Revés para animalistas: alegan que liberar a elefanta tendría “impacto desestabilizador en la sociedad”

En Estados Unidos, el Proyecto de Derechos No Humanos promovió -sin éxito- un hábeas corpus por “Happy”, que reside en el zoo de Nueva York. En mayo pasado, el grupo había destacado que es cognitivamente compleja y autónoma y recordó que en 2005 se convirtió en el primer ejemplar de su especie que pasó una prueba de indicador de autoconciencia

“Si bien nadie discute que los elefantes son seres inteligentes que merecen el cuidado y la compasión apropiados, ‘Happy’, como animal no humano, no tiene un derecho legalmente reconocible a quedar en libertad”.

Bajo esa premisa, en Estados Unidos, la Justicia falló en contra del reclamo de un grupo animalista que pretendía la liberación de “Happy”, alojada en el Zoológico del Bronx.

La decisión la tomó el Tribunal de Apelaciones de Albany, la máxima instancia del Estado de Nueva York, por cinco votos a favor y dos en contra.

En su decisorio, también opinó que retirar a “Happy” del zoo tendría “un enorme impacto desestabilizador en la sociedad” y podría disparar la presentación de hábeas corpus por mascotas y animales empleados en labores agrícolas o de servicio.

El caso lo generó la organización Nonhuman Rights Project (Proyecto de Derechos No Humanos) , que promovió un hábeas corpus por la elefanta asiática de 45 años.

Alegó que es un ser autónomo y cognitivamente complejo que debe ser declarado persona no humana, liberado de su cautiverio y reubicado en un santuario. Por su parte, los representantes del zoo alegaron que “Happy” no está encarcelada sino que se trata de una “magnífica criatura” que es cuidada como tal.

En su sentencia, el tribunal del Albany, la máxima instancia del Estado de Nueva York, indicó que, en su caso, es el Poder Legislativo de la jurisdicción el que debe encauzar el debate sobre si se concede a los animales los mismos derechos que a las personas.

En su planteo, el Proyecto de Derechos No Humanos precisó que en 2005 “Happy” se convirtió en el primer elefante en pasar una prueba de indicador de autoconciencia, tocando repetidamente una “X” blanca en su frente mientras se miraba en un espejo. La abogada de la organización, Mónica Miller, dijo que por su inteligencia tiene “interés” en decidir con quién quiere estar, adónde ir, qué hacer y qué comer y que las autoridades del zoológico le prohíben elegir. Con éxito, los letrados del zoológico -y sus partidarios- indicaron que una victoria de la parte reclamante podría alentar la promoción de acciones similares.

Un individuo

“Happy”, cuyo caso se enmarca en la nueva era de los procesos iniciados por los derechos de los animales, nació en Asia.

Fue capturada y comprada por EEUU cuando tenía un año. Llegó al Bronx con Grumpy, su compañero, que murió en 2002, en un enfrentamiento con otros dos machos.

Según el abogado del zoológico, “Happy” pasa tiempo en el agua y nada, se alimenta bien y tiene “comportamientos naturales”.

También postuló que el demandante buscaba sentar un precedente enfocándose en un individuo sin pensar en el bienestar del resto.

Por su parte, los letrados del Proyecto de Derechos No Humanos aclararon que no importaba cómo se trate a “Happy”. Así, apuntaron a que se está violando su derecho a la libertad corporal y pidieron que se reconociera su derecho a salir del zoo.

En Estado Unidos, los tribunales se vienen pronunciando en contra de los reclamos de aquella organización, que no tuvo éxito en casos similares, incluidos los que impulsó por chimpancés alojados en el norte del estado de Nueva York, en Gloversville.

En julio de 2017, por unanimidad, el Poder Judicial negó la petición de la organización para que Tommy y Kiko fueran llevados a un santuario al concluir que no tienen derecho a estar libres porque no son personas.

La decisión fue un revés para el proyecto, que desde hacía años bregaba por los ejemplares, que viven encerrados en jaulas en una residencia privada.

En su petición, el abogado y activista Steven Wise aportó declaraciones juradas de expertos que estiman que los chimpancés tienen habilidades cognitivas y sociales avanzadas, pero los jueces manifestaron opinaron que a los primates no se les pueden conceder derechos porque no están capacitados para afrontar “responsabilidades legales y obligaciones sociales”. Wise apuntó que ello es incorrecto y sostuvo que los recién nacidos y los individuos que están en coma, por ejemplo, tienen derechos aunque no pueden asumir responsabilidades.

Sin embargo, el punto de vista del letrado y de los expertos no convenció a la corte neoyorquina.

“La capacidad lingüística y cognitiva de los chimpancés no tiene que ver con la de asumir obligaciones y responsabilidades legales por sus actos”, escribió el magistrado Troy Webber.

Sobre el planteo relacionado con los bebés y a las personas en coma, opinó que “ignora el hecho de que son seres humanos y miembros de la comunidad humana”.

En su sentencia, el tribunal del Albany indicó que, en su caso, es el Poder Legislativo estatal el que debe encauzar el debate sobre si se concede a los animales los mismos derechos que a las personas.

Polémica

La presentación del Proyecto de Derechos No Humanos tiene detractores y partidarios y generó polémica.

La Asociación Nacional para la Investigación Biomédica afirma que autorizar peticiones en nombre de animales podría aumentar los costos de realizar investigaciones críticas.

En tanto, las instituciones estatales y nacionales que representan a los veterinarios presentaron un escrito en el que dijeron que promueve los derechos de la personalidad de los animales por encima de su bienestar.

En tanto, entre los partidarios de la acción de Proyecto de Derechos No Humanos hay figuras públicas como Laurence Tribe, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard.