Esta disciplina ofrece un amplio potencial, al fomentar también la integración de distintas asignaturas en proyectos concretos y promover la inclusión de estudiantes con capacidades cognoscitivas diferentes.
Luz Saint Phat – [email protected]
Un nuevo año lectivo está en marcha y la agenda educativa se impone, sobre todo en tiempos en que las instituciones educativas y las familias ya no son los únicos espacios desde donde se puede ofrecer un conocimiento legítimo a niños, niñas y adolescentes. Hoy, el avance de las nuevas tecnologías trae aparejado un desafío importante para el proceso de aprendizaje.
En este contexto, la enseñanza específica de la programación (entendida como la acción de darle instrucciones precisas a una máquina en un lenguaje que la computadora pueda entender para que ejecute y automatice alguna acción o conjunto de acciones) en las escuelas puede ser una herramienta que permita desarrollar capacidades diferentes en los estudiantes, a la vez que posibilite la articulación con contenidos de otras asignaturas.
Así lo especifica un artículo publicado en la revista Cuadernos de Educación, que edita el Área Educación del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon”, de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
La publicación se titula “Experiencias de programación en las escuelas” y sus autoras son María Cecilia Martínez -pedagoga, doctora en Política Educativa, docente de la UNC e investigadora del Conicet- y María Emilia Echeveste -psicóloga, doctoranda en Ciencias de la Educación, investigadora del Centro de Estudios Avanzados (CEA) y docente de Psicología Educacional en el Profesorado de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNC-.
En el documento se destaca principalmente que “la enseñanza de la programación convoca a los estudiantes a una relación con el conocimiento que se caracteriza por el interés en aprender para construir, la integración interdisciplinaria, la colaboración y la inclusión de niños y niñas con problemas de aprendizaje”, y que “todas estas características tensionan el formato escolar tradicional”.
En este sentido, en el artículo se analiza un conjunto de experiencias de enseñanza de la programación en escuelas públicas primarias y secundarias de la Provincia de Córdoba que se desplegaron como resultado de cursos cortos de formación docente (tema que también ha sido analizado previamente en este espacio de Comercio y Justicia).
Sobre la base de estas iniciativas, las investigadoras pudieron destacar -en torno a reflexiones de las docentes y sus observaciones de clase- cuatro aspectos que emergen al poner en marcha distintas propuestas de programación con videojuegos en el ámbito escolar. Tales son el entusiasmo que genera en los estudiantes, la posibilidad de integrar disciplinas a partir de proyectos de programación, el desarrollo del trabajo colaborativo y la inclusión en tareas de programación de estudiantes con diferentes capacidades cognoscitivas, según precisa el documento consultado.
“Estas experiencias muestran que es posible democratizar este conocimiento en el ámbito escolar y que, además, la lógica de la programación genera un involucramiento con la tarea por parte de la mayoría de los estudiantes”, dicen las autoras en las reflexiones finales de la publicación, y agregan que “sosteniendo las premisas de la educación como motor del desarrollo del pensamiento crítico donde éste implica reflexión, análisis, reconstrucción, desarrollo de modelos, identificación -entre otros-, y donde alfabetizar significa utilizar todo el potencial de las herramientas de comunicación esenciales para interactuar en sociedad, es que necesitamos ampliar la mirada sobre la enseñanza de la computación para incluir a la programación”.
Detalles
Según señala el documento, los datos recabados en la investigación pertenecen a una centena de docentes y aulas de primaria y secundaria ubicadas en cuatro regiones de la provincia de Córdoba (tanto urbanas como rurales), que participaron del curso de enseñanza de la programación ofrecido por la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) y por la UNC.
En el curso se presentaron distintas plataformas educativas de software libre, dos de ellas creadas por la Casa de Trejo: UNC++Duino, Chatbot, Alice y Scratch.
A partir de esta formación, 70% de los docentes que asistieron a la capacitación implementó clases de programación en sus respectivas escuelas.
Según consigna el estudio, los profesores que pusieron en práctica proyectos de programación reportaron que entre 85% y 90% de los alumnos de su clase pudo terminar la tarea planteada, e incluso para 20% de los maestros, los estudiantes superaron las expectativas de su clase.
“En relación con la clase de programación, todos los docentes describieron el clima de la clase en términos positivos. ‘Entusiasmo’ fue la palabra que más frecuentemente usaron para comentar cómo fue recibida la propuesta en aula (usada entre 20% de los docentes).
También se usaron frecuentemente las palabras curiosidad, alegría, asombro, sorpresa, investigación, exploración, se esforzaban, interés y desorden”, precisa la publicación referida.
“En síntesis, la mayoría de los docentes pudo superar el desafío de poner en práctica una propuesta novedosa y realizar al menos una clase de programación, expresando también que el clima de la clase fue de entusiasmo y de exploración activa”, dicen Martínez y Echeveste.