Vendedor de productos de curtiembre no demostró ser viajante de comercio

La prueba rendida demostró que trabajaba en un punto fijo de la empresa, en el cual realizaba tareas administrativas. Además, los e-mails que presentó como prueba no fueron autentificados por pericia informática, más allá de que del propio contenido tampoco surgía constancia de peso

Al no probar el accionante que prestó tareas como viajante de comercio para la demandada, Misadon SRL, en la venta de curtiembres y advirtiendo que el incorrecto encuadramiento de la categoría laboral fue el principal reclamo que había hecho el trabajador al darse por despedido, la Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba rechazó la demanda entablada en cuanto pretendía las indemnizaciones derivadas del quiebre del contrato de trabajo.

El tribunal integrado por el juez Tomas Sueldo indicó que, conforme fue trabada la litis, cabía desentrañar el primer aspecto de la controversia; esto es, la calidad de viajante del actor del trabajador demandante, para luego definir la procedencia de los conceptos demandados.

Desempeño

En cuanto al desempeño del actor como viajante de comercio, el magistrado señaló que se diligenció en autos una pericia contable oficial, de la que surgió la registración del actor como empleado administrativo de Misadon SRL, con fecha de ingreso el 1/2/2006 y de egreso el 12/10/2007, realizando su actividad en el local sito en avenida Patria 1270, barrio Pueyrredón, Córdoba, no pudiendo determinar si las ventas que constaban en los comprobantes físicos, fueron realizadas por el actor.

Además, el tribunal expuso el experto contable explicó la modalidad operativa de venta a los clientes radicados en la provincia, quienes realizaban el pedido vía telefónica o fax, el mismo era preparado y y se despachaba por vía colectivo -tal como surge de los remitos de la empresa Urquiza (ofrecidos como prueba documental por el actor)-, en tanto que para realizar el pago, el cliente enviaba los cheques por correo.

El juez agregó que esta modalidad, que fue comprobada mediante facturas, implica que el accionante no concertaba las operaciones de venta como viajante de comercio en las zonas que dijo al demandar; esto es, Córdoba, La Rioja y Salta.

Punto de venta

En esa dirección, el vocal apuntó que la firma accionada tenía un punto de venta en la ciudad de Córdoba (referido anteriormente), donde se desempeñaba el demandante y que funcionaba como un depósito, sin atención directa al público, pero desde el cual se distribuían los productos que comercializaba con sus diversos clientes, lo que se encuentra corroborado con la informativa a la AFIP, que da cuenta, además, de la actividad económica desarrollada por la empresa (curtido y terminación de cueros, venta al por mayor de pieles y cueros curtidos y salados).

Asimismo, el tribunal observó que no reviste idoneidad probatoria el intercambio de correos electrónicos, al interpretar que tratándose de un medio de prueba -instrumentos privados- su autenticidad no fue ratificada a través de una pericia informática, más allá de la relevancia de su contenido al fin pretendido.

Además, al juez le resultó llamativa la ausencia de reclamo alguno de parte del actor respecto de las supuestas comisiones por venta y cobranzas pactadas y adeudadas desde el inicio de la relación, que son propias de la retribución de un viajante de comercio, concluyendo entonces el rechazo del pedido de encuadramiento como tal.

Extinción

En cuanto al modo en que se extinguió el vínculo, el fallo consideró que el trabajador intimó a su empleadora para la debida registración de su relación laboral en su calidad de viajante de comercio (ventas y cobranzas), conforme las previsiones de la ley 14546, denunciando asimismo un impedimento a continuar desarrollando sus tareas habituales.

La empresa remitió carta documento rechazando sus pretensiones e indicando que se encontraba abonada la remuneración del mes de septiembre, en la cuenta bancaria de sueldo, lo que se corroboró con la informativa a la referida entidad financiera, intimando al actor a que se presentara a trabajar esgrimiendo que se había ausentado “por serios problemas familiares”.

Como ante dicha intimación el trabajador se dio por despedido y reclamó el pago de las indemnizaciones de ley, de conformidad a la solución a que se arriba vinculada a la falta de acreditación de la calidad de viajante de comercio invocada, que fue el motivo principal de su primer emplazamiento, el vocal concluyó que la decisión de darse por cesanteado vulneró el principio de continuidad del contrato de trabajo y la buena fe de las partes (artículos 10 y 63 Ley de Contrato de Trabajo), tornándose improcedentes las indemnizaciones derivadas del distracto.