Si no se notificó al domicilio fijado en el contrato, la citación es nula

El tribunal interviniente reparó en esa omisión y en que la accionante tampoco cursó la cédula a la dirección real del demandado. Ratifican la nulidad de lo actuado [privado]

Al no haberse notificado la citación inicial del pleito al domicilio especial constituido por el demandado, como fue convenido por las partes de manera previa, y tampoco acreditarse que se hubiera notificado a un domicilio en el cual el demandado pudiera conocer la existencia del juicio, la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Familia y Contencioso-administrativo de Segunda Nominación de la ciudad de Río Cuarto rechazó el recurso de apelación interpuesto por la actora y confirmó la admisión del incidente de nulidad.

"No puede soslayarse que el contrato de locación que sirve de base a la presente acción expresamente contiene una cláusula por la cual el locador -demandado en la causa- constituyó domicilio especial (a todos los efectos legales)".

El tribunal integrado por los vocales Carlos Lescano Zurro, Daniel Gaspar Mola y José María Herrán, al analizar la apelación presentada por la accionante, Melissa Pavón, consideró, ingresando en el análisis de la cuestión traída en crisis, que se advierte que los agravios de la parte apelante se dirigen a considerar válidas las notificaciones efectuadas al domicilio sito en calle Antártida Argentina Nº35 de Río Cuarto, por entender que allí reside -“de toda la vida”, (sic)- el demandado Mario Ferretti.

Frente a esta circunstancia, la Cámara observó que no puede soslayarse que el contrato de locación que sirve de base a la presente acción expresamente contiene una cláusula por la cual el locador -demandado en la causa- constituyó domicilio especial (a todos los efectos legales) en calle Antártida Argentina 59.

Fecha

En ese sentido, el fallo indicó que “más allá de la fecha del contrato aludido -que determinaría la aplicación del Código Civil ley 340- tanto el código anterior como el actual (arts. 101 y 75 respectivamente) prevén la posibilidad de constituir un domicilio especial de forma tal que cualquier consecuencia derivada del mismo debe notificarse o hacerse saber a ese domicilio en tanto fue ‘especialmente’ fijado a los fines de dicho contrato, so pena de vulnerar el ‘pacta sunt servanda’ y eventualmente el debido derecho de defensa”.

Por lo expuesto, el tribunal derivó que de las constancias de autos “no surge que la actora haya notificado el decreto inicial al domicilio especial referido”.

Asimismo, la decisión consideró que el argumento de la apelante “se ve debilitado si se tiene en cuenta que tanto en los cupones de las expensas del departamento locado, como también de la boleta de Emos y su respectivo informe surge claramente que el domicilio de Antártida Argentina Nº 35 corresponde a la Sra. Edith Mabel Ferretti y no al aquí demandado”.

A su vez, los camaristas sostuvieron que, a diferencia de lo que arguye el recurrente, “no existe elemento alguno que acredite que Ferretti tomó conocimiento de la existencia de este proceso con anterioridad a la fecha denunciada por él en su escrito”.

Confesional

Luego, la Cámara evaluó en cuanto a la confesional ficta de Mario Ferretti, que el recurrente se agravió por considerar que la jueza a quo no la tuvo presente, sin siquiera haber hecho referencia a ella, advirtiendo que “si bien las facultades del tribunal no son absolutas en la selección y valoración de la prueba que considera dirimentes para arribar a la solución del litigio, no corresponde exigirle al magistrado que evalúe todas y cada una de las pruebas diligenciadas en el proceso, bastando que justifique de donde extrajo cada una de sus conclusiones y por qué una afirmación tiene un sentido y no otro, con arreglo a los antecedentes de la causa”.

Además, los jueces remarcaron que la confesional ficta no resultó dirimente a los fines probatorios en cuanto al domicilio.

En función de lo expuesto, en el fallo se resolvió que correspondía rechazar el recurso de apelación interpuesto por la Melisa Geraldine Pavón y, en consecuencia, confirmar el resolutorio impugnado.