Rechazan indemnizar al hijo por la muerte del padre, pues ya había cobrado como heredero

De la prueba surgió que ya se había abonado al progenitor la incapacidad sobreviniente tras sufrir un grave siniestro que lo dejó completamente incapacitado y que posteriormente murió. Sin embargo, no se demostró que esa se debiera exclusivamente al infortunio de trabajo

Al advertir que el accionante ya había percibido la indemnización obtenida por quien fue su padre al sufrir un accidente laboral del cual quedó con una discapacidad total, la Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba rechazó la demanda de aquél contra Prevención ART, por la cual pretendía ser resarcido con fundamento en la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT) por la posterior muerte de su progenitor.

Además, el tribunal advirtió que el actor no estaba comprendido en los derechohabientes al cual la ley le asigna ese derecho y que el fallecimiento del causante no tuvo una vinculación directa con el accidente, por el cual ya fue indemnizado.

La vocal Nancy El Hay indicó que O. E. N. inició la demanda como heredero de P. E. N. pretendiendo el pago de prestaciones con motivo del fallecimiento de su padre el 5/5/2015, aduciendo que ésta se produjo por el accidente de trabajo que padeciera el 22/4/2010.

Historial

La jueza consideró que la Superintendencia de Riesgos del Trabajo remitió el historial del siniestro de P. E. N., del cual surgieron las consecuencias del accidente, tras lo cual finalmente se le determinó el 100% de incapacidad total, definitiva y permanente.

La magistrada infirió de la pericia contable que la accionada lleva en forma legal su registración y libros contables, habiendo celebrado contrato con Grúas Martín SA, donde P. E. N. prestaba servicios al momento de su infortunio y que la empresa depositó judicialmente la suma determinada en la sentencia en la Sala VII laboral de Córdoba.

En esa dirección, el tribunal apuntó que ese juicio obtuvo el resolutorio final el 11/9/2014, en el que se acogió la demanda y se ordenó a la ART el pago único de la indemnización por incapacidad total y definitiva de la total obrera por las dolencias incapacitantes emergentes del accidente de trabajo sufrido. También se determinaba que las sumas a pagar y sus intereses debían efectivizarse en el plazo de 10 días hábiles a partir de que la planilla aprobatoria quedase firme, debiendo remitirse al juzgado donde se tramitaba la declaración de incapacidad de P. E. N.

Así las cosas, la magistrada observó que los montos fueron liquidados, por un total de $963.396,24 y que, con motivo del deceso del accionante, se libró exhorto al juzgado Civil y Comercial referido informando el depósito en cuestión.

Extremos

Asimismo advirtió que tales extremos se concatenan con lo referenciado anteriormente, relativo a lo actuado en el Juzgado Civil mencionado, evidenciando el cobro por parte del actor en su calidad de heredero, de las sumas pertinentes a la mencionada prestación.

En consecuencia, el tribunal concluyó que el reclamo del presente pleito carecía de todo sustento, en la medida que “mal puede pretender el accionante percibir una prestación por muerte de su padre, con origen en una contingencia por la que ya se determinó indemnización que el mismo accionante cobró en aquellos autos”.

A su vez, la vocal aclaró que aquello sucedió por derecho sucesorio, tratándose del único y universal heredero del causante; y que en los presentes actuados asiste en idéntico carácter, pero en este reclamo de prestación dineraria por muerte, en tanto por derecho propio no se encuentra alcanzado por la legislación, ya que el actor, mayor de edad sin limitaciones a su capacidad ni mención acerca de encontrarse a cargo del causante por algún motivo legal, carece de legitimación activa.

Causa

Por lo expuesto, en el fallo se resolvió que correspondía acoger las defensas articuladas por la accionada y rechazar la demanda incoada.

En consecuencia, El Hay agregó que la causa de muerte de P. E. N. fue un shock cardiogénico irreversible, dejando al causante con secuelas neurológicas irreversibles, siendo previsibles las secuelas neurológicas post accidente, pero que el traumatismo craneal como consecuencia del accidente sufrido, no fue productor único del riesgo a la muerte y que no hubo relación directa con aquél.

Finalmente, la juez remarcó que el reporte de la perito denota la ausencia de vinculación de la muerte con la contingencia, por lo que, aun ingresando al fondo de la cuestión, la respuesta negativa a la pretensión se impone.