Tras el anuncio del llamado a sesiones extraordinarias en el Congreso, los diputados nacionales radicales Ximena García (Santa Fe) y Francisco Monti (Catamarca), integrantes de la comisión de Juicio Político de la Cámara Baja, rechazaron el intento del oficialismo de enjuiciar políticamente a la Corte Suprema y aseguraron que el proyecto no tiene ninguna posibilidad de prosperar.
“Este intento de juicio político no va a tener ningún destino, porque necesitan 2/3 de la Cámara Baja para ser aprobado. No busca tener éxito, sino que solo quieren generar un quiebre institucional, un escenario propicio para que la condena contra Cristina Fernández de Kirchner sea deslegitimada”, aseguró García.
Por su parte, Monti consideró que la intención del Frente de Todos es completamente absurda desde el punto de vista técnico.
En esa línea, afirmó que se basa en dos planteos sin asidero: el espionaje ilegal -lo cual, a su entender, nulifica cualquier tipo de pretensión porque “no se puede, en base a una supuesta prueba nula, generar prueba válida”- y una disconformidad respecto del fallo sobre la coparticipación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, atendible desde el punto de vista de la conformidad o disconformidad pero no causal de mal desempeño.
Ambos legisladores acusaron al kirchnerismo de atacar al sistema republicano.
“Están desesperados para garantizar la impunidad de Fernández de Kirchner, llevando a las instituciones, en este caso a la Corte Suprema, a un lugar de crisis institucional gravísima, en un país con casi 100% de inflación, 50% de pobres, con un crisis económica y social sin precedentes”, dijo al respecto García.
“El 2022 terminó con una condena contra Fernández de Kirchner, en marzo se van a conocer los fundamentos del fallo, y ellos quieren meter a todos en un mismo lodo para bajar la vara y generar la idea de que todo es lo mismo. El Poder Judicial debe trabajar de manera independiente, sin condicionamientos”, añadió.
En la misma línea, Monti afirmó: “Lo que está haciendo el kirchnerismo, desde el punto de vista político, es ponerse en una zona de marginalidad atacando a las instituciones”.
