Los tres ovejeros del demandado, que le alquilaba una casa quinta al actor, irrumpieron en el lote y atacaron con violencia al caniche del reclamante. El demandante intervino y también resultó lesionado. La Cámara confirmó que el locador deberá pagarle más de medio millón de pesos a su ex inquilino
La Sala Primera de la Cámara de Apelaciones en lo Civil de San Isidro confirmó la procedencia de la demanda por daños y perjuicios que presentó S.V., quien sufrió lesiones cuando trató de evitar que los animales de gran porte del accionado continuaran lastimando a su mascota, de menor tamaño.
El reclamo se originó por un hecho ocurrido en febrero de 2009.
El actor le había alquilado al demandado una casa quinta, la cual es lindera de otra, también de su propiedad, y en su reclamo narró que mientras estaba con su familia en el jardín de la vivienda observó que tres perros ovejero alemán pertenecientes a L.F., el locador, pasaron a su terreno por una puerta que dividía los lotes y comenzaron a perseguir a su mascota, de raza caniche.
En ese contexto, afirmó que uno la tomó entre sus dientes y que fue entonces que corrió hacia los animales para salvarla, que intentó ahuyentarlos pero se resistieron con mucha fuerza y que en medio del forcejeo se lastimó.
El a quo admitió su reclamo y la Alzada respaldó el criterio del inferior, al estimar que la agresión al caniche se desencadenó por la actitud de descuido de demandado, quien no tomó la previsiones para evitar que sus animales salieran de su propiedad y no pusieran en riesgo a su vecino y a su grupo familiar. “Resulta razonable y adecuado el proceder del actor, quien al sorprenderse con la intromisión de animales de gran porte quiso evitar que lastimaran a su perro, aunque dicha acción no haya tenido el resultado esperado, dado que de todas maneras el can sufrió varias heridas y debió ser asistido por un profesional, y él se lesionó en el afán de poner fin al ataque violento”, reseñó la Cámara.
El tribunal enfatizó que la actitud del accionado constituyó un actuar por demás imprudente, al no adoptar las medidas de seguridad adecuadas para impedir el previsible acceso de sus animales al predio de su vecino e inquilino, para evitar el riesgo y consecuente hecho dañoso.
Así, lo condenó a abonarle al actor más de medio millón de pesos en concepto de daño moral, incapacidad sobreviniente y tratamiento psicológico.