Sólo 12 provincias del país flexibilizaron las restricciones, pero en aquellas ciudades en las cuales se concentran la mayor cantidad de salones de bellezas, como Córdoba, siguen sin abrir
Por Carolina Brenner [email protected]
El rubro peluquería es uno de los negocios que más se ha visto perjudicado desde que se decretó la cuarentena por el Covid-19 y también se encuentra entre los servicios más solicitados en el último tiempo.
En Argentina existen más de 78 mil salones de belleza, que reciben más de 250 millones de visitas al año y representan un volumen de negocio superior a 1% del PBI nacional.
Desde que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio para contener el avance
del coronavirus, estos establecimientos cerraron sus puertas. Sin embargo, en el país son más de 100.000 los profesionales independientes y pequeños comercios que
están sin trabajo.
Hasta hoy, sólo 12 de las 24 provincias argentinas han reabierto los salones de belleza. En Córdoba, el viernes pasado se habilitaron las peluquerías de las ciudades que fueron categorizadas como “zonas blancas” por no presentar circulación del virus, pero aún se mantienen cerradas las de la capital provincial y de otras zonas rojas.
Vale destacar que esta provincia junto con Tierra del Fuego se encuentran entre las plazas más importantes del país para este sector luego de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
“En Córdoba, el panorama de las peluquerías, ya sean las empresariales que tienen más de seis empleados, como las unipersonales, están muy complicadas. En el primer caso, deben afrontar alquileres de hasta cien mil pesos cuando hace dos meses que están sin abrir y se les hace cuesta arriba sostener el capital, y en el caso de los peluqueros con una estructura más pequeña se complica también ya que en su gran mayoría están acostumbrados a vivir el día a día y en esta situación les resulta imposible continuar con el negocio”, explicó a Comercio y Justicia Oscar Pollero, presidente del Centro de Peinadores y Peluqueros de Córdoba, entidad que tiene 83 años de vida.
“Lamentablemente van a cerrar muchas peluquerías a raíz del impacto de esta crisis y por ende peligran muchos puestos de trabajo. Asimismo, habrá un antes y un después en la actividad, no sólo van a cambiar las medidas de higiene y seguridad sino también la actitud del peluquero frente al negocio y la necesidad de administrarlo de la mejor manera posible”, destacó el directivo.
En este aspecto, los referentes del sector en la provincia se han unido para elevar su petición de reabrir los salones que aún deben permanecer cerrados, pese a que consideran que debe hacerse bajo rigurosas medidas de seguridad.
“Coincido en que lo primero es la salud, pero consultando a colegas de otros paises sé que muchos de ellos nunca pararon, aunque con todos los protocolos necesarios. A nosotros nos afecta mucho, ya que trabajamos al día a día. Yo tengo dos sucursales y a esta altura no podemos sostener todo lo que implica mantener un negocio sin ingresos”, expresó José Díaz, propietario de la peluquería que lleva su nombre y que tiene dos locales en la zona norte de la ciudad de Córdoba.
“Espero que pronto podamos volver a abrir y en ese caso lo vamos a hacer con todas las medidas de seguridad, como la distancia de dos metros, atender con turno, barbijo, guantes, etcétera”, agregó Díaz.
En la provincia no se sabe a ciencia cierta la cantidad de salones de belleza pero, según destacó Pollero, “han crecido exponencialmente en los últimos años, dado el auge de las barberías y el aumento de las escuelas de peluqueros, entre otros aspectos”.
Necesidad creciente
Luego de casi dos meses de confinamiento, la población manifiesta una necesidad creciente de contar con el servicio de corte de pelo y otras rutinas de belleza. Pero por sobre todas las cuestiones, estos negocios manifiestan la necesidad imperiosa de volver a trabajar para poder sustentarse.
Hasta el momento, las provincias que han abierto sus peluquerías son: Jujuy, San Juan, Corrientes, Misiones, San Luis, La Pampa, Catamarca, Santiago del Estero, Salta, Río Negro, Chubut y Mendoza, lo que demuestra que es posible reactivar este rubro, tomando los recaudos necesarios.
En este marco, las diferentes entidades nacionales, provinciales y municipales que representan a los peluqueros y peinadores de Argentina, han presentado protocolos de acción y sanidad a los gobiernos para lograr la reapertura de los salones, así como resarcimientos económicos para sobrellevar la crisis económica que genera el cierre total de la actividad comercial.
En este sentido, algunos gobiernos provinciales y municipales, con el aval del Estado nacional, comenzaron a flexibilizar la apertura de estos comercios en ciertas regiones donde no hay circulación viral o, al menos, lograron frenar el ritmo de los contagios al punto de llevar varios días sin nuevos casos registrados.
Si bien en algunos distritos de la provincia de Buenos Aires que cumplían estos requisitos pudieron reabrir sus comercios, en las grandes ciudades y en Capital Federal siguen siendo
más de 18 mil los salones que desde el 20 de marzo no facturan, y que solicitan la urgente reapertura de sus comercios.
Todos declaran comprometerse a cumplir el mismo protocolo de seguridad que se aplicó en el resto de los espacios que reabrieron, donde se respetan las normas de higiene y distanciamiento social recomendadas por las autoridades sanitarias en pos de cuidar la salud de los empleados y del público en general.
En esta línea, la Unión de Peinadores de la República Argentina (UPA), una de las entidades que representa a empleados de la industria, presentó cartas a los gobernantes con los protocolos de sanidad, para abrir el diálogo.
“Somos más de cien mil peluqueros en el país, entre empleados y profesionales independientes que buscamos llegar a un acuerdo para poder empezar a operar de forma segura y resguardando los puestos de trabajo. Pedimos que nos escuchen”, señaló Roberto Iturra, presidente de UPA.
“Es una situación crítica la que estamos viviendo los peluqueros. En mi caso, tengo 15 familias que dependen del ingreso de la peluquería. Sabemos que el contacto con el cliente en los salones es muy estrecho, pero ya estamos acondicionándolos con todas las medidas necesarias para cuidarnos y cuidar a nuestros clientes”, expresó Sandra González, propietaria de un salón de belleza en Tucumán desde hace más de veinte años.