Lo indica el último estudio publicado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La reducción de los ingresos y la escasez de empleo son los dos principales “temores” de los argentinos, en el contexto de la crisis derivada del coronavirus, de acuerdo a los resultados del último estudio publicado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La extensa investigación, realizada mediante encuestas online geolocalizadas, fue efectuada en una muestra de 2.490 casos, que corresponden a población ubicada en los principales centros urbanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el Gran Buenos Aires (GBA), el interior de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Jujuy, Corrientes y Tierra del Fuego.
Las encuestas, que se aplicaron entre el 27 de mayo y el 2 de junio pasados, dan cuenta de aspectos vinculados al impacto subjetivo de la pandemia en relación a la salud mental, la percepción de la situación económica individual y colectiva, y la gestión del Gobierno nacional.
En el primer módulo, el estudio confirma las hipótesis exploradas por otras investigaciones de alcance nacional relacionadas con la prevalencia de sentimientos de ansiedad, cansancio, tristeza y hartazgo. “La incertidumbre actual que invade todos los ámbitos de la vida (salud, trabajo, familia, economía, proyectos de vida, etc) constituye una ‘incubadora’ de inseguridad, estrés, ansiedad, angustia y temor al futuro”, indicò una de las principales interpretaciones de los especialistas del observatorio.
En el segundo ítem de estudio, al abordar la incidencia económica de la crisis según la percepción de los participantes del estudio, surgió justamente que la pérdida de poder adquisitivo y caída real de los ingresos, junto a una creciente dificultad para conseguir empleo constituyen los principales “temores” de los argentinos, representando 38% y 33% de los casos, respectivamente.
Mientras, perder el empleo es un factor de temor para 23% de los casos encuestados, no poder trabajar en la actividad comercial para 14%, y tener que trabajar en una actividad diferente a la previa a la pandemia para 13%.
También, los encuestados destacaron como cuestiones preocupantes la posibilidad de una hiperinflación, el tener que ajustar el nivel de vida a la nueva situación, acumular deudas impagables, tener que cambiar de oficio, la falta de empleo para los jóvenes, el futuro de los hijos, que se limiten las oportunidades de desarrollo y educación, que se rebajen las jubilaciones y que el drama económico destruya a las familias.
Finalmente, en el módulo referido a las medidas del Gobierno, 69% de los encuestados aprobó la gestión de la crisis del coronavirus que está realizando la administración de Alberto Fernández, aunque se destacó que “los niveles de aprobación de gestión más altos se presentan en las tres provincias que no han sido castigadas por el Covid-19 y por lo tanto han podido implementar cuarentenas más flexibles”, siendo éstas Jujuy, Tierra del Fuego y Corrientes.
Perspectivas y estrategias
En lo específicamente económico y en la respuesta al cuestionamiento referido a los ingresos de los hogares para los próximos meses, 70% de los casos indicó que no tendrá ingresos, que disminuirán “mucho”, o que disminuirán “algo”.
En tanto, sólo 27% espera que los ingresos permanezcan en el mismo nivel, mientras 3% tiene la expectativa de que aumenten.
En cuanto al nivel de endeudamiento que tienen las personas en el contexto actual, 27% indicó que se encuentra entre muy y bastante endeudado, mientras que 38% precisó que poco y 35% consignó que no posee cuentas pendientes.
Ante la pregunta que indicaba que si se extendiese la cuarentena, cuánto se considera que la economía personal podría sostenerse “sin llegar a problemas serios”, las principales conclusiones del estudio permitieron derivar que “los trabajadores informales (oficios varios y changas) y los que cobran la AUH son los que manifiestan mayor vulnerabilidad”, considerando que “un alto porcentaje de estos segmentos estima que su economía sólo podrá sostenerse, sin derrumbarse, entre 1 o 2 meses”.
Mientras, “los trabajadores en relación de dependencia y los profesionales son los que presentan un mejor perfil de estrés de recursos económicos”, explicó el informe consultado. En este punto, 44% de los trabajadores en relación de dependencia y 35% de los profesionales señalaron que “podrán afrontar la crisis económica por un período más largo (+ 4 meses) sin entrar en colapso económico”.
De esta manera, los especialistas del observatorio aseguraron que “el estrés de recursos económicos es mayor a medida que descendemos en los estratos sociales” y “casi la mitad de las personas de clase media baja/baja señalan que llegarán al agotamiento económico en poco tiempo (1 o 2 meses)”.
Sobre las estrategias para afrontar la situación económica, 80% de los casos indicó que disminuirá gastos, 27% precisó que utilizará ahorros, 24% aseguró que pondría en venta bienes muebles, 20% comercializaría sus bienes patrimoniales, 20% podría recurrir a la ayuda de familiares y amigos, y 8% podría solicitar créditos.
En cuanto a los gastos, 78% de los encuestados se mostró predispuesto a bajar gastos en ocio, salidas o esparcimientos, 69% en vestimenta y calzados, 62% en gimnasio, 53% en TV por cable, y 51% en mantenimiento del hogar.
Conclusiones
Según los especialistas del observatorio, y en relación al impacto psicológico de la pandemia, “tres factores (la creencia de que la pandemia durará mucho, que irá empeorando y el temor al contagio) configuran una combinación de ideas en el sistema de creencias de la gente que explica la razones del impacto en la salud mental ya referido”.
En tanto, en lo vinculado a la económico, se pudo conocer que “prima la preocupación por la economía del país que alcanza un promedio de 8,3, contra 6,7 de preocupación por la economía personal/familiar”, teniendo en cuenta que “a medida que vamos descendiendo en la pirámide social mayor es la preocupación por su economía”.
Finalmente en lo relacionado a la administración nacional, el estudio observó que “la imagen del presidente Alberto Fernández se mantiene alta (69% de imagen positiva), aunque en este ítem también ha caído 12 puntos porcentuales” esto en comparación a una medición previa realizada el 21 de abril.