Así lo informó la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. La prescripción injustificada de medicamentos y el tráfico y consumo de drogas ilegales son las principales problemáticas.
Más de 600 nuevas sustancias psicoactivas, es decir, drogas que ejercen efecto sobre el sistema nervioso central, aparecieron en el último año en el mundo, advirtió ayer la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), perteneciente a las Naciones Unidas.
La JIFE es un órgano de fiscalización independiente y cuasi judicial encargado de vigilar la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de drogas.
“Se debe encontrar un equilibrio adecuado entre garantizar la disponibilidad de drogas para fines médicos, conforme lo previsto en los tratados de fiscalización internacional, y reducir la oferta ilícita de drogas”, afirmó el trabajo del organismo.
El presidente de la JIFE, Werner Sipp, señaló que el mundo “no está obligado” a elegir entre una “aplicación militarizada” de la legislación sobre drogas y la legalización de su uso para fines no médicos sino que se debe “hacer de la salud y el bienestar la piedra angular de una política equilibrada” en esa materia.
El informe del organismo de Naciones Unidas encargado del control de drogas señaló que, en el último año, las nuevas sustancias psicoactivas aparecieron en cantidades cada vez mayores. En octubre de 2015, los estados miembros habían confirmado 602 nuevas sustancias, lo que representó un aumento de 55 por ciento con respecto a 2014, año en el que se comunicaron 388 nuevas sustancias.
“El ritmo al que aparecen las nuevas sustancias psicoactivas representa un importante desafío para el sistema de fiscalización internacional de drogas, por lo que se deberán encontrar enfoques más flexibles y viables para hacer frente a esa amenaza”, se apuntó.
Medicación
En el informe, la junta se refirió además a los riesgos de la “prescripción injustificada” de benzodiazepinas, sustancias utilizadas para tratar el insomnio y la ansiedad, y su “consumo excesivo por las personas de edad avanzada”.
“Se ha demostrado que los pacientes de más de 65 años que empiezan a tomar benzodiazepinas tienen 50 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia en los siguientes 15 años que las personas que nunca consumieron esas sustancias”, subrayó.
En cuanto a los analgésicos, el organismo internacional señaló que las personas de los países de ingresos medianos y bajos aún carecen de acceso adecuado a medicamentos para paliar el dolor (analgésicos opioides), pese a que el uso de esos medicamentos se duplicó en todo el mundo desde comienzos de siglo.
En tanto, los habitantes de Europa y América del Norte usan casi 95 por ciento de los analgésicos que se consumen en el mundo.
América
Con respecto a las problemáticas más salientes del continente americano, la JIFE indicó que Centroamérica y el Caribe son regiones fuertemente afectadas por el tráfico y la violencia relacionada con las drogas. Esas regiones – dice el informe- “siguen siendo un importante proveedor de cannabis y una ruta de tránsito de la cocaína destinada a América del Norte y Europa”.
En tanto, el documento también señaló que América del Norte registra la tasa más alta de muertes relacionadas con las drogas, ya que en 2013 se comunicaron 43.000 decesos, lo que equivale a 136,8 muertes por millón de habitantes.
Por otra parte, en América del Sur, se destacó la existencia del cultivo de arbusto de coca y el suministro de cocaína, aunque se remarcó que “los esfuerzos realizados por los gobiernos de Bolivia, Colombia y Perú en 2013 permitieron lograr los niveles más bajos desde 1990”, tendencia que según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) “podría haber contribuido a reducir el suministro mundial de cocaína”.
El organismo también señaló que la región presenta niveles elevados de consumo de cocaína que estarían impulsados por el “aumento del uso indebido en Brasil”, país que “está invirtiendo en mejorar la recopilación de datos sobre el uso indebido de drogas, lo que incluye la realización de una encuesta entre la población penitenciaria”.
Argentina
En un apartado, el informe de la JIFE indica que Argentina -junto a Brasil, Chile y Colombia- ha informado “periódicamente, la incautación de otros alucinógenos, aparte del éxtasis, sobre todo de dietilamida del ácido lisérgico (LSD)”. Al respecto, se indica que, en 2012 “los mayores volúmenes de incautación de LSD de América del Sur correspondieron a la Argentina (87.605 dosis) y el Brasil (65.033 dosis, que disminuyeron a 56.680 dosis en 2013)”.