Si no lo poseyó, no puede entablar una acción judicial para recuperar el inmueble

El tribunal interviniente analizó la situación planteada en la causa con un criterio restrictivo

Al no basarse la demandada en una desposesión, ya que nunca alegó haber poseído previamente el inmueble reclamado, sumado a que se aclaró que mediante contrato de compraventa no se transfiere la posesión, la Cámara 8ª Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba confirmó el rechazo de la acción posesoria intentada para recuperar un bien raíz, debiendo la actora recurrir a otra vía apta.

Además, el tribunal rechazó el pedido de que las costas se impongan por el orden causado, al no existir causas que la justifiquen,

A su turno, la alzada integrada por los vocales Gabriela Eslava y Héctor Liendo indicó que ingresó al análisis de fondo de la cuestión, observando que los agravios están dirigidos a cuestionar la sentencia que rechazó la acción posesoria entablada.

Con relación a la legitimación de las acciones posesorias, remarcó la ineludible exigencia de haber detentado la posesión y que luego se haya perdido, o sea que hay que probar que tenía posesión y que luego la perdió.

Entonces, la cámara derivó que, si no se reconoce que se ha perdido la posesión, no existe legitimación, pues se requiere una posesión tenida y pérdida.

Así las cosas, el fallo advirtió que estos supuestos de legitimación no se encuentran presentes en el caso de autos, pues el actor nunca refirió cuándo ni cómo fue desposeído por la demandada, y por cierto tampoco lo probó.

En este sentido, los camaristas señalaron que la actora pretende la restitución de la posesión del inmueble sito en calle (...) de barrio (...), impetrando para ello la “acción posesoria de recobrar” que, como su nombre lo indica, es la acción judicial tendiente a recuperar la posesión perdida, de la que ha sido desposeído por la actitud de un tercero.

Sin embargo, la cámara observó que no surge de las constancias de autos la desposesión aludida por la actora, por lo cual sostuvo que no hay dudas respecto a que el remedio judicial intentado no es hábil para que la actora obtenga la posesión del inmueble que no recibió al momento de la escritura, ya que esta acción judicial ampara a quien, encontrándose en posesión durante el año previo al inicio de la acción, ha sido desposeído.

Contrato

Asimismo, el tribunal consideró que tampoco modifica lo resuelto, lo expresado respecto a que “con el contrato de compraventa se habría cedido implícitamente la acción posesoria que investía la vendedora contra el ocupante del bien y que la demandada siempre detentó una tenencia precaria de la vivienda, y nunca la posesión, por lo que la acción entablada para recuperar la tenencia de la vivienda de quien la tenía en comodato, es totalmente válida”.

El fallo argumentó que el remedio posesorio articulado en autos ampara a quien, encontrándose en posesión de la cosa ha sido desposeído, situación fáctica que no se corrobora en el caso de autos, pues el objeto de la tutela es la relación de poder con la cosa y no el derecho de dominio sobre ella.

Además, se aclaró que la posesión no se transfiere por el documento de la cesión sino por la tradición posesoria que no se produce en el acto notarial; por lo que el título a la posesión no lo constituye el título cartular.

Finalmente, la decisión consideró que no resiste análisis el argumento que refiere a que el sentenciante debía “iura novit curia" convertir el proceso posesorio en uno de desalojo, debido a que ambos tienen procedimiento abreviado, al argumentar que no es cierto que ambos procedan por el mismo carril “abreviado” desconociendo así el recurrente que el juicio de desalojo posee un procedimiento especial (dentro de los declarativos especiales) y además, porque lo requerido en la demanda fue expresamente una acción de recupero.

Particularidades

Como segundo agravio, la recurrente solicitó la eximición de costas en ambas instancias, ya que a la luz de las particularidades del caso, su parte se vio con derecho a litigar.

Al respecto, la cámara sostuvo que no existen motivos para apartarnos del principio objetivo de la derrota, ya que, como excepción, se establece que el tribunal podrá eximir total o parcialmente del pago de costas al vencido, siempre mediante resolución fundada en la que se haga mérito de las razones que lo llevan a apartarse del principio general.

De ello la alzada interpretó que las causas de apartamiento pueden relacionarse con cuestiones jurídicas complejas, comprensiva de ausencia de precedentes judiciales, de fallos contradictorios, dificultades interpretativas, cambio de jurisprudencia, asuntos novedosos, legislación posterior; cuestiones fácticas complejas, extravío o destrucción de documentos, o una errónea o contradictoria redacción, dificultades probatorias graves, resolución de la causa en base a hechos sobrevinientes; y conducta temeraria del vencedor, lo cual no ocurre en el caso de autos.