sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Trastornos mentales, uno de los efectos a largo plazo de la violencia

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Según la OMS, 1,4 millones de personas pierden la vida debido a esta problemática. Por cada una que muere, hay muchas más con lesiones y con diversos problemas de salud física, sexual, reproductiva y mental

Por Luz Saint-Phat – [email protected]

Los efectos de la violencia en las personas no sólo tienen manifestaciones físicas sino que a largo plazo pueden generar distintos trastornos mentales, entre los cuales prevalecen la depresión y la tendencia al suicidio, según especificó, este mes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su sitio web.
Entre los grupos etarios más alcanzados por esta problemática global se encuentran los adolescentes y los jóvenes, indicó el organismo.“Entre los efectos a largo plazo se encuentran los trastornos mentales como la depresión, los intentos de suicidio, los síndromes de dolor crónico, los embarazos no deseados, el VIH/Sida y otras infecciones de transmisión sexual”, advirtió la OMS.
“Esto puedo ocasionar, aunque sea muchos años después, enfermedades crónicas como cardiopatías, cánceres e infecciones de transmisión sexual”, agregó, en una de sus recomendaciones. El problema tiene una magnitud importante en todo el mundo. De hecho, se indica que cada año 1,4 millón de personas pierden la vida debido a la violencia. Específicamente, por cada una que muere hay muchas más con lesiones y con diversos problemas de salud.
Además, la violencia supone una enorme carga para las economías nacionales: tiene un costo para los países de millones de dólares anuales en atención sanitaria, vigilancia del cumplimiento de la ley y pérdida de productividad.
Las cifras de la OMS indican que, de los muertos por violencia, 56% es por suicidio.
El resto se relaciona con lesiones ocasionadas intencionalmente por terceros (33%) o con secuelas directas de guerras u otras formas colectivas de violencia.

Prevención y abordaje
Las estrategias de prevención de la violencia y sus efectos en la salud de la población se inclinan a abordar problemáticas subyacentes en los grupos más afectados, como el bajo nivel educativo, la pobreza, la parentalidad incoherente, el desempleo y las normas sociales que contribuyen a la violencia. Además, también colaboran a solucionar los conflictos las estrategias centradas en el individuo, como “programas de enriquecimiento en edad preescolar, preparación para la vida cotidiana y programas de desarrollo social para los niños de 6 a 18 años, y ayuda a los adolescentes y a los adultos jóvenes de alto riesgo para que completen la escolarización y sigan cursos de educación superior y educación profesional”, indica la OMS.
También tienen una eficacia demostrada los programas centrados en la familia, como la formación de los padres en materia de desarrollo infantil, disciplina no violenta y aptitudes para resolver problemas; el fomento de participación de los padres en la vida de los niños y adolescentes; y programas de tutorías destinados a establecer vínculos entre los jóvenes de alto riesgo y adultos que los cuiden.
Jóvenes
En tanto, la violencia es una causa importante de mortalidad entre adolescentes y jóvenes mayores de sexo masculino, según especifica la OMS.  “La violencia interpersonal representa 43% de todas las defunciones de varones adolescentes registradas en países de ingresos bajos y medianos de la región de las Américas. A nivel mundial, 1 de cada 10 chicas menores de 20 años indica haber sufrido violencia sexual”, dice el organismo en una nota descriptiva.
“Fomentar relaciones de atención y cariño entre padres e hijos en una etapa temprana de la vida, propiciar el desarrollo de aptitudes para la vida y reducir el acceso al alcohol y las armas de fuego puede contribuir a prevenir lesiones y defunciones como consecuencia de la violencia. Asimismo, ofrecer a los jóvenes supervivientes de actos de violencia una atención eficaz y empática puede ayudarlos a superar las secuelas físicas y psicológicas”, agrega.
En esta población, la depresión es la tercera causa principal de morbilidad y discapacidad, y  el suicidio es la tercera causa de defunción entre adolescentes mayores de entre 15 y 19 años.
“La violencia, la pobreza, la humillación y el sentimiento de desvalorización pueden aumentar el riesgo de padecer problemas de salud mental”, dice la OMS.

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