La soledad: ¿un problema contemporáneo que creció en pandemia?

Un nuevo comunicado de la Asociación Americana de Psicología se refirió a este tema. Además, a dos años de la propagación del coronavirus en todo el mundo, investigaciones locales revelan efectos a largo plazo

Luego de dos años de la propagación del coronavirus en todo el mundo, investigadores del campo de la salud mental de distintos países se encuentran indagando sobre los efectos de la crisis sanitaria a largo plazo, con relación a los cambios en el comportamiento de los seres humanos que se han registrado y en referencia al aumento de determinadas dolencias subjetivas.

En este sentido, en un comunicado reciente de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) advirtió de un leve pero significativo incremento de la soledad.

"Personas de todo el mundo experimentaron un aumento de la soledad durante la pandemia de covid-19", indicó la organización y anticipó que esto "podría tener implicancias para la salud mental y física, la longevidad y el bienestar a largo plazo de las personas".

Aunque, según la entidad que agrupa a especialistas del campo de la salud mental en Estados Unidos, es algo "exagerado" pensar en una "pandemia de soledad", sí es necesario considerar que esta problemática es actualmente un riesgo de mortalidad prematura.

CIFRAS INTERNACIONALES

25% de incremento registró la prevalencia mundial de depresión y ansiedad, según el último informe científico publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

90% de los países encuestados por el organismo internacional incluyeron la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes de respuesta al covid-19.

1 trabajador en salud mental cada 100 mil habitantes es la media registrada en muchos países de bajos ingresos, también según la OMS. Además, usualmente, sólo 2% de los presupuestos de las carteras sanitarias es destinado a la atención de este tipo de afecciones.

Vale señalar que la soledad es definida como "el sentimiento doloroso de tener menos conexiones sociales o de peor calidad de las que una persona desea", según la APA.

Este sentimiento difiere del aislamiento social que se aplicó en las primeras etapas de la pandemia, el cual puede ser conceptualizado como "una red social pequeña y pocas interacciones con los demás".

Investigaciones

En torno a estás temáticas, una indagación académica relevó una serie de investigaciones de distintos continentes para dar cuenta del estado de situación actual en la articulación pandemia-soledad .

En detalle, se revisaron 34 estudios en los cuales -en total- participaron unas 200 mil personas.

Según explicó el parte de prensa, se " encontró un aumento promedio de alrededor del 5 por ciento en la prevalencia de la soledad en los estudios individuales", aunque este incremento no se registró en todos los grupos.

Por este motivo se advirtió de la necesidad de avanzar en la investigación sobre "los factores que ponen a algunos individuos y grupos en mayor riesgo de experimentar soledad", que además posibilite desarrollar nuevas estrategias de intervención .

Además, también resulta clave realizar estas mediciones en países con diferentes niveles de ingresos de su habitantes, suponiendo que las variables económicas también poseen incidencia.

Está revisión de los estudios actuales fue efectuada por Mareike Erns, de la Universidad Johannes Gutenberg de Alemania.

Argentina

Por otro lado, en el ámbito nacional, se pudo conocer que casi la mitad de la población padeció ansiedad durante la pandemia y 30% atravesó niveles de depresión significativos, al tiempo que jóvenes, mujeres y personas con antecedentes de trastornos mentales sufrieron más el impacto del aislamiento sanitario, según un sondeo realizado en todo el país por el lnstituto de Investigaciones Psicológicas (IIPsi), dependiente del Conicet, y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Los datos surgen de una serie de estudios a cargo de los doctores en psicología Lorena Cecilia López Steinmetz y Juan Carlos Godoy , quienes evaluaron la salud mental durante la pandemia por coronavirus en diferentes grupos poblacionales argentinos en 2020 y 2021.

Sobre una muestra de 1.100 personas residentes en todo el país, 48% manifestó tener ansiedad; 29,64% señaló haber atravesado niveles de depresión "clínicamente significativos" y 42,27% reconoció tener riesgo suicida para considerar. De estos últimos, 19,36% los consideró de riesgo alto y 22,91% moderado.

Las investigaciones fueron realizadas a partir de cuestionarios online estandarizados y validados internacionalmente.

Mientras, de manera destacada, el equipo de investigación encontró peores indicadores de salud mental en las mujeres, las personas jóvenes y aquellas con antecedentes de trastornos mentales .

Sobre estos resultados, Godoy expresó recientemente que "los niveles de ansiedad son particularmente altos y es un indicador para preocuparse".

En ese sentido, precisó que "un nivel de ansiedad basal es razonable porque nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida, pero pasado ese nivel empezamos a abrir la puerta al desarrollo de otro tipo de problemas psicológicos, algunos vinculados con la gran familia de los trastornos de ansiedad o con el desarrollo de depresión".

Para Godoy, los indicadores de ansiedad "hay que monitorearlos de manera constante porque dan pistas sobre el bienestar general de las personas".

En tanto, respecto de la cuestión de género, López Steinmetz agregó que desde antes de la crisis sanitaria las mujeres "suelen ser más vulnerables a desarrollar trastornos mentales por las desigualdades de género y la sobrecarga laboral, situación que se vio exacerbada durante la cuarentena".

A su vez, detalló que los resultados coincidieron con los de otros grupos de investigación de todo el mundo y advirtió que "las tareas del hogar siguen siendo atribuidas como si fuesen el rol de la mujer exclusivamente".