Centenares de argentinas y argentinos copaban los carriles de la avenida General Paz en sentido a la Ciudad de Buenos Aires, a la altura del puente Ricardo Balbín, a la espera de la caravana de la selección nacional campeona del Mundial Qatar 2022.
Con banderas argentinas, batucadas y bengalas los hinchas saltaban en ronda y se fundían en abrazos mientras cantaban algunos de los hits mundialistas como “Dale campeón” o “De la mano de Leo Messi toda la vuelta vamos a dar”.
“Somos campeones del mundo, no me interesa más nada. Solo me interesa ver a los jugadores, por eso estamos aca”, señaló Mirko Acevedo (17) mientras saltaba en la calle con una bandera celeste y blanca que le cubría los hombros.
Entre la multitud, acaparó la atención un Papá Noel con el traje completo llevando la Copa del mundo en versión de plástico.
“Esperamos muchos años y de la mano de Leo Messi la trajimos. Me disfracé porque este es el primer mundial que vivo y estoy feliz”, dijo a Télam un joven Papá Noel de 28 años.
Esteban García (50) llegó caminando solo desde el partido bonaerense Tigre: “Tardé como tres horas, una banda. Estoy muerto, pero hay que bancar”.
“Quería compartir esta comunión que hay entre todos y la alegría que hay es algo único. Hay que vivir esto y sentirlo porque somos así nosotros, muy pasionales”.
Por el sol fulminante del mediodía, muchas personas se refugiaban bajo la sombra del puente Ricardo Balbín y estallaban en cánticos con consignas como “un minuto de silencio, para Mbappé que esta muerto”.
Arriba de la barrera de cemento que separa los carriles de la General Paz, Lucio (18) se mantenía parado apoyado sobre unas muletas: “Me rompí el tobillo, pero vine igual porque salimos campeones”.
Entre las familias, se discutía cuál era el mejor lugar para ver a los jugadores y calculaban cuánto tiempo demorarían en llegar luego de que partieran del predio de la AFA.
Subido a una escalera de avión de unos 10 peldaños, Marcelo Juárez contó a esta agencia: “Pensé que esto iba a servir para estar más cerca. Nos vamos a arrimar lo más posible”.
Acompañado por su hija adolescente, Irina, el hombre que vino de Munro aseguró: “Yo tengo dos mundiales, pero el de ella es el primero”.
Por su parte, lrina relató: “Lo viví muy emocionada, pensé que en cualquier momento me iba a agarrar un paro”.
Cerca de las 13, se vivió uno de los momentos más emocionantes cuando un trompetista tocó el himno nacional y todos los presentes estallaron coreando el típico “oooohh oooohhh oooohhh”.
“Tenía pensado venir a tocar y cuando todos empezaron a cantar fue mucha emoción. Salir campeón es venir a disfrutar y que no pase más nada”, expresó Alan Yandet de 25 años.
Con una explosión de cánticos, bailes y saludos emocionados, la caravana de la selección nacional campeona del mundo continua alegrando a los hinchas del país.