Diferenciar e identificar los factores que pueden causar una situación problemática es un aspecto clave a tener en cuenta por los líderes de equipos de trabajo.
Por Luz Saint-Phat – @LuzSaintPhat
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Cuando los requisitos de un puesto de trabajo no se ajustan a las capacidades y recursos de quienes los ocupan, cuando la labor cotidiana implica riesgos para la protección del trabajador o cuando los vínculos entre pares o con los jefes son patológicos, el estrés surge como un mecanismo de defensa natural del cuerpo.
Sus devastadoras consecuencias en la vida laboral y personal deben ser tenidas en cuenta por quienes lideran los procesos de trabajo, advirtió a Comercio y Justicia la psicóloga Paola Rossini, especialista quien dictará hoy una jornada sobre estrés y conflictos en el manejo del personal. Será en la Fundación Graduados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
“En términos generales, y a nivel clínico, existen dos tipos de estrés: el saludable y el que no lo es tanto. El saludable tiende a la adaptación del organismo a una nueva situación. Algo se produce y nosotros tenemos que utilizar mecanismos fisiológicos y psíquicos para adaptarnos. En este proceso fisiológico intervienen la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol. Eso sería algo positivo”, dijo Rossini.
“Ahora, cuando esto es constante, cuando no cesa luego de la nueva situación, el organismo continúa en estado de alerta de manera y continua, subiendo los niveles de las hormonas y eso causa daños en el cuerpo”, explicó la psicóloga.
“Relativas a comportamiento, conductual, las manifestaciones pueden ser muchas. Pueden aparecer la angustia, la depresión, los trastornos de ansiedad, las inhibiciones y las fobias”, especificó. “La situación empieza a afectar varios aspectos de la vida cotidiana y se puede manifestar con síntomas como no querer ir a trabajar o trabajar de manera constante. Lo que se produce es una pérdida del disfrute de la vida”, dijo la especialista.
“En lo orgánico, también pueden aparecer patologías como el colesterol u otras enfermedades que tienen base psicosomática”, agregó.
Ámbito laboral
“En realidad, cuando se presenta el estrés laboral es importante tener en cuenta que no es el trabajo el que enferma sino los conflictos que se dan en ese ámbito”, puntualizó.
“El ser humano necesita trabajar para vivir, para realizarse como persona; pero cuando esto no ocurre aflora el estrés, que es subjetivo y personal para cada uno”, dijo la psicóloga en conversación con este medio.
“Las manifestaciones más comunes son la falta de motivación, la falta de interés, la poca creatividad en el trabajo, no sentirse cómodo y las disfunciones que surgen en los equipos”, dijo Rossini, y agregó: “Si voy más a lo profundo, seguramente, esto tiene ver con lo nocivo de los conflictos en el trabajo”.
“Los conflictos se vivencian en cada persona de una manera particular. Por ejemplo, si soy una persona que me gusta trabajar en equipo y se incorpora una persona conflictiva, me puede generar una incomodidad que requerirá de mi recordamiento. Pero quizás para el otro esto no tenga ninguna importancia ni significado”, explicó.
Dentro de esta temática, la jornada que se dicta hoy aborda las formas de diferenciar e identificar cuáles son las situaciones en el trabajo que pueden generar situaciones conflictivas y estrés.
“Una de las clasificaciones indica que este mecanismo surge cuando los requisitos del puesto no tienen en cuenta las capacidades y los recursos de los trabajadores, cuando el trabajo implica riesgos para la protección de las personas, cuando se trabaja sobre vínculos patológicos entre los pares y los jefes o cuando se le pide a alguien que haga mal su trabajo”, explicó la psicóloga.
Herramientas
Tras el reconocimiento de estas situaciones, en los ámbitos laborales se pueden desarrollar estrategias de prevención de ellas.
“Me parece que lo importante es prevenir el estrés laboral, porque cuando está ya instalado, sigue enfermando”, dijo Rossini, para luego recomendar algunos aspectos a tener en cuenta.
“En principio, lo fundamental en una empresa es hacer una buena selección de los mandos medios. Lo importante es que tengan capacidad de liderazgo para el manejo del personal y para solucionar los conflictos que se van desarrollando. Para eso, la persona debe tener empatía y herramientas de negociación. También es importante que sea un perfil con tolerancia a la frustración y a la presión”, explicó.
“Para quienes ocupan una posición más operativa en el trabajo, me parece que lo que fortalece es la vocación o el hecho de que las personas hagan algo que realmente les gusta.
Lo fundamental para prevenir el estrés es hacer algo que a uno le agrada o al menos encontrarle la vuelta al trabajo para lograr algún nivel de satisfacción”, afirmó.
“Además, es importante trabajar en la creación de un buen clima laboral, un elemento clave en la gestión de los recursos humanos”, concluyó la especialista.