La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los servicios y profesionales de la salud ocupacional desarrollen estrategias específicas para los ambientes laborales
Por Luz Saint-Phat – [email protected]
Promover la salud mental en los entornos laborales puede ser muy beneficioso para las organizaciones, ya que una mejora en los ambientes de trabajo puede disminuir el ausentismo y producir un aumento en la productividad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), opinión publicada en una nota de este mes.
“Es bien conocido que el desempleo es un factor de riesgo de problemas mentales, mientras que la obtención de un empleo o la reincorporación al trabajo ejercen efectos protectores”, dice la organización en un documento. “No obstante, un entorno de trabajo adverso puede ocasionar problemas físicos y psíquicos, un consumo nocivo de sustancias y de alcohol, absentismo laboral y pérdidas de productividad”, agrega.
“La promoción de la salud mental en el lugar de trabajo y el apoyo a las personas que sufren trastornos psiquiátricos hace más probable la reducción del absentismo laboral, el aumento de la productividad y la obtención de beneficios económicos que conllevan estos efectos”, indica el artículo consultado.
Riesgos
“En la mayoría de los casos, los riesgos que conllevan se deben a una interacción inadecuada entre el tipo de trabajo, el entorno organizativo y directivo, las aptitudes y competencias del personal y las facilidades que se ofrecen a éste para realizar su trabajo”, agrega la OMS.
“Por ejemplo, puede ocurrir que una persona tenga las aptitudes necesarias para llevar a cabo sus tareas pero no disponga de suficientes recursos o no reciba el apoyo que necesita debido a las prácticas de gestión y administración de la empresa”, dice el texto.
En este sentido, la organización internacional enumera como riesgos para la salud mental las políticas inadecuadas de seguridad y protección de la salud, las prácticas ineficientes de gestión y comunicación, el escaso poder de decisión del trabajador o ausencia de control de su área de trabajo, el bajo nivel de apoyo a los empleados, los horarios de trabajo rígidos y la falta de claridad en las áreas u objetivos organizativos.
“Los riesgos también pueden guardar relación con el contenido del trabajo. Por ejemplo, puede que las tareas asignadas a una persona no se adecuen a sus competencias o que la carga de trabajo sea permanentemente elevada. Algunos trabajos, como ocurre con los que desempeñan el personal humanitario y el de primera intervención, acarrean un riesgo más elevado, pueden afectar la salud mental y causar síntomas de trastornos psiquiátricos o un consumo nocivo de alcohol, drogas o psicofármacos”, dice la OMS.
“Además, los riesgos pueden ser superiores en situaciones en las que el equipo no está cohesionado o no se dispone de apoyo social”, agrega.
Estrategias
En este marco, la organización propone algunas pautas para crear un entorno saludable en el trabajo.
“Un aspecto importante para conseguir que el lugar de trabajo sea saludable es la formulación de leyes, estrategias y políticas gubernamentales”, dice, y agrega que “en un lugar de trabajo saludable, los trabajadores y los directivos contribuyen activamente a mejorar el entorno laboral promoviendo y protegiendo la salud, la seguridad y el bienestar de todos los empleados”.
En este sentido, las intervenciones deben propender a aplicar y hacer cumplir las políticas y prácticas de seguridad y protección de la salud, que permitan detectar el estrés patológico, las enfermedades y el consumo nocivo de sustancias psicoactivas; informar a los trabajadores de que pueden pedir ayuda; promover la participación del personal en las decisiones transmitiendo una sensación de control y de participación; ofrecer a los empleados programas de desarrollo profesional; y reconocer y recompensar la contribución del personal. “Las intervenciones en materia de salud mental deben formar parte de una estrategia integrada de salud y bienestar que abarque la prevención, la detección temprana, el apoyo y la reincorporación o readaptación”, dice la OMS.
“Los servicios y los profesionales de la salud ocupacional pueden ayudar a las organizaciones a aplicar estas intervenciones donde estén disponibles, pero incluso cuando no lo estén, se puede introducir una serie de cambios para proteger y promover la salud mental”, indica el documento consultado.