisión de entre 300 y 400 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) hasta 2030, lo cual representa casi la mitad de la meta fijada a nivel global por la AIE, que busca reducir en 800 millones de toneladas las emisiones globales del sector del transporte en los próximos seis años.
El estudio fue elaborado por el grupo de trabajo de bioenergía de la AIE, bajo la dirección de investigadores financiados por la estatal Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de São Paulo (Fapesp), de Brasil, de acuerdo con el comunicado de la entidad divulgado a la prensa.
“Es posible que estos países emergentes reduzcan la huella de carbono de sus sectores de transporte hasta en un 84 por ciento reemplazando el uso de combustibles fósiles por combustibles renovables, como el etanol y el biodiesel, con poco uso del terreno”, dijo Glaucia Mendes Souza, coordinadora del equipo de trabajo y principal autora del estudio.
En su análisis, los investigadores consideran la experiencia en biocombustibles de cuatro países latinoamericanos: Brasil, Argentina, Colombia y Guatemala, los cuales, liderados por Brasil, representan el 30 por ciento en la producción global de biocombustibles y contribuyen a reducir en 62 millones de toneladas las emisiones de CO2 equivalentes cada año. En este punto, es de destacar que la industria argentina del biodiésel tiene en Córdoba y Santa Fe sus distritos de mayor impulso y desarrollo.
El estudio sostiene que existe un potencial de crecimiento en el uso de biocombustibles sin competir por el uso del suelo destinado a la producción de alimentos o expandir sobre áreas forestales.
Los investigadores identificaron otros países emergentes, como China, Etiopía, India, Indonesia, Malasia, Sudáfrica y Tailandia, que también cuentan con disponibilidad de tierra para replicar el modelo de producción de bioenergía implementado en América Latina.
El equipo científico proyecta que la producción de biocombustibles en estos países podría reducir de manera significativa las emisiones de CO2 con una mínima utilización de terrenos.
Por su parte, Bharadwaj Kummamuru, director ejecutivo de la Asociación Mundial de Bioenergía (WBA, por sus siglas en inglés), destacó que la producción global de biocombustibles actualmente ronda los 160.000 millones de litros, lo que representa aproximadamente el 4 por ciento de la demanda total del sector del transporte.
“Las proyecciones indican que el volumen deberá triplicarse en los próximos cinco a siete años. Para lograrlo, los países emergentes, especialmente en el Sur Global, deben desempeñar un papel crucial”, evaluó.