Si se acredita su autenticidad, e-mails valen como prueba

Tras analizar el contenido de los mensajes intercambiados entre las partes, la alzada concluyó que no hubo una locación de servicios por tiempo indefinido. [privado] La Cámara en lo Civil y Comercial de 1ª Nominación de Córdoba determinó que en la medida en que pueda comprobarse la autenticidad de los correos electrónicos (e-mails), es válido que sean ofrecidos y ponderados como medios de prueba. Así, luego de analizar el contenido de los mensajes intercambiados entre las partes y otros elementos probatorios, concluyó que en el caso no hubo una locación de servicios por tiempo indefinido entre un diseñador publicitario y una empresa (Carteluz SRL). La Alzada intervino a raíz de la apelación promovida por el profesional en contra de la sentencia dictada por el Juzgado de 8ª Nominación del fuero, que rechazó su demanda por incumplimiento contractual. A su turno, el recurrente planteó, entre otras cuestiones, que no fueron considerados los numerosos e-mails que intercambió con la parte accionada. Sin embargo, la Cámara los analizó y consideró que su contenido no permitía corroborar lo que afirmó el diseñador. En el fallo, el vocal Leonardo González Zamar expresó que si bien resultaba viable ofrecer correos electrónicos como prueba en el proceso, en función del principio de libertad de medios, expresamente consagrado en la ley del rito local, su valoración está sujeta, en primer lugar, a que pueda comprobarse su autenticidad. El camarista puntualizó que si el e-mail ha sido remitido con firma electrónica, el tribunal deberá ponderarlo en función de las reglas de la sana crítica racional, teniendo en cuenta si fue reconocido o no por la parte contra quien se lo pretende hacer valer o, en su caso, si se efectuó una pericia informática tendiente a demostrar su autenticidad e inalterabilidad y se determinó la fecha de envío, remitente, destinatario y archivos adjuntos. A partir de esa premisa, y teniendo en consideración que en el caso se comprobó la autenticidad de los correos por medio de una pericial informática, González Zamar, a cuyo voto adhirieron sus pares Julio Sánchez Torres y Guillermo Tinti, procedió a analizar los que fueron descartados en primera instancia. No obstante, constató que no surgía de su contenido que la locación de servicios celebrada entre el demandante y Carteluz hubiera sido pactada por tiempo indeterminado. Publicidad En definitiva, en función del examen de las probanzas, la Cámara concluyó en que hubo un vínculo entre Carteluz y el demandante, para proveer la publicidad requerida por otras firmas, de acuerdo con las campañas periódicas que realizaba, y descartó que hubiera sido por tiempo indeterminado. En la misma dirección, estimó que tampoco, a pesar del volumen y la regularidad de los servicios publicitarios requeridos, se probó que la contraprestación debida se hubiera pactado en un porcentaje de las ganancias y menos aún que la demandada se hubiera obligado a pagar los gastos inmobiliarios de la oficina que el accionante le alquiló a un tercero. [/privado]

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